Después de cuatro años de relación, este pasado sábado 8 de junio, la tiradora Carola Escámez (37 años) y el entrenador Roberto Martín se dieron el ansiado 'sí, quiero' en una ceremonia repleta de impresionantes detalles que tuvo lugar en la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, donde la novia lució un vestido desmontable de estética vintage con una impresionante tiara y tiernos guiños a las mujeres especiales de su vida.
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El vestido de novia desmontable de Carola Escámez
Carola se decantó en su gran día por un diseño de Rosa Clará de corte clásico con silueta en forma de 'A', confeccionado en un exquisito tejido brocado que le dio una apariencia vintage de lo más sofisticada. A su paso, se extendía desde la falda una cola desmontable de seis metros. Para sacar provecho a este look que tanto esfuerzo supuso, pues cualquier novia puede confirmar lo complejo (aunque emocionante) que es el proceso de realizar su vestido de novia, la tiradora optó precisamente por una construcción que se transformase de cara a la fiesta. Al llegar a la finca, retiró dicha cola y las mangas francesas de su ajustado corpiño con escote barco.
Joyas familiares y un sentido homenaje a su madre
A la ceremonia religiosa, acudió con un velo de tul que se sujetaba con una imponente tiara de motivos florales hecha para ella por Carmen María Mayz y, si bien esta alhaja ya era lo suficientemente imponente, hubo otras joyas igual de bonitas que ocuparon un lugar más importante en el corazón de la novia, ya que sus pendientes de oro y brillantes eran ese 'algo prestado' propio de la tradición, cedidos por su tía Rosana.
Para lucir todos sus accesorios y el vestido, sin restar atención a ningún elemento del estilismo, Carola eligió como peinado un elegante moño de bailarina, elaborado por el peluquero Cedric Letertre, en sintonía con este precioso maquillaje de apariencia natural que aplicó David Deibi, su maquillador.
Las alianzas, así como el anillo de pedida en oro y brillantes con una aguamarina central engastada, son diseños de la casa Rabat. Aun así, el broche de oro a este look lo puso el ramo, una composición aparentemente sencilla, pero que en realidad esconde una emotiva historia con la que seguramente más de una futura novia podrá empatizar. Y es que la deportista encargó estas impolutas peonías blancas a Botánica 24 en recuerdo a su madre porque ella allí donde ella siempre compraba las flores.
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En diciembre de 2022, Escámez anunciaba su compromiso con Roberto Martín, pero en todo momento la pareja mantuvo absoluta intimidad, alejada de los focos de los medios de comunicación, de ahí que nos tomasen por sorpresa este pasado fin de semana las noticias sobre su precioso enlace. Tan solo unos días después de celebrar la comunión de la primogénita de la tiradora, Carmen, de nueve años, estos dos amantes del deporte se casaron en Madrid, dando comienzo a una nueva etapa en su relación, que inició en 2020 y, en agosto de 2023, les convirtió en padres de una niña llamada Covadonga.
A pesar de la lluvia que los acompañó ese día, la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos hizo de espectacular escenario para la romántica cita: Carola y Roberto sellaron su amor y se desplazaron en un coche clásico a la celebración posterior, en la Finca El Campillo de San Lorenzo de El Escorial. El banquete estuvo protagonizado por una espectacular mesa presidencial con una gran estructura floral de peonías multicolor, donde tanto invitados como los novios degustaron de una deliciosa comida a cargo de El Campillo Catering.
Su segundo vestido para la fiesta: un 'mini' con lazo XXL
No es secreto para nadie que planificar de cero una boda es motivo de fuertes dolores de cabeza, incluso para quienes están acostumbradas a trabajar bajo presión. Los recién casados contaron con el servicio de Vintage Bodas para dejar cada detalle zanjado. Y no cabe duda de que sorprendieron a sus invitados, sobre todo llegada la fiesta, cuando Carola se cambió a un traje corto de escote cuadrado, de Redondo Brand, con la finalidad de darlo todo en la pista de baile al ritmo de King África, el encargado de amenizar la velada. La particularidad de este segundo vestido de novia es que presentaba en la parte posterior una llamativa lazada abullonada que le daba ese punto de vanguardia a este look nupcial de estilo clásico.