La mayoría de las novias eligen el vestido que llevarán el día de su boda y, a su alrededor, seleccionan el resto de accesorios que completarán el look para que funcione como un todo. Sin embargo, hay veces que sucede lo contrario y una pieza especial lo condiciona todo. Ese fue el caso de Teresa, que lució una tiara familiar de esmeraldas junto a un diseño muy sencillo que crearon para ella en Navascués, una de las firmas de referencia del sector nupcial.
Un vestido minimalista y de corte clásico
Cuando Teresa visitó por primera vez el atelier de Navascués, al que acudió aconsejada por su cuñadas, varias amigas y primas que se habían hecho allí su vestido a medida, tenía claro que quería una prenda sencilla, con una cola imponente para la iglesia y que debía ser de corte más bien clásico. "Cuando fui a conocerlas antes de elegir el diseñador, entré sin saber cómo quería que fuera mi vestido y en cinco minutos me ví vestida de novia con el traje de mis sueños. Me encantó que desde la primera prueba, ya te ves perfectamente", nos cuenta.
Teresa nos explica que confió totalmente en los consejos del equipo de Navascués. Así, crearon una prenda minimalista, pero llena de detalles especiales. El suyo era un vestido con la espalda baja y una abertura en la parte trasera, acompañada de una gran cola en forma de capa. "En las últimas pruebas añadimos a las mangas y en la espalda del vestido unos encajes antiguos que mi madre había guardado de mi abuela, lo que le dio un toque muy especial".
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Aunque la novia no quiso llevar un segundo vestido en su gran día, sí se desprendió de algunas piezas para estar más cómoda en el momento del baile. Teresa nos explica que esa cola tipo capa iba unida a los hombros con botones, por lo que resultó fácil retirarla tras abrir el baile, igual que la tiara y el velo. "Una vez bailé con mi padre y mi marido me quité todo, y se quedó un vestido más sencillo con espalda baja y encajes que conjunté con unos pendientes impresionantes que me había regalado la familia de mi marido el día de la pedida".
La importancia de las joyas
Las joyas siempre tienen un peso especial en el look nupcial, pero cuando se trata de vestidos sencillos como el de Teresa, se vuelven fundamentales. Como contábamos al principio de este artículo, ella llevó una tiara familiar de esmeraldas que ya habían lucido en sus bodas su abuela, su madre y varias de sus tías y primas. "Una preciosidad que tenía mucho significado para mí. Acompañé la tiara de unos pendientes pequeños de diamantes que le regaló mi padre a mi madre hace muchos años. Para la fiesta, una vez me quité la tiara y la cola, elegí unos pendientes largos en forma de gota con zafiro que me había regalado la familia de mi marido y que hacían que el vestido también fuera superespecial", nos cuenta.
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Aunque para ella lo de cumplir con las tradiciones no era algo imprescindible —en realidad no lo había pensado—, lo hizo. Llevó algo nuevo, el vestido; algo prestado, la tiara; y algo azul, sus zapatos, un diseño azul petróleo de Flabelus.
Una belleza serena
Si su vestido fue sencillo, su look de belleza también tenía que serlo, también porque Teresa no suele maquillarse en exceso en su día a día y siempre lleva el cabello recogido. Optó por una sencilla y favorecedora coleta con ondas que funcionaba genial con la espalda de su diseño. "En cuanto al maquillaje, quería algo muy natural. Me recomendó una amiga a Gema Ledesma y cuando la conocí no tuve ni media duda en confiar en ella. Nos peinó y maquilló a mi madre, mi hermana y a mí y estábamos todas naturales, guapas y sintiéndonos muy nosotras".
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Un ramo de otoño
La boda de Teresa se celebró a mediados de noviembre. Por eso, cuando llegó el momento de elegir su ramo tuvo claro que quería una composición en tonos verdes y otoñales y que tuviera algo de brezo. "Contacté con Aquilea, y María supo entender perfectamente el estilo de flores que me gustaban. A mi marido y a mí nos encanta el campo, por lo que elegí algo que nos representara", nos explica.
Su historia de amor
Teresa y Miguel se conocieron en el trabajo, en 2018. "Yo me incorporé a la empresa en la que trabajaba él desde hace un par de años. Era una empresa en la que el ambiente es de gente joven por lo que hacíamos muchos planes de afterwork a la salida del trabajo y después de hablar varias veces, me propuso ir a cenar y desde entonces estamos juntos". Cuatro años después de aquello decidieron comprometerse.
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La novia nos cuenta que siempre había soñado con la idea de casarse. "Lo que no sabía es que tendría la suerte de conocer a una persona como Miguel para compartir el resto de mi vida. Después de cuatro años de noviazgo, y viviendo cada uno con sus padres, sentíamos que la relación era lo suficientemente madura y estábamos preparados y dispuestos de dar un paso más, y por fin, con ayuda de Dios y de nuestras familias, el 18 de noviembre llegó el gran día. Todo vino cuando tuvo que venir y cuando era el mejor momento para nosotros".
El pasado 18 de noviembre Teresa y Miguel se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia Espíritu Santo ubicada en el madrileño barrio de Salamanca. "Es una iglesia que me encanta porque se casaron ahí mi abuela y mi hermano, y próximamente se casa mi hermana también". Después se trasladaron a la finca Soto de Mozanaque. Fue precisamente en ese trayecto de la iglesia al lugar de celebración donde transcurre una de las anécdotas más divertidas de la boda. "Un amigo nuestro nos había dejado dentro del coche en los asientos traseros, una hielera con unas cervezas de nuestra marca favorita, Lukbee, y fue muy divertido porque nos fuimos de camino a la finca ya brindando y celebrando".
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Para que todo saliera perfecto, la novia nos cuenta que contaron con la ayuda de la wedding planner Ana Cano. "Sin ella no habría sido posible vivir todos los preparativos y el día de la boda de una manera tan relajada y bonita. Sin duda, me pareció un pilar importantísimo en ese día", asegura Teresa.
"Hoy en día vivimos en un mundo en el que estamos constantemente viendo cosas y a veces sin quererlo nos comparamos. En su caso tenían muy claro que querían centrarse en lo importante que es CASARSE por lo que todo lo demás fue supersencillo de coordinar con ellos", nos explica Ana, su wedding planner, que nos da algunos detalles de la decoración.
"Soto de Mozanaque en sí ya es espectacular, pero es verdad que de la mano de Aquilea todo son maravillas. En este caso decoramos la entrada con un bodegón espectacular así como un seating muy del estilo de la boda. Toda la papelería fue diseñada por una de las hermanas de Miguel que era cada una de las mesas un animal de caza. Son amantes del campo y por ende de la caza. Quedaron espectaculares. También quisimos decorar el invernadero (anexo al salón principal) dónde comieron parte de los invitados. Aquilea decoró el techo con verdes muy bonitos y con uno focos parles con luz calidad conseguimos un ambiente de lo más acogedor".
Aquel día todo fue muy especial para Teresa y Miguel, pero cuando le pedimos a la novia que se quede con un momento, en realidad, no duda. "Estar rodeados de todos los invitados en el momento del Sacramento del Matrimonio es algo que nunca olvidaremos. No deja de ser la parte más importante del día, el 'sí, quiero' a Miguel delante de Dios y de toda la gente que más queremos. El coro, Alborada, ayudó mucho a que toda la ceremonia fuera muy emotiva", asegura.
Por eso, cuando le pedimos que dé un consejo a otras parejas que, en los próximos meses, también se darán el 'sí, quiero', no lo duda. "Les aconsejaría que disfrutaran de todo el proceso y que se preocupen lo justo y necesario de cosas que no tienen importancia. Los preparativos nunca pueden nublar el objetivo, por lo que tomar las decisiones en conjunto, y aprovechar esos meses para, de verdad, prepararse para el matrimonio que es lo que realmente importa".
Teresa quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Wedding Planner: Ana Cano Events
- MUAH: Gema Ledesma
- Vestido: Navascues
- Fotógrafo y videografo: Liven Ph
- Tacones: Flabelus
- DJ: Peche de GilcaSound
- Coro: Alborada
- Finca: Soto de Mozanaque
- Catering: Ciboulette
- Flores: Aquilea
- Chaqué: Old Jefrey
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