El chupete ha sido siempre uno de los complementos más importantes de muchos bebés. En ocasiones, hasta se ha llegado a convertir en esa extensión indispensable para su día a día. Sin embargo, no todos los padres han estado de acuerdo con dárselo y, aún así, sigue sembrando muchas dudas sobre los posibles beneficios de utilizarlo o sus contraindicaciones. La más común es la que asocia el chupete con las malformaciones dentales de los más pequeños, aunque si se abandona el chupete antes de los tres años, el riesgo desaparece.
Sin embargo, pediatras y farmacéuticos no están en contra de su uso y afirman que, en algunos casos, es hasta recomendable, pues está probado, por ejemplo, que reduce el riesgo de sufrir el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL). También es cierto que, todos ellos, advierten de la necesidad de que tu hijo no dependa del mismo. Debe ser un accesorio; un accesorio temporal. Pero empecemos por el principio, decirle sí o no al chupete.
¿Es recomendable el uso del chupete?
Para aclarar todas las dudas, hemos hablado con Clara Motos, farmacéutica de DosFarma, quien asegura que “los que se oponen al uso del chupete se basan en riesgos potenciales como la confusión del pezón, el posible cese temprano de la lactancia o los problemas de dentición, pero, sin embargo, en algunos casos está justificado y puede favorecer, por ejemplo, la lactancia materna en vez de interferir con ella”. Con ella hemos hablado para que responsa a nuestras preguntas.
Su uso, ¿puede tener más beneficios que inconvenientes?
Si el chupete es un elemento beneficioso o perjudicial en el bebé es una cuestión que puede preocuparnos como padres, y es completamente normal. La coordinación entre chupar, tragar y respirar es una habilidad importante que todo recién nacido debe adquirir para poder alimentarse correctamente. Aunque este argumento parece que se opone al uso del chupete, sin embargo, se basa en riesgos potenciales como la confusión del pezón, el posible cese temprano de la lactancia o los problemas de dentición.
Pero, en realidad, el uso de chupetes está justificado en determinadas situaciones y favorecerá la lactancia materna en lugar de interferir con ella. Se han identificado condiciones en las que sería conveniente el uso del chupete como:
- Bajo peso al nacer.
- Bebés prematuros.
- Bebés con riesgo de hipoglucemia.
- Bebés que necesitan estimulación oral para desarrollar, mantener y madurar el reflejo de succión.
Además de otros beneficios como reducir el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), calmar el dolor, la ansiedad y el llanto, disminuir el estrés y ayudar a dormir. Por ello, se podría decir que los beneficios son mayores que los inconvenientes, aunque teniendo claro que se trata de una herramienta temporal, que el bebé no dependa de él y que los seis meses es el límite ideal para reducir su uso.
¿Por qué reduce el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)?
Los beneficios médicos asociados con el uso de chupetes incluyen proporcionar comodidad, contribuir a la organización neuroconductual y reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante, como hemos mencionado anteriormente. Siendo este uno de los motivos de más peso para justificar el uso de chupete a la hora de la siesta y a la hora de dormir.
Se recomienda considerar el uso del chupete durante el sueño para los bebés una vez que la lactancia materna esté completamente establecida. Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo afecta el uso del chupete a la disminución del riesgo de SMSL, el más extendido es que el bebé al succionar el chupete aumenta sus microdespertares, lo que le mantiene en un estado de semivigilia y hace más fácil que no deje de respirar.
Recomendaciones para el correcto uso del chupete
Esta herramienta temporal deberá ir desapareciendo poco a poco de la vida de nuestro hijo y, como recomiendan los pediatras, que a los dos años ya no existan su utilización. Además, nos hacen otras recomendaciones a tener en cuenta:
- No usar el chupete durante los primeros días de vida para conseguir una lactancia materna eficaz. En su caso, incorporarlo a partir del primer mes, cuando la lactancia esté bien establecida.
- Escoger un chupete seguro que cumpla las normas fijadas por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR).
- Usar el chupete de forma continua, como máximo, seis horas al día. De no ser así, se incrementa el riesgo de sufrir infecciones en el oído medio.
- A los seis meses, se reduce el riesgo de sufrir SMSL, con lo que es buen momento para ir reduciendo su uso.
- Adaptar la tetina a la edad de nuestro hijo.
- No colgárselo nunca del cuello, para evitar el riesgo de asfixia.
- Reservar el chupete para momentos puntuales, como el de dormir la siesta o irse a la cama por la noche.
- Lavarlo bien y cambiarlo de manera habitual.