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beb sentado en la trona de la cocina comiendo un plato de espaguetis © AdobeStock

Alimentación Infantil

¿Sabes qué es la alimentación complementaria regulada por el bebé?

Se denomina ‘baby-led weaning’ y, muchas madres lo ven como la forma segura y natural de que su hijo aprenda a comer. Te contamos lo que es y resolvemos las dudas que pueda plantear este sistema de alimentación para el bebé.


8 de marzo de 2021 - 14:03 CET

La infancia, desde que tu hijo es un bebé, es la etapa por excelencia para crear y fomentar hábitos a todos los niveles. Y las pautas de alimentación son esenciales. Por eso, los primeros bocados que dan los más pequeños son de vital importancia para establecer una buena base de dieta saludable. Y, el inicio de la alimentación complementaria suele estar repleto de muchas dudas. Pero, lo más importante es conseguir que la comida sea un momento agradable y feliz, estableciendo un vínculo positivo con ella.

Para ayudarnos a resolver todas esas preguntas, hemos hablado con Conchi García, dietista-nutricionista con especialidad en nutrición pediátrica que acaba de publicar su libro De la leche al bocadillo (Espasa), en el que, además nos acerca y defiende la alimentación complementaria regulada por el bebé, lo que se llama Baby-Led Weaning (BLW). Una práctica que genera, cada vez, más interés. Con este enfoque, García asegura que “igual que los niños aprenden a gatear, hablar o caminar cuando están preparados, aprenderán a comer si les damos la oportunidad, unos antes y otros después, confiando en sus capacidades”.

¿Qué es la alimentación regulada por el bebé?

Denominada, por sus siglas en inglés BLW, se trata de un enfoque de alimentación en el que se produce una incorporación progresiva de alimentos complementarios a la dieta, manteniendo la lactancia como alimento principal, sin la necesidad de pasar por una etapa exclusiva de alimentación con triturados. Esto permite que sea el bebé quien se alimente con sus propias manos, decida qué y cuánto comer.

Para ello, el bebé debe sentarse a la mesa con el resto de la familia, viviendo la alimentación como una experiencia positiva interactiva. De esta forma, el bebé decide los alimentos, la cantidad y el ritmo guiado por sus propias señales de saciedad y hambre. Es decir, comen por instinto. Sin embargo, nos surgen dudas, que preguntamos a la experta en nutrición infantil.

Una alimentación regulada por el bebé. ¿Qué es eso exactamente, en qué consiste? ¿Es el bebé quien marca su menú semanal?

La realidad es que así es como se han alimentado los bebés a lo largo de la historia de la humanidad, antes de que existieran básculas para pesar alimentos o pautas con estrictos horarios y cantidades. El BLW o Alimentación Autorregulada consiste en permitir al bebé iniciar la alimentación complementaria autoalimentándose con sus propias manos, de manera consciente, sin que los adultos le coloquen cucharadas de comida en la boca. Es decir, permitiéndoles decidir la cantidad de comida que necesitan en función de sus señales fisiológicas de hambre y saciedad.

Igual que durante los seis primeros meses de lactancia exclusiva confiamos en su capacidad para alimentarse y ofrecemos la lactancia a demanda, a partir de esta edad no hay por qué imponerles una cantidad de alimentos. Siguen teniendo la misma capacidad de autorregular su ingesta de acuerdo a sus necesidades.

Independientemente del tipo de alimentación es importante respetar las señales de saciedad del bebé. Obligar, forzar o engañarles para que coman más de lo que necesitan, son estrategias antiéticas que, además, se asocian con una menor ingesta de alimentos, aversiones dietéticas, aumenta el riesgo de sobrepeso y también el de trastornos de la conducta alimentaria.

¿Cómo nos aseguramos de que nuestro bebé está comiendo la cantidad suficiente?

Como hemos visto los bebés son capaces de saber cuándo y cuánto necesitan comer. Si un bebé necesita comer, tendrá hambre y comerá. El problema es que a veces los adultos olvidamos que la leche es su alimento principal y nos creamos expectativas poco realistas. Pensamos que para estar bien alimentados deben comerse un plato de 250 g de puré de verduras con carne. Pero si deciden tomar 4 cucharadas y muestran señales de saciedad, quiere decir que ya no necesitan comer más. No es necesario utilizar estrategias para que coman más, como pantallas para distraerles, cucharadas voladoras… solo hay que confiar en ellos. Su hambre es la mejor guía.

¿Se debe mantener la lactancia materna en todo momento?

La leche materna o de fórmula es el principal alimento de un bebé durante los primeros 12 meses de vida. Cuando empiezan a ingerir otros alimentos además de la leche, hablamos de alimentación complementaria. Por tanto, el plato principal sigue siendo la leche y los alimentos que vamos incorporando un complemento. Es un error pensar que al iniciar este periodo se deben empezar a sustituir tomas de leche por alimentos (sean sólidos o triturados), la leche es la principal fuente nutritiva durante el primer año de vida.

¿Y si comiendo por instinto me pide solo azúcar?

Todas las especies nacemos con la capacidad de saber cuánto y cuánto debemos comer. El hambre es un mecanismo innato e instintivo que nos impulsa a alimentarnos cuando el mecanismo necesita nutrientes. Un bebé come para atender a sus necesidades energéticas y nutricionales. Cuando necesita comer, come. Cuando no necesita más, deja de comer.

Existen factores que pueden modificar esta capacidad y hacernos comer sin atender a nuestras señales fisiológicas, por ejemplo, la exposición al azúcar. La preferencia por el dulce es innata, así se explica que los recién nacidos puedan alimentarse de la leche materna al nacer; es una cuestión de supervivencia. Pero cuando son expuestos a alimentos muy dulces como galletas o cereales azucarados, los comen sin necesidad de tener hambre, por encima de sus necesidades, ya que tienen predisposición innata por consumir alimentos dulces.

La OMS desaconseja el consumo de azúcar al menos durante los dos primeros años de vida. Se asocia a un mayor riesgo de sobrepeso, diabetes, problemas cardiovasculares, caries… Es fuente de calorías vacías y puede desplazar el consumo de alimentos más interesantes y nutritivos. Además, puede interferir en las preferencias alimentarias (en una etapa en la que el paladar está en pleno desarrollo), en la aceptación de nuevos sabores y en la autorregulación energética.

Por eso, independientemente del tipo de alimentación (BLW o exclusiva con triturados) es responsabilidad de los adultos ofrecer una correcta selección de alimentos y en cantidad suficiente, pero de decidir qué y cuanto comer entre esta selección de alimentos saludables, se deben encargar los pequeños.

Beneficios de BLW (Baby-Led Weaning)

  1. Favorece el mantenimiento de la lactancia exclusiva hasta los seis meses.
  2. Los bebés comerán siguiendo sus necesidades innatas de hambre y saciedad.
  3. Los bebés comen en familia y ayuda a que toda ella mantenga una dieta saludable, ya que los padres se preocuparán más por lo que llevan a la mesa.
  4. Se produce una mayor aceptación de los alimentos, ya que se les expone desde el principio a una mayor variedad de sabores y texturas.
  5. El bebé descubrirá los alimentos de manera individual, pues no solo habrá comidas trituradas y no lo percibirá todo igual. Cada comida se convertirá en una experiencia sensorial.
  6. Favorece el desarrollo motor y la coordinación, al comer diferentes alimentos con las manos; además del correcto desarrollo craneofacial y la autoestima.
  7. Se evitan productos azucarados y poco saludables.
  8. Es práctico, divertido y, sobre todo, muy natural.