Archivando mi biblioteca, me topo con un folleto de la primera edición de Miss España , que fue un invento del viejo y gran don Torcuato Luca de Tena. Edición de 1933. Y un jurado de órdago a la grande, presidido por el entonces Alcalde de Madrid, don Pedro Rico. Entre sus componentes, el escultor don Mariano Benlliure, el escritor don Eduardo Zamacois, el pintor don Elías Salaverría y el modista ‘Antoine’ entre otros. Los retratos de las aspirantes, un resumen de la cursilería.
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Fui miembro de un Jurado de Miss España. Lo presidía Luis María Anson, y me convenció Antonio Mingote. Se celebró la gala en el Meliá de Alicante, y la vencedora fue ‘Miss Vizcaya’, Inés Sáinz. No soy como era el modista ‘Antoine’, pero aún así, no me sentí cómodo. Se trataba de un certamen patrocinado por Tele 5, y Valerio Lazarov me llamó para pedirme que aceptara la invitación.
“No soy como era el modista ‘Antoine’, pero aún así, no me sentí cómodo. Se trataba de un certamen patrocinado por Tele 5, y Valerio Lazarov me llamó para pedirme que aceptara la invitación”
Entre los desfiles, destaca un acto muy peculiar. El Jurado se sienta junto a una gran mesa horizontal. Frente a la presidencia, una silla. Las aspirantes son llamadas una a una, se acercan al jurado y se sientan para ser interrogadas. Se trata de examinar su nivel cultural. Resulta chocante porque ellas se presentan semidesnudas ante un Jurado, compuesto por hombres y mujeres, completamente vestidos, lo cual puede influir en su estado de ánimos y el dominio de su seguridad.
El presidente del Jurado le pregunta su lugar de nacimiento, estudios realizados y aficiones personales. La ‘Miss’ en cuestión, a la tercera pregunta respondió: “-Soy pintora-”.
Anson delegó en Antonio Mingote: “–Tenemos en el Jurado a un genio del dibujo y la pintura, además de gran escritor. ¿Conoce usted a don Antonio Mingote?”
“-Perfetamente”, respondió la aspirante.
El genial Mingote era tímido. Y también se sentía incómodo interrogando a esa joven y bella pintora que le conocía “perfetamente”.
Y le preguntó “-Entonces, si no me equivoco, es usted pintora-”. “Esatamente”, respondió la artista en emergencia. “- ¿Y su pintura nace de su imaginación o se deja influir por algún estilo o época?”. “– Depende de mi estado de ánimo, pero sí, a veces, me dejo influir-”. “–¿Y hay algún pintor que le guste especialmente?” “– Sí, Velázquez. Yo pinto como Velázquez, pero con muchísimos más colores”. No ganó.
“Se trata de examinar su nivel cultural. Resulta chocante porque ellas se presentan semidesnudas ante un Jurado completamente vestido, lo cual puede influir en su estado de ánimos y el dominio de su seguridad“
Y tampoco ganó, quizá, la más elegante y atractiva de las aspirantes. En el cruel interrogatorio informó al Jurado de su profesión.
“-Soy estudiante de Arte y Diseño y en verano, socorrista de playa-”. “-¿Ha tenido que actuar en alguna ocasión?” “- Sí, en diferentes ocasiones-”. “- ¿Situaciones de gravedad?-”; “- de gravedad, sólo en una ocasión. El resto, picaduras, insolaciones y esas cosas-”; “-¿Y la situación grave?-”; “-una señora que se estaba ahogando-”. “-¿Acudió en su socorro?-”; “-por supuesto, era mi obligación-”; “-¿ Consiguió rescatarla? -”; “-no, se ahogó. No se puede figurar usted lo que pesaba. Era como una hipopótama-”. Tampoco ganó.
Y todos esos recuerdos por encontrar un folleto que apareció en una carpeta que no había abierto en más de treinta años.
No me gusta lo de ‘Miss España’.