Ana, la novia asturiana que se casó en Madrid con una larga capa y vestido sencillo

Una boda de invierno en la que ser fiel a su estilo y no seguir las tendencias era el punto clave

24 de febrero de 2024 - 9:28 CET24 feb 2024 - 9:28 CET

"Quise ser yo al 100% ese día, no dejarme llevar por las tradiciones" nos cuenta Ana, quien protagoniza hoy nuestras líneas. Alejada de las costumbres clásicas que suelen envolver a las bodas tanto a la hora de elegir su vestido de novia como el momento de casarse, le dio el 'sí quiero' a Rodrigo habiendo sido ya padres de una niña que aquel día tenía poco más de un año, Martina. Lo hizo con un look sencillo pero muy especial firmado por Valenzuela, que acompañó de joyas especiales y toques de color.

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Entre todas las tendencias nupciales que vemos triunfar, Ana sabía que, para ella, lo más importante a la hora de elegir un vestido de novia era no seguirlas porque estuvieran de moda, sino buscar lo que realmente encaja contigo. "Para mí es esencial que refleje tu estilo, no dejarse llevar por las modas si no es lo que te identifica. Que cuando te vean entrar en la iglesia piensen: es ella, en su esencia" explica. Y esa fue la idea que todos sus invitados tuvieron al verla traspasar las grandes puertas del templo y caminando del brazo de su padre. "Siendo sincera, creía que Rodri me lo pediría tiempo antes pero nunca llegaba, y sí lo hizo la idea de ser papás. Así que decidimos dar el paso y casarnos después. No era una ilusión que tuviera desde niña como muchas mujeres, pero sí tenía claro que si encontraba una persona con la que compartir mi vida si me casaría". Y así fue, siguió su instito y dio el 'sí quiero' a su alma gemela.

Conocer bien tu forma de vestir y saber qué es lo que favorece a tu silueta es esencial para no perderte entre las diversas opciones que el mercado te plantea. Esta asturiana que se casó las pasadas Navidades sí sabía qué tipo de diseño quería llevar para el gran día, algo que allana el camino para dar con el vestido de tus sueños. "Lo tenía muy claro desde el principio, me inspiré en mi propio estilo, trasladé a un diseño de novia mi forma de vestir habitual, quería ser yo 100%" confiesa.

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La importancia de la conexión con tu diseñadora

Ana confió en el buen gusto de la firma Valenzuela, una de las grandes casas que visten a las novias más sensacionales de nuestro país. "Lo elegiría de nuevo con los ojos cerrados. Visité tres atelieres, uno de ellos descartado desde el principio, entre los otros dos me decidí por Valenzuela por dos motivos importantes: la calidad de los tejidos y el feeling que sentí con Laura (mi diseñadora) desde el minuto uno". Gracias a ella, consiguieron crear en equipo la pieza con la que comenzaría una nueva etapa.

Aquel día de diciembre llegó enfundada en un diseño sencillo, que respiraba elegancia, siguiendo la técnica del 'menos es más'. Se decantó por un traje recto, con escote en 'V' que favorecía a su silueta, un cuerpo de manga larga plisado que se ceñía por encima de la cintura y hombreras ligeramente marcadas. Se ha posicionado como una de nuestras novias más inspiracionales de la temporada, y nos explica emocionada que "el cuello halter y la cola para la prenda de abrigo, el escote en la espalda, la parte alta del vestido estilo ablusonado y no llevar velo"eran puntos que tenía claros desde el principio.

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"Me dejé guiar en el tipo de escote delantero y escoger capa en vez de abrigo", una de las elecciones más sofisticadas para novias de invierno que, además de estar guapísimas, se protegen de las bajas temperaturas que catacterizan a esta época con estilazo. Y su impresionante capa de varios metros de longitud anudada al cuello con la que llegó a la iglesia remató esa imagen tan especial que buscaba Ana.

Uno de los momentos más especiales es preparar todo lo relacionado con la boda el tiempo previo, pero más sobre la búsqueda del vestido blanco, una cita con la que muchas sueñan desde que son pequeñas, y Ana así nos lo relata. "Fueron unos meses muy emocionantes, esperaba cada prueba con ilusión por ver cómo iban avanzando en el diseño, son muy detallistas y perfeccionistas. Para mí ha sido todo un descubrimiento, desconocía totalmente el funcionamiento de un atelier, me parece un trabajo precioso y muy gratificante".

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Un vestido desmontable

Otra de las modas que vemos que triunfa cada vez más es la de los diseños que pueden transformarse de forma exprés, que reafirma la importancia de crear un traje con el que te sientas cómoda y guapa en cualquier momento del día. "No llevé un segundo look. Antes de entrar al banquete me quité la capa, solté el recogido dejando una coleta y me puse unos apliques a los pendientes para que se vieran un poquito más y estilizaran el vestido".

Le preguntamos qué opina sobre si es importante seguir las tradiciones clásicas "bajo mi punto de vista, no. De hecho yo no lo hice, no lo consideraba importante y quise ser yo al 100% ese día, no dejarme llevar por ellas". En cuanto a sumarse a las propuestas virales que triunfan en las pasarelas y en las redes sociales, nos explica que tampoco entraban en su plan. "Tienes que ser tú ese día, creo que si intentas guiarte por las tendencias y no te representan eso se nota y en parte, pierdes tu esencia". Una gran verdad que toda novia debe tener en cuenta para ser fiel a sí misma y no verse disfrazada con el paso del tiempo.

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Las joyas también cobran un gran papel a la hora de construir el look para este gran día, y las que lució nuestra protagonista esconden un precioso secreto en el que podemos inspirarnos. "Los pendientes y apliques del pelo eran de M de Paulet. Quería un pendiente convertible, para la fiesta lucir un modelo largo, pero no quedaba bien con el cuello halter de la capa, por lo que opté por uno convertible. En la iglesia llevaba el pendiente simple de botón y cuando me quité la capa les puse los apliques colgantes por detrás. Ambas piezas llevaban un toque azul en el centro" explica.

En cuanto a los anillos, cuenta que el de compromiso está firmado por Suárez, pero que llevaba otro igual de especial, ¡e inesparado!. "El segundo anillo fue un regalo de Rodri antes de ir a la iglesia, lo dejó con una carta en casa" nos relata tras descubrir este secreto tan bien guardado. "Era un zafiro, me encanta esa piedra pero siempre tuvo claro que no sería para la pedida, sino en otro día importante en nuestras vidas, y decidió hacerlo de esta manera, fue muy bonito y toda una sorpresa para mí".

Las flores sintonizaron a la perfección con su look nupcial, y también llevaban consigo un significado muy especial de Asturio. "No quería un ramo ni muy clásico ni demasiado moderno, en tonos blancos y azules combinado con el verde. En Botánica 24 lo entendieron a la perfección y decidieron que el toque azulado lo dieran partes de una hortensia, además es típica de mi tierra".

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El look de belleza

Tiene la misma importancia ser fiel a ti misma con el vestido como con el maquillaje, un aspecto que también tuvo muy en cuenta. "En esta elección tuve más dudas, no tenía referencias de maquilladoras y además quería algo muy natural, no me gustan los maquillajes excesivos" confiesa la protagonista de nuestras líneas. "Una amiga me habló de Marta Callejo, en una ocasión le había maquillado para una boda y le encantó, confié plenamente en su criterio ya que tampoco le gustan los maquillajes recargados y fue todo un acierto. En cuanto a peinado, sí sabía lo que quería, y Marta lo plasmó a la perfección" explica, refiriéndose al moño bailarina con la raya en medio que llevó.

La historia de esta pareja parece un guion de película de Hollywood: chica conoce a chico en un verano, y a partir de entonces, ¡surgió el amor! "Rodri y yo nos conocimos en Luanco, donde yo vivía, en agosto de 2012. Una noche, estaba con unas amigas (que ya le conocían) y se acercó a hablar con nosotras. Soy muy despistada y la verdad nunca le había visto, mis amigas me decían que era imposible que no lo conociera ya que su familia veraneaban allí. A partir de ahí, empezamos a hablar y conocernos y hasta hoy" nos relata emocionada sobre cómo dio con el que más tarde sería el padre de su pequeña. "Yo aún estaba terminando la universidad en Asturias, al finalizarla me fui a trabajar a Francia. Tras unos años a distancia decidí, en enero de 2016, me instalé en Madrid para apostar por la relación y, ¡mal no ha salido!" explica riéndose.

Nos cuenta que decieron ser padres antes de celebrar una boda libre de restricciones, ya que con la pandemia de por medio no sabían en qué momento eso se podría llevar a cabo. "Echando la vista atrás volveríamos a hacerlo de la misma forma, salir de la iglesia con nuestra hija en brazos no era más que afianzar una relación ya de por sí sólida, con el regalo más bonito que nos ha dado la vida".

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El templo de San Fermín de los Navarros acogió esta celebración, y más tarde se trasladaron a la Finca Soto de Gracia, a unos kilómetros de Madrid. "En la primera visita ya formalizamos la reserva. Cumplía con todos los puntos importantes que queríamos en nuestra boda: buen servicio, menú, instalaciones y que la distancia a Madrid no fuera excesiva. No queríamos un salón totalmente cerrado al ser boda de día y en invierno, nos gustaba tener luz natural y albergaba un salón de cristaleras con vistas a un pinar, fue muy agradable celebrar la comida en este lugar, ¡todo un acierto!".