Empiezas a dar vueltas en la cama, no te consigues dormir y ves cómo pasan las horas sin conseguir descansar y llegando al día siguiente fatigada y con mucho sueño. Se llama insomnio y puede ser un indicio de que estás embarazada. Aunque, en realidad, este aparece más hacia los últimos meses de gestación y te contamos por qué y cómo puedes luchar contra él.
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Si estoy embarazada, ¿sufriré insomnio?
La realidad es que muchas mujeres embarazadas presentan dificultades para conciliar el sueño, dando lugar a un trastorno que les impide descansar, como es el insomnio. Puede aparecer o no. Y no, no tiene por qué hacerlo de por sí desde el principio; es más, durante el primer trimestre de gestación lo que tendremos es todo lo contrario: un exceso de sueño debido al incremento de los niveles de progesterona y del metabolismo, causando una sensación de somnolencia y cansancio durante todo el día. Y es que, para muchas mujeres, es uno de los primeros síntomas para darse cuenta de que están embarazadas: se van durmiendo, literalmente, por todos los rincones.
Sin embargo, durante el último trimestre (el tercero) suelen aparecer las grandes dificultades para dormir, de una manera más o menos intensa, y debido a causas diversas que te explicamos a continuación.
Causas de la aparición del insomnio en embarazadas
Aunque, como hemos dicho, el insomnio suele aparecer más hacia el final de la gestación, no vale hacerse grandes ilusiones y pensar que te durará como mucho un mes. Hay mujeres que lo sufren desde el principio, pero, para todas, las causas suelen ser las siguientes:
- En primer lugar, el estrés que muchas embarazadas sufren, por todos los cambios que están ocurriendo y que, para todo el mundo es desencadenante claro del insomnio.
- Las náuseas y vómitos que se sufren durante el primer trimestre puede afectarte por la noche, dificultando por tanto el sueño.
- La necesidad frecuente de ir al baño, ya que los riñones han aumentado su esfuerzo para filtrar la sangre adicional que tu cuerpo está produciendo. Esto se traduce en una mayor cantidad de orina y da igual la hora del día, tu vejiga irá soportando cada vez una mayor presión.
- Aumenta también tu frecuencia cardiaca, por el mismo motivo, necesitas bombear más sangre.
- Dolores de espalda, posibles calambres en las piernas o molestias físicas. Al final, tu cuerpo y tu masa corporal están en constante cambio.
- Te cuesta más respirar porque el desarrollo y aumento progresivo del tamaño del feto hace que tu diafragma tenga menos espacio para dejarle hueco a tus pulmones.
- Acidez gástrica, porque tu sistema digestivo se vuelve más lento y, a menudo, esto se sufre mucho más por la noche.
Nueve consejos para luchar contra el insomnio
Como hemos visto, la sintomatología del insomnio puede ser una simple latencia de sueño, despertarse demasiado por la noche (la fragmentación del sueño es algo que, por ejemplo, irá aumentando según avance la gestación), conseguir un sueño poco reparador o, directamente, no dormir. Y, las causas pueden ser variadas. Por lo que, antes de leer estos consejos, lo mejor es que identifiques cuál es su razón y en qué momento del embarazo te encuentras.
¿Por qué? Porque seguramente al principio debas focalizarte en eliminar la acidez del estómago para conciliar el sueño y, al final, en encontrar una postura cómoda que te permita respirar bien. Del primer al tercer trimestre, estos son los consejos que podemos darte:
- El primero de ellos es, en realidad, para todos: tener una rutina diaria para irse a dormir y despertarse.
- Durante el primer trimestre del embarazo, intenta eliminar todos los alimentos que te causen repulsión, náuseas o vómitos, sobre todo, por la noche.
- Deja que pase al menos una hora desde tu última comida hasta la hora de irte a dormir, para evitar así la acidez estomacal.
- Elimina, por supuesto, las bebidas que contengan cafeína, como las gaseosas, el café o el té.
- A partir del segundo trimestre, evita beber mucho líquido en las horas previas a la de irse a la cama.
- Intenta mantener una dieta equilibrada, tomando vitaminas prenatales y realizando ejercicio o una actividad física moderada, para evitar así la aparición de posibles dolores de espalda, calambres y molestias. Evita el cansancio físico excesivo y mantén una hidratación adecuada.
- Puedes practicar actividades que te relajen y te ayuden a liberar el estrés, como el yoga prenatal.
- Para el tercer trimestre, los profesionales sanitarios recomiendan dormir sobre el lazo izquierdo, porque mejora el flujo de sangre entre el corazón, el feto, los riñones y el útero, eliminando la presión de los demás órganos. Para ello, puedes ayudarte de un cojín de lactancia.
- Y di no al calor: la progesterona dilata nuestros vasos sanguíneos y provoca un aumento de la temperatura basal. Y quien pueda dormir con demasiado calor, que levante la mano.