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El montañés Resines

‘De lo que no cabe duda es de que Antonio Resines ha vuelto’


24 de marzo de 2022 - 15:00 CET

Después de vencer a la muerte, Antonio Resines ha vuelto a su casa de La Montaña, allí en Trasvía, el tramo más occidental de Comillas. Está  con Ana, su mujer , que ha sostenido su resistencia, y con Elva, una maravillosa amiga que compartimos. Antonio está deseando dos cosas, principalmente. Volver a trabajar y convidarme a comer angulas en Bustio, en Casa Seín, donde Javier las distribuye por toda España. Le he dicho, que lo segundo queda pendiente de un común amigo, Eduardo Escalada Goicoechea, sargento en la Reservísima de Intendencia, filatélico de fama universal y batería del famoso grupo musical Frash Joy Four, que no pudieron grabar ningún disco, precisamente, por lo mucho que sonaban los platillos. Cuando, de niño, yo estudiaba en el Colegio de Santa María del Pilar en la calle de Castelló, que era el fetén, Antonio y Eduardo, con pocos años menos que yo, inauguraban el Pilar anexo, en el barrio del Niño Jesús.

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Antonio Resines junto a su mujer, Ana.

Los de Castelló, sin motivo alguno, tratábamos a los del Anexo con cierta prevención, y algo de envidia. Sus campos de deportes eran infinitamente mejores que los nuestros, y en superficie plana. En Castelló jugábamos al fútbol en cuesta. El Solar, que así era llamado, nacía en la esquina de Castelló con Ayala y moría en la de Castelló con don Ramón de la Cruz. Entre una y otra esquina, se establecía una diferencia de 20 metros de altitud. Y nuestro fútbol se caracterizaba por dominarlo cuesta arriba o cuesta abajo, mientras ellos jugaban en terreno llano. Y ese detalle nos zahería a los del Pilar fetén. También estudió en el Anexo María Jamardo, la gran periodista de EL DEBATE, muchísimo más joven que los dos individuos anteriormente mencionados. Y Eduardo me ha pedido, que por favor, casi suplicante, convenza a Antonio Resines de que le permita hacerse cargo de las angulas de Bustio, y Antonio,  que está fuerte pero algo debilitado  por la lógica sensibilidad del superviviente, me ha dicho que sí, que no hay problema, que Eduardo pague. Y en esas estamos.

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“Antonio, además de ser un gran actor, es un amigo respetuoso”, dice de él Alfonso Ussía.

Antonio, además de ser un gran actor, uno de los pocos que hay en España que no sobreactúan e interpretan sus papeles con naturalidad plena – escuela anglosajona-, es un amigo respetuoso. Tanto él como Eduardo Escalada quisieron ser boy scout en sus años colegiales. Para alcanzar esa categoría había que pasar por dos tramos de responsabilidad inferior. El más bajo correspondía a los aspirantes ‘Lobatos’ y el intermedio a los “seiseneros”. Resines fue Lobato y Escalada Seisenero. Escalada trataba muy mal a los inferiores en la escala hacia el boyscoutismo, y en las muchas horas que ha pasado Antonio dando vueltas a sus recuerdos en el hospital, se le ha agudizado el temor hacia el Seisenero Escalada, y de ahí que haya aceptado que sea Eduardo el que pague la comida en Seín de Bustio para celebrar que nuestro gran amigo haya vuelto a la vida, a su profesión, y a su amada tierra montañesa. Hasta Revilla se ha interesado por sus señas para mandarle alguna de las latas de anchoas que le devuelve Pedro Sánchez, al que ya no le cabe ni una anchoa más. Según parece Sánchez le ha asegurado que en 2023 la vía rápida llegará hasta Reinosa, lo que significa que hasta el año 2047 no llegará la vía rápida hasta Reinosa. También lo celebraremos en Bustio. Y en esta ocasión, me adelanto, convido yo.

De lo que no cabe duda es que Antonio Resines ha vuelto. Y ese detalle, es lo único que nos importa, nos alegra y nos enorgullece.

Un montañés a la antigua. Resistente ante los temporales y los nortazos locos.