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toxoplasmosis y listeriosis en el embarazo© AdobeStock

Cómo protegerte de la toxoplasmosis y la listeriosis en el embarazo

La toxoplasmosis y la listeriosis son dos infecciones que, pasadas en el embarazo, pueden provocar graves complicaciones al niño. Por eso, lo mejor es prevenirla siguiendo una serie de medidas.


8 de marzo de 2021 - 13:21 CET

La  toxoplasmosis  es una infección causada por un parásito (Toxoplasma Gondii) que puede pasarse de algunos animales y aves al ser humano, tanto por la alimentación como por el contacto con heces contaminadas. Por su parte, la listeriosis está provocada por la bacteria listeria y se transmite al comer lácteos no pasteurizados y carnes que no estén bien hechas.

Ambas infecciones son mucho más peligrosas en el caso del embarazo,  por lo que hay que tener mucho cuidado y poner todos los medios para evitarlas.

¿Cómo se detectan?

Tanto la toxoplasmosis como la  listeriosis  pueden no dar síntomas en el embarazo.  La situación más segura en relación al embarazo es que la madre haya pasado la toxoplasmosis antes de la gestación, pues así se habrá inmunizado y no correrá riesgos en estos nueve meses. Muchas veces no se sabe, por lo que  las primeras analíticas  van a determinar si tiene anticuerpos o no. En el caso de que no los tenga, se irá controlando a lo largo del embarazo en las sucesivas analíticas.

En el caso de la listeriosis se suele detectar una vez que hay síntomas. “Se diagnostica en hemocultivos, que es una prueba que se realiza cuando una gestante tiene fiebre igual o mayor de 38 grados y no encontramos foco aparente que justifique esa fiebre”, indica la Dra. Miriam Al Adib, especialista en Ginecología y Obstetricia y miembro de Top Doctors.

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Listeriosis en el embarazo© AdobeStock

¿Qué síntomas producen?

El hecho de que la toxoplasmosis y la listeriosis puedan ser asintomáticas en el embarazo, complica poder aplicar un tratamiento.

Cuando hay síntomas, estos son muy parecidos a un cuadro gripal, con fiebre, malestar general, dolor muscular... Por este motivo, siempre que la madre se encuentre mal en estos nueve meses debería consultar al médico.

En el caso de la listeriosis, además de con un cuadro pseudogripal, “también puede cursar con fiebre y amenaza de  parto prematuro” , destaca la Dra. Al Adib, que dirige dos clínicas privadas en Almendralejo (Badajoz) y es miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

¿Cuáles son los riesgos para el bebé?

Para la madre, ni la toxoplasmosis ni la listeriosis resultan peligrosas; el verdadero riesgo está en el bebé en formación. Así, la toxoplasmosis puede significar desde malformaciones neurológicas o visuales hasta muerte fetal, dependiendo del trimestre en el que la madre se infecte, aunque no siempre sucede, pues hay casos en que no hay secuelas.

Si hablamos de la listeriosis, “puede producir corioamnionitis (infección de las membranas), parto prematuro, sepsis neonatal, aborto o muerte fetal”, indica la experta.

Una vez que nace el bebé, y dependiendo del tipo de afectación que pueda haber tenido, se hará un seguimiento en sus primeros años de vida para determinar el alcance de las lesiones.

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¿Cómo prevenir la toxoplasmosis y la listerioris?

Para evitar la toxoplasmosis y la listeriosis en el embarazo es muy importante seguir estas medidas que detalla la Dra. Miriam Al Adib:

  • Evitar el contacto con materiales que puedan estar contaminados con heces de gatos y, en caso de no ser posible, utilizar guantes.
  • No ingerir carnes poco cocinadas.
  • Congelar, previamente al consumo, las carnes.
  • Lavar muy bien las frutas y verduras que se consuman crudas (si se está fuera de casa y no hay seguridad de que están bien lavadas, mejor no tomarlas).
  • La leche y sus derivados que se consuman han de estar pasteurizados.
  • Evitar mariscos ahumados, carnes frías (como la carne mechada), quesos blandos y brotes crudos.
  • Mantener el congelador por debajo de 4 grados y el congelador, por debajo de -18 grados.

¿Cuál es el tratamiento indicado?

Tanto la toxoplasmosis como la listeriosis se tratan en el embarazo con  antibióticos  para intentar que la infección no pase al niño. Además, pueden instaurarse otras medidas adicionales en función de cada caso y del momento en que ocurra la infección.

El tratamiento tratará de minimizar los daños que pueden provocar al feto, por lo que habría que instaurarlo cuanto antes. “Si la sospecha de listeriosis es muy alta no se espera a obtener el resultado de los hemocultivos y se inicia un tratamiento antibiótico intravenoso que cubra la posible listeriosis”, explica la ginecóloga.

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