"La primera vez que nos vimos fue en una fiesta de un amigo en común a mis 18 años (él 20, nos llevamos 2) y, 5 años después en las fiestas mayores de mi pueblo (Valls), que son durante San Juan, el destino nos volvió a unir. Desde aquel junio del 2017 hasta ahora estamos juntos" nos cuenta Clara sobre su historia de amor con Xavier. El pasado 16 de marzo se prometieron amor eterno en la Cerdanya, un rincón mágico del Pirineo Catalán. Acorde con el entorno, lució un vestido de novia sencillo de la diseñadora Cristina Tamborero que escondía pequeños detalles en tendencia.
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Para el gran día, en el que daba un paso más de la mano de su alma gemela, nuestra protagonista no quería innovar. "Lo más importante a la hora de elegir el vestido es ser fiel a ti misma, a tu estilo" una idea en la que coinciden la mayoría de las novias que se decantan por la sencillez y elegancia. "Quería que fuera un vestido que nunca me cansara de mirarlo y aunque las modas cambiasen, siempre lo vería para mí. En mi caso, me lo definiría como 'menos es más'" explica sobre el secreto para vestir siempre bien.
La diseñadora Cristina Tamborero, con sede en Barcelona y una de las favoritas de las chicas más elegantes, fue la elegida para dar vida al diseño más especial que guardaría en su armario. "Desde el primer día que tuve la cita con ella, supe que había encontrado una persona con la que había entrelazado una conexión especial, que ella me entendía lo que yo quería y podía realmente aportar valor a mi idea inicial" relata sobre el encuentro que tuvieron.
Así creó su vestido de novia
Una de las etapas más bonitas durante la organización de la boda es la búsqueda y creación del look, y Carla lo vivió de la mano de sus familia un largo tiempo antes de dar el 'sí quiero'. "Inicié el proceso casi 10 meses antes de la boda, la primera cita con Cristina la tuve en mayo de 2023, ¡nunca me había probado un vestido de novia y en su atelier fue la primera vez!" expresa emocionada sobre cómo se vio de blanco frente al espejo. "Fui acompañada de mi padre y mi madre, aunque ella nunca se haya dedicado a la costura, mi abuela diseñaba y cosía tanto moda informal, como vestidos de invitada, ¡incluso hizo el vestido de novia de mi madre! Ella, al haber crecido entre telas y agujas, me dijo que Cristina y su equipo trabajaba con unos tejidos de calidad excelente y el acabado de sus diseños era brutal, así que, decididas, iniciamos nuestro proceso. Después de este primer contacto, tuvimos cuatro citas más hasta el día de recogida. En la primera visita que probé mi vestido me emocioné porque me vi yo, ¡muy yo!" relata.
Clara no sabía cómo iba a ser el diseño definitivo con el que entraría a la iglesia de Sant Domènec en Puigcerdà, pero sí el estilo que seguiría, uno con el que se identifica al 100%. "Tenía clarísima la línea de vestidos que me gustaban. Siempre que los había visto en novias por Instagram pensaba que me encantaría seguir ese estilo, pero no sabía muy bien los detalles, muy perdida en escotes, acabados, técnicas de coser, etc" nos cuenta sobre el desafío en el que se encuentran en gran porcentaje las chicas que se acercan a los talleres de las diseñadores buscando ayuda. El suyo era entallado y de corte recto, cuello cerrado, hombreras ligeramente marcadas y los delicados detalles en las mangas que marcaron la diferencia.
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"Como la boda era en La Cerdanya (Pirineo Catalán) en marzo, cabía la posibilidad de hacer frío, por eso decidí llevar una capa encima del vestido y velo para la ceremonia, con mi clean look de moño bajo. Para el cóctel la seguía llevando, ¡pero ya me había quitado la mantilla!" cuenta. Y es que la pieza con la que ha conseguido convertirse en una de las novias más imponentes de la temporada ha sido sin duda alguna la larga capa que cae de forma asimétrica sobre su cuerpo y presenta una larga cola tras su espalda.
A diferencia de otras novias, para ella las tradiciones sí eran importantes en el día de su boda, sobre todo cumplir con el 'algo prestado' según nos cuenta en estas líneas. "Llevé una mantilla hecha a mano en Gijón, era de mi cuñada. También decidí que mis zapatos deberían de jugar un papel muy importante ya que el look lo permitía, escogí unos Manolo Blahnik azul cielo luciendo el 'algo azul' tan característico".
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Cambio de look exprés
Hay ocasiones en las que queremos dejar toda la atención al diseño de nuestros sueños con el que prometemos amor eterno, y ella no se decantó por un segundo look como tal, pero sí jugó con los detalles y complementos a lo largo de la celebración. "Para la entrada en el banquete me desprendí la capa y desaté el moño, me quedó como una coleta suelta con ondulaciones. Y finalmente, para el baile, Cristina me diseñó una diadema acorde a los detalles del vestido y me dejé el pelo suelto" dice.
Sobre la inspiración que hay tras su look, confiesa "realmente, no me inspiré en nada, quería ser muy fiel a mí misma y diseñar un vestido que, aunque a lo mejor, mucha gente pueda pensar que es muy simple, es como me identifico, un vestido de líneas clásicas, pero jugando con detalles que me determinan".
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Le preguntamos sobre si considera importante para esta fecha señalada en el calendario seguir al pie de la letra las tendencias que vemos sobre las pasarelas, a lo que Clara nos razona "no y sí, pero más no que sí. Es esencial ser fiel a uno mismo, y si sigues muchísimo una tendencia sin sentirte identificada, en unos años vas a ver ese artículo muy pasado de moda y que lo usaste en un día muy importante sin motivo alguno, ya que no te sentías identificada y sólo lo hiciste para ir a la moda. Yo, por ejemplo, siempre (tanto para mi boda, como cuando voy de invitada, como en mi día a día) voy simple, pero con detalles en tendencia pero la esencia es la mía".
Las joyas para el gran día
Las joyas que llevaba Clara que encajaban a la perfección con el atuendo nupcial, eran, en su mayoría de Rabat. "Los pendientes me los regalaron mis suegros, eran unos zafiros rodeados de diamantes, y mi pareja, el día antes de la boda, me regaló el anillo a conjunto. También llevaba la alianza con la que me pidió matrimonio y el primer anillo que me regaló hace muchos años en mi cumpleaños, que es un rubí pequeñito con media alianza, ambos de la misma casa joyera. Y finalmente, llevaba una esclava de brillantes que mi madre me prestó".
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Uno de los detalles que nuestra protagonista tenía en mente era que su ramo fuera acorde a la boda y a su gusto. "Ni muy grande ni muy pequeño, no muy estructurado, pero tampoco alocado. Quería que los dos colores fueran blancos y verdes sin mucha flor. La cinta verde de terciopelo tenía el pin de la Mare de Déu de la Candela, la patrona de mi pueblo, Valls. También iba bordada con una frase: Petons al cel. Quise hacer bordar esta frase en honor a mis abuelos, que ya hace unos añitos fallecieron, pero quería llevar conmigo una parte de ellos en un día tan importante" nos dice.
Una vez más, la sencillez fue la clave para dar con un resultado de diez en términos de belleza. "Elegí a Tatiana Besada, no solo por las buenas referencias que me dieron de ella, sino porque quería a alguien que supiera hacer looks muy naturales. Soy una persona que apenas me maquillo, y cuando voy a alguna boda de invitada siempre me peino y maquillo yo, de manera que quería ser muy fiel a mi estilo, muy muy natural", ¡y lo consiguió!
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Al igual que su vestido, el peinado también fue variando a lo largo del evento. Primero lució un romántico moño bajo que rezaba el estilo clean look, más tarde lo soltó para convertirse en una coleta larga con preciosas ondas y a última hora de la noche, optó por dejar su melena suelta recogida con una diadema que como nos comentaba antes, fue creada especialmente para ese momento.
Su historia de amor comenzó en una fiesta cualquiera, y Xavier le pidió que se casaran cuando cumplieron cinco años y medio de relación. "Me pidió matrimonio el 17 de diciembre en la cumbre del Montmalús (una montaña en Andorra), mientras hacíamos esquí, deporte que practicamos juntos en invierno" nos cuenta emocionada. "Siempre habíamos dicho que nos gustaría casarnos, pero no teníamos ninguna prisa. Hasta que un día, sin imaginarme nada, ¡me lo pidió! La fecha de la boda fue en relación con el lugar de casarnos, siempre habíamos dicho que nuestro lugar especial era La Cerdanya, ya que ambos tenemos casa y subimos en verano, Semana Santa y Navidad, para desconectar vamos allí".
Tras la ceremonioa religiosa, se trasladaron a La Torre del Remei, en Bolvir para brindar y celebrar su unión, y gracias a la ayuda del equipo de wedding planner Bodas de Cuento, salió maravillosamente bien. "Tuvimos la suerte de tener un magnífico día con calor (20ºC), el cóctel se hizo en los preciosos jardines que la finca tiene y el banquete y fiesta tuvo lugar en el invernadero. Como éramos 210 invitados, tuvimos que intentar mover a la gente a fuera después del banquete para ver nuestro primer baile (con nuestros padres). Hubo fuegos artificiales, de este modo, podían desmontar algunas mesas en ese espacio de tiempo y poder crear la pista de baile".
Este es el consejo que quieren transmitir a los que darán el mismo paso próximamente, "que, por favor, ¡no sufran por nada! Todo lo que se podía haber hecho ya se hizo. Que ese día, aunque haya imprevistos, la gente lo desconoce. Solo nosotros (los novios) sabemos lo que estaba planeado o teníamos en mente. Así que, si no sale, no pasa nada, que se limiten en disfrutar el momento, que no estén en la ceremonia pensando en qué ganas que llegue el cóctel, que estén en el cóctel y piensen '¿cómo daremos durante el banquete esos regalos?'… Que vivan el momento ya que todo pasa demasiado rápido".
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Clara quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:
- Vestido: Cristina Tamborero
- Zapatos: Manolo Blahnik
- Joyas: Rabat
- Flores: Flors Bertran
- Maquillaje y Peluquería: Tatiana Besada
- Wedding Planner: Bodas de Cuento
- Fotógrafa: Adri Wisconsin
- Cátering: Airolo
- Alquiler material: Nuovipiatti
- Finca: La Torre del Remei
- Sonorización + Iluminación + DJ: EN’A DJ
- Música en directo: The Spin Off
- Grupo de rumba: Vergüenza Ajena
- Jamones: Bodegueta del Pagès