Un vestido sencillo en tono marfil, la elección de Elena para su boda en un pequeño pueblo de Teruel

Celebró el enlace de sus sueños a dos horas de casa, rodeada de naturaleza, buen gusto y amigos

6 de febrero de 2024 - 9:37 CET6 feb 2024 - 9:37 CET

En un pueblo recondito entre las montañas de Teruel y con dos vestidos de novia que respiraban minimalismo y buen gusto, este es el cuento de hadas de Elena y Carlos, que se dieron el sí quiero en pleno veranillo de San Miguel, el 30 de septiembre de 2023. A la hora de encontrar el look perfecto, son muchos los factores que entran el juego, pero esta novia lo tenía muy claro "sabía que quería un vestido sencillo y con corte al bies, me encanta la fluidez y armonía que aporta el bies a los vestidos" nos cuenta.

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Cada novia es un mundo y, en el caso de Elena, apostó por el poder del 'menos es más', aquel que, pase el tiempo que pase, siempre está de moda. "Lo más importante a la hora de elegir el vestido es que sea fiel al estilo y forma de ser de la novia. Que una se sienta cómoda y a la vez favorecida" nos cuenta. Tan solo necesitó un par de visitas al atelier para dar forma a esa idea que tenía en mente y que la diseñadora Rosa Esteva, fundadora de Cortana Brides, supo reflejar con cada puntada. "En mi caso fue algo muy sencillo porque el diseño ya estaba creado, solo hicieron falta dos pruebas para que quedase perfecto", explica.

La búsqueda de un vestido no es nada sencilla con tantas opciones e inspiraciones al alcance de nuestra mano, pero, cuando tienes un estilo marcado y estás rodeada de personas con buen gusto, todo es más sencillo. ¿Cómo dio nuestra protagonista con su hada madrina?. "Hablando con una amiga y su madre me recomendaron que le echase un vistazo a la colección de novias de Cortana. Empecé a informarme a cerca de la firma y en poco tiempo sentí una fuerte conexión con su estilo y filosofía" explica.

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'Adiós' al blanco tradicional

Elena ha consegido enamorarnos por completo a pesar de no haberseguido los códigos nupciales tradicionales. Su elección tiene ese je ne sais quoi que le hace diferenciarse de las demás. "No quería un vestido blanco, me inclinaba más por tonos marfil o champagne. Por último, tenía claro que si encontraba un diseño de colección que me 'flipase' iba a escoger esa opción, aunque encontrar algo lo veía muy complicado" se sincera. Dio inesperadamente con su diseño perfecto, ese que seguirá adorando aunque pase el tiempo y las tendencias, al igual que su look beauty. "No suelo maquillarme mucho, sabía que quería un estilo natural y un peinado con el que no me viese rara. Opté por hacerme un moño de bailarina ya que normalmente voy con el pelo recogido" cuenta.

Las diseñadoras suelen tener su cede central en la capital, razón por la que las futuras novias en muchas ocasiones se desplazan hasta allí para vivir uno de los días más soñados: la prueba junto a sus madres y hermanas. "Pedí cita y me fui a Madrid para probarme algunos de sus diseños. En cuanto vi el vestido con el que más tarde me casaría me fascinó. El tejido era increíble, varias capas de georgette de seda de color champagne y cortado al bies" nos confiesa. Experimentar ese vínculo cuando te reúnes con el hada madrina que dará vida a tu traje nupcial es esencial, es la señal estrella que confirma que puedes seguir avanzando por ese camino.

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Elena apostó en su gran díapor un accesorio de lo más rompedor que muy pocas novias se atreven a lucir y que nos ha sorprendido gratamente, y no nos referimos a las sandalias de tiras cruzadas y tacón en bloque de Saint Laurent con las que llegó al templo (que también nos fascinan). "Como el vestido era sencillo, pude complementarlo con unos mitones de tul de seda que me encantaban" nos explica. Un detalle especial y arriesgado que cambia por completo la imagen clásica y que supo lucir con elegancia, el cual seguro que inspira a futuras novias.

Siguiendo la misma linea sencilla pero especial, nos habla sobre la elección de sus joyas. "Los pendientes fueron un regalo de la madre de Carlos, eran unos brillantes estilo dormilonas en forma de flor y de ellos colgaba una segunda pieza desmontable que estaba formada por tres cadenas de oro muy finas. Me gustan mucho los pendientes largos, pero en el día a día llevo discretos así que era la combinación perfecta". Cuanto más fiel seas a ti misma en esta cita, más guapa te verás conforme pasen los años, es un consejo con el que coinciden los expertos. "También llevé una media alianza de brillantes y zafiros antigua que me regaló la familia paterna de Carlos. Por último, para sujetarme el velo en el pelo, mi abuela me prestó un broche de brillantes antiguo con forma de ramita con hojas". Piezas especiales que ya forman parte de su historia de amor.

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Un ramillete para la novia

Otro de los detalles que más nos han llamado la atención es la elección de su ramo, un diseño de lo más original y romántico que encaja fenomenal con la estética que abrazaba a la celebración. "Siempre me han gustado los ramos tipo ramilletes que se componen únicamente de un tipo de flor y quería una que fuese de temporada. El día que recogí el vestido en Madrid pasé por la puerta de una floristería y vi un cesto lleno de crisantemos de color burdeos. Entré, hice un ramillete con unos cuantos y decidí que quería exactamente eso". Y así fue como surgió la maravillosa idea de combinar burdeos con champagne, ¡nos encanta!

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Una madre es un tesoro, siempre sabe qué es lo mejor para nosotras, por eso, tenerla al lado en cada momento, ¡es un regalo! Así nos lo cuenta Elena emocionada. "Quería agradecerle a mi madre de alguna manera todo el esfuerzo que había hecho por ayudarme con la organización de la boda. Me acompañó durante todos los viajes y los días de antes de la boda para prepararlo todo. Yo estaba muy nerviosa y ella era lo único que me tranquilizaba. Por eso quise hacerlo dándole el ramo a ella".

La búsqueda del segundo look

Cada vez son más las novias que deciden cambiarse antes del momento del baile, algo que la valenciana tenía en mente, pero ¿confeccionaría otro traje? ¿customizaría el suyo en plena celebración? "Estaba totalmente enamorada del vestido y el georgette de seda es un tejido super delicado, me negaba a destrozarlo durante la fiesta así que unos meses antes de la boda me puse a buscar como loca un segundo look" nos explica. Con un gusto impecable a la hora de vestir, dio con una opción de lo más ejemplar e inspiracional. "Tenía claro los zapatos que quería llevar, unas botas Lucchese que me compré en Wyoming (Estados Unidos) durante el viaje en el que nos comprometimos. Después de mirar mil opciones di con un vestido de Zara sin mangas muy sencillo que me pareció perfecto". Y así fue, una vez más el templo de la moda española se coló en una boda de película.

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Un romance de verano

La historia de Elena y Carlos comenzó a los pies de la playa. Una escapada de coche un domingo a dos horas de su Valencia natal fue la clave para dar con el lugar de ensueño en el que más tarde consolidaron su romance y disfrutaron juntos de su gran pasión: la naturaleza.

"Yo sabía quién era él porque teníamos muchos amigos en común, pero nunca habíamos coincidido. Finalmente, el verano de 2015 nos conocimos en Jávea y todo empezó como un romance de verano. Llevábamos justo siete años cuando nos comprometimos" nos relata emocionada.

"Unos 11 meses antes de la boda nos fuimos de escapada de fin de semana a Teruel. Una señora a la que acabábamos de conocer nos recomendó visitar un pueblecito que según ella era 'de cuento'. Fue un domingo y estuvimos a punto de no visitarlo porque estaba a 45 minutos de donde nos encontrábamos en ese momento y en dirección contraria a casa. Finalmente, decidimos hacer el esfuerzo e ir a conocerlo, ¡y menos mal que lo hicimos!" confiesa nuestra novia.

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Cada vez es más común salir de la zona de confort para dar con un entorno desconocido en el que celebrar la gran fiesta del amor, y esa fue la aventura de estos novios. "Pusimos rumbo hacia Miravete de la Sierra y cuando llegamos nos quedamos prendados con la paz, y lo bonito que era. Se encontraba en un valle rodeado de montañas, había un río que atravesaba el pueblo, todas las calles eran de adoquines antiguos y las construcciones eran de piedra tradicionales" describe. Ejemplo de ello es el álbum de fotografías de uno de los días más especiales de su vida, en un enclave desconocido en que les acogieron como si de una película romántica de Hollywood se tratase.

Un rincón de ensueño

Hay momentos en los que la vida te sorprende con senderos que nunca habías imaginado tomar, y este fue el caso de esta pareja valenciana que quiso perderse entre la belleza turolense. "Se nos había hecho de noche, accedimos a la iglesia y Rogelio (el encargado de enseñarnos el lugar) encendió las luces. Cuando se iluminó la iglesia Carlos y yo nos miramos pensando 'wow'. Nos explicaron que la última vez que alguien se casó fue a principios de los noventa. Nos dijo que a la gente del pueblo le haría mucha ilusión que se celebrase una boda allí, que incluso si queríamos hacer toda la celebración en el pueblo podíamos hablar con el alcalde para que nos dejase algún espacio". Y así fue. El 30 de septiembre este rincón acogió una gran fiesta muy especial tanto para los invitados como para los vecinos.

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La importancia de una 'Wedding Planner'

"Desde el día que decidimos casarnos, supimos que queríamos hacer una boda diferente. Decidimos organizar una mini escapada de fin de semana para celebrar la boda con nuestros amigos y familia más cercana. Buscar un sitio dónde la naturaleza fuese la gran protagonista, que no estuviese a más de dos horas de Valencia en coche y dónde la gente pudiese desconectar por completo". Pero no fue tan sencillo al comienzo en términos de organización, así nos lo explican. "Para poder organizar la boda en el pueblo, era imprescindible contar con una Wedding Planner. El lugar era precioso, pero no contaba con las instalaciones ni facilidades que suelen tener las fincas de celebraciones. Gracias a Lorena Frejo pudimos adecuarlo y que todo saliese redondo. En general la organización fue un poco complicada. No había demasiada oferta de proveedores en la zona, tuvimos que hacer muchísimos viajes y contratar proveedores de Madrid, Barcelona y Valencia. Para complicar un poco más la organización, en el pueblo no había cobertura, tenía varias redes de wifi abiertas al público y funcionábamos con eso. Pero es verdad que, pese a las dificultades, yo disfruté mucho de la organización..." se sincera.

Para algunas novias sí es importante continuar con las tradiciones, como es su caso. "Me gusta cumplir con algunas, lo veo algo bonito y romántico. Ese día llevaba un broche de brillantes de mi abuela prestado. Aunque es verdad que nosotros no cumplimos con todas las tradiciones por intentar mejorar la 'experiencia' tanto de los invitados como la nuestra. Por ejemplo, la mesa presidencial la formamos 30 amigos y nosotros. Pusimos a nuestros padres con familiares y amigos para que todo el mundo estuviese en su salsa". Una idea cada vez más usual y divertida que vemos en las bodas de las últimas temporadas, ¿será un cambio de rumbo o tan solo una novedad efímera?

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En medio de la naturaleza, con una temperatura espectacular y felices celebrando el amor, ¿qué sirvieron en mesa? "Carlos y yo somos amantes de las barbacoas así que decidimos contar con el Huaso para que toda la comida de la boda fuese cocinada a la parrilla. Sorprendió muchísimo a los invitados, ¡les encantó! Decidimos hacer un recorrido por todo el pueblo con los invitados al ritmo de una charanga. Fue un momento súper divertido porque la gente no se lo esperaba". No hay nada más especial que hacer una boda tuya, y ellos lo consiguieron con creces. Y el consejo que nos traslada para las futuras parejas que pasen por el altar es... "que lo celebren de la forma que realmente les haga ilusión y que no se guíen por lo que personas externas les digan".