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Maternidad

El colecho y sus beneficios e inconvenientes: el gran dilema de los padres

La OMS y la Asociación Española de Pediatría marcan una serie de recomendaciones para llevar a cabo un colecho seguro, una práctica a priori beneficiosa para los bebés, pero que también entraña ciertos riesgos


Actualizado 6 de marzo de 2023 - 14:05 CET

Colecho, ¿sí o no? Es uno de los grandes dilemas de madres y padres, puesto que a pesar de que es una práctica sumamente beneficiosa para el bebé, conlleva también algunos riesgos, por lo que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han manifestado al respecto (y lo hace en contra de ciertas posturas de crianza que apuestan por el colecho seguro hasta los seis años de edad). ¿Cuál es la decisión correcta?

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Cuando estamos embarazadas de nuestro primer hijo o hija buscamos patrones sociales de cuidado, preguntamos a todo el mundo y, cada uno, nos da sus consejos basados casi siempre en su propia experiencia. Pero, cada familia es única. Y, para este tema, es fundamental respetar los hábitos de cada una. Se trata, por tanto, de una cuestión controvertida (a veces, muy criticada) en la que, lejos de decirte que sí o que no, vamos a explicarte qué es, cuáles pueden ser sus ventajas e inconvenientes y los factores que has de tener en cuenta si te decides por su práctica. Porque la decisión es solo vuestra.

¿Qué es el colecho?

El colecho es la práctica de dormir juntos, en la misma cama, tanto padres como hijos e hijas. En realidad, es una práctica ancestral que, traída al presente y sin la necesidad de compartir habitación, se critica o no se comparte. Hace tiempo, tenía todo su sentido, pues la falta de espacio era generalizada en todas las familias e, incluso, era un patrón cultural aceptado (en África, por ejemplo, sigue siéndolo).

En Occidente, por ejemplo, sí que se ha establecido como pauta establecida que los bebés duerman en la misma habitación de sus padres al principio y que luego pasen a su cuna y en su propia habitación. Es más, organismos como la OMS afirma que “los bebés deben dormir en la misma habitación que sus padres hasta los seis meses de vida”. Y, durante este periodo, tienes dos formas de hacerlo: directamente en la misma cama o con una cuna especialmente adaptada para ello.

La Asociación Española de Pediatría (AEP), en sus últimos informes publicados, donde han estudiado la relación que existe entre este modo de crianza (incluido dentro de lo que llaman crianza natural o con apego) y el posible Síndrome de la Muerte Súbita en Lactantes (SMSL) y la lactancia materna ha aconsejado que el bebé duerma en la misma habitación que los padres, pero sin compartir su cama. Es la recomendación que dan para aquellos padres que quieran mantener una proximidad con el bebé durante la noche: “colocar la cuna al lado de la cama o utilizar una cuna especialmente diseñada para los primeros meses, adosada a la cama de los padres, facilitando así la lactancia y no interfiriendo con la frecuencia de las tomas durante toda la noche”.

¿Qué beneficios tiene el colecho?

Antes de hablar de beneficios e inconvenientes, hay que tener en cuenta que no hay evidencia científica que lo desaconseje, al menos, entre bebés sin factores de riesgo, y que es una decisión exclusivamente de los padres que debe ser siempre respetada por el equipo médico y de matronas que los atienden.

Es más, la doctora María Garcí-Onieva, secretaria de la AEP, nos comenta que “en toda la historia de la humanidad los niños han dormido con sus padres. El contacto continuo favorece el desarrollo del vínculo afectivo, el bienestar del bebé, el desarrollo neuronal y la capacidad de respuestas adecuadas ante situaciones de estrés. Estudios recientes demuestran que la cercanía del niño y la madre facilita el mantenimiento de la lactancia materna y que ésta tiene un efecto protector frente al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante”.

A partir de ahí, sus beneficios son:

  • Facilidad para procurar el amamantamiento durante toda la noche del bebé, disminuyendo la frecuencia y duración de su llanto y dejando que el bebé pueda engancharse al pecho sin que la madre apenas se despierte. Está demostrado que la lactancia materna es un factor protector contra la muerte súbita del lactante que, a su vez, es la mayor preocupación de los padres a la hora de practicar el colecho.
  • Fortalecimiento de los lazos entre los padres y el recién nacido, con un impacto emocional positivo. Además, se pueden llegar a sincronizar los ciclos de sueño, la temperatura y respiración de la madre con su bebé. De esta forma, se establecen patrones de descanso similares. El contacto en esta etapa es fundamental.
  • Un mejor descanso de los padres, que no tienen que levantarse de la cama para atender las demandas de lactancia durante la noche, ayudando a que ésta se prolongue con una mayor facilidad.
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Inconvenientes del colecho

Sin embargo, el colecho también tiene su parte negativa. Es más, no hay estudios o recomendaciones concluyentes, más allá de citar sus ventajas, advertir de los factores de riesgo y de sus posibles inconvenientes, entre los que se podrían citar:

  • Pueden aparecer problemas para dormir, debido a que o bien los padres o bien el propio bebé es inquieto, con movimientos bruscos y rápidos que impiden el descanso.
  • Hay quienes lo desaconsejan por la posibilidad de que el bebé desarrolle un apego excesivo a sus progenitores y se convierta en un bebé dependiente que, posteriormente, no puede dormir solo. Aunque no existen datos científicos que lo evidencien.
  • Algunos expertos hablan de la pérdida de intimidad en la pareja, que puede llevar al distanciamiento.
  • Hay riesgo de asfixia entre las sábanas, por las almohadas o movimientos de los padres. Además del riesgo de caída si duermen muy cerca del borde.
  • El exceso de calor que pueden llegar a transmitirle los padres a su bebé puede llegar a sofocarlos.
  • El controvertido SMSL, uno de los puntos más preocupantes para decidirte por el colecho que, como la propia definición de la enfermedad, no tiene una causa clara, por lo que, de nuevo y como hemos visto al principio, no puede asociarse directamente a la práctica del colecho.

Factores a tener en cuenta para un colecho seguro

Existen numerosos informes e investigaciones científicas que concluyen que “la forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba y cerca de la cama de sus padres”, pero no deja de ser una recomendación, como todas las que se ofrecen para que el colecho, ya sea de manera espontánea o rutinaria, se practique con seguridad y que han establecido organismos como la propia OMS, UNICEF o la Asociación Española de Pediatría, como Garcí-Onieva, que nos dice:

  • El bebé debe tener más de 3 meses y, en ningún caso, practicar el colecho con bebés prematuros o de bajo peso. Esta sería la indicación principal.
  • Nunca practicar colecho si alguno de los padres está enfermo.
  • No debemos practicar colecho si los progenitores están excesivamente cansados -por ejemplo, en el postparto inmediato- y nunca si han consumido tabaco o alcohol, además de fármacos sedantes. Se desaconseja siempre que los padres sean fumadores. El humo del tabaco que exhalamos por la noche es un factor de riesgo para el SMSL mencionado al principio.
  • La superficie para dormir debe ser firme. No valen colchones demasiado blandos o el propio sofá. Importante en este caso que la cama tenga la menor distancia posible con el suelo o que se utilicen barreras. Y no, los cojines no son barreras protectoras.
  • Es preferible que siempre se limite al bebé y sus padres. No deben existir múltiples personas.
  • Evitar arropar al bebé en exceso y tener cuidado con las aberturas que aparecen entre el colchón y el cabecero de la cama o con el movimiento de las almohadas por la noche, que no cubran nunca la cara del bebé.

Por último, hemos querido preguntarle a Garcí-Onieva si sería conveniente consultarlo con un médico antes de practicarlo y su respuesta es rotunda:

“La decisión de dormir con sus hijos debe ser una opción de los padres. Tal decisión va ligada a la cultura y a los deseos de cada familia sobre la relación con sus hijos. A los profesionales de la salud, médicos, pediatras y enfermeras les corresponde dar información sobre ciertas circunstancias que pueden acarrear mayor riesgo para los niños si se practica el colecho, principalmente entre los menores de 6 meses de edad. En este sentido se deben establecer las siguientes recomendaciones:

  • La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres.
  • La lactancia materna tiene un efecto protector frente al síndrome de muerte súbita del lactante y, aunque el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, éste también se considera un factor que aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Es por ello que no debe practicarse en los supuestos referidos en la pregunta anterior