Una de las primeras decisiones que debe tomar cualquier novia respecto a su look nupcial es si elegirá un vestido creado a medida o, por el contrario, uno de colección. Eso, entre otras cosas, marcará los tiempos a los que debe acudir al atelier o a la boutique de la firma —generalmente, cuando se trata de una prenda a medida se aconseja que se acuda con un año de antelación aproximadamente y cuando se trata de un diseño prêt-à-porter se puede esperar hasta los nueve meses—. Victoria nos explica que ella decidió hacérselo porque "quería darle importancia al proceso creativo del vestido y para eso necesitaba escoger a una persona que aportase creatividad y su sello, pero que a la vez demostrara que su estilo se adapta según la novia y encontré eso en Alejandra Oria".
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Victoria nos explica que viajó a Madrid junto a su madre y su hermana para visitar tres ateliers. El último fue el de Alejandra, una diseñadora que crea piezas de alta costura, muy especiales, para novias contemporáneas. "Nos encantó a las tres. Nos enseñó unas telas espectaculares y me probé algunos de sus diseños de colección, pudimos opinar sobre diferentes siluetas, cómo me quedaban… Fue guay y mi madre, mi hermana y yo tuvimos la misma sensación de: 'es aquí'", nos cuenta.
La novia asegura que estaba muy perdida sobre lo que buscaba. "Después de pasar varias semanas guardando vestidos que me gustaban me di cuenta de que todos eran diferentes y que lo que me cuadraba era el rollo de la novia con el vestido. Por eso lo tuve claro en cuanto vi que Alejandra y yo nos entendimos muy bien", asegura.
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Juntas crearon un vestido sencillo, con escote cuadrado y falda de silueta A modificada que se adaptaba con mucha suavidad al cuerpo de la novia, potenciándolo. La parte superior era, sin duda, la más especial. Las mangas, con cierto volumen en la zona de los hombros y cortadas por debajo del codo, estaban adornadas con pequeños y delicados pliegues que se repetían en la zona del pecho y en la espalda. Un detalle minimalista, poco visto en los looks nupciales, que le daban ese aire diferente y especial a la prenda.
Siguiendo la tradición con la que cada vez cumplen (de nuevo) más novias, Victoria decidió llevar velo. Ella, al contrario que la mayoría, no se decantó por un diseño de tul liso, sino por una mantilla familiar. Fue la que su tía Marta llevó el día de su boda y el contraste con el vestido no podía funcionar mejor.
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Victoria, que no veía importante seguir las tendencias y que, tal como nos explica, prefería huir de ellas, prefirió no llevar un segundo vestido para su gran día. Tampoco un diseño convertible que evolucionara a lo largo de la ceremonia. "Quería un vestido que pudiese llevar toda la noche y tampoco me apetecía tener tanto protagonismo en ese sentido", asegura.
La importancia de los complementos
Para que un look nupcial sea redondo y no haya nada que destaque por encima del resto, rompiendo así la armonía que debería tener todo el conjunto, es importante que todos los accesorios estén en sintonía. La novia nos cuenta que ella llevó varias joyas: el anillo de pedida que le regaló Gonzalo, un anillo familiar, una medallita de su abuelo Juan… Y los pendientes, una joya muy especial que le regalaron sus amigas del colegio Cecilia y Elena. "Me hacía mucha ilusión que ellas me regalaran algo que pudiera llevar en ese día. Tengo que decir que nos costó decidirnos y fuimos un poco contrarreloj, pero eso también nos caracteriza a las tres así que me encantó".
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Uno de los complementos que más le costó decidir fueron los zapatos. No tenía muy claro lo que buscaba. "Al final, sin planearlo, me los compré en Barcelona una tarde con amigas en la tienda Jordi Anguera, no le di mucha importancia porque no suelo aguantar con tacones, pero fueron un acierto, supercómodos", nos cuenta.
Y uno de los más especiales, su ramo. Aunque la mayoría de composiciones florales que lucen las novias son obra de un florista, la de Victoria la hizo su madre con una amiga. Era un ramo de calas blancas, sencillo y muy elegante, que sujetaron con una cinta azul de terciopelo, con sus iniciales y las de Gonzalo bordadas, que meses antes de la boda le regaló su amiga Blanca.
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Victoria nos cuenta que tenía claro que quería llevar la melena recogida. "Siempre suelo llevar coleta pero con la mantilla… Al final decidimos moño. En cuanto al estilo del maquillaje, natural". La encargada de dejarla tan guapa fue Rebecca Martín, recomendada por una amiga que se casaba la semana siguiente a su boda. "Entendió genial lo que quería transmitir y me ayudó a elegir. También hice prueba de pelo y maquillaje y me ayudó a reafirmarme en la idea de que había elegido bien. Como anécdota diría que cuando le describí cómo quería llevar los labios me recomendó mi pintalabios diario".
Su historia de amor
Victoria y Gonzalo se conocieron en un viaje de esquí en 2015. "Yo iba con mis amigas y él con los suyos, y en una discoteca nos presentó un amigo suyo. Nos dimos cuenta de que íbamos a la misma universidad y que incluso habíamos coincidido en clase en alguna asignatura. Lo típico, no ves nunca a nadie, hasta que te llama la atención; de no vernos nunca a cruzarnos todos los días por los pasillos".
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Siete años después de aquello, en 2022, decidieron que había llegado el momento de casarse y Gonzalo sorprendió a Victoria con un anillo. "Era el día del libro, tengo muchos recuerdos de ese día con mis abuelos, y no pudo acertar más con el día, creo que después de la boda fue el más bonito de mi vida sin dudarlo. Se equivocó con el tamaño y el anillo solo me cabía en el dedo meñique, y al día siguiente tenía un viaje por trabajo a Portugal, así que fui con mi anillo en el meñique durante una semana".
El 17 de junio de 2023 Victoria y Gonzalo se dieron el 'sí quiero' en Toledo, la ciudad de la novia (él es de Madrid), en la iglesia de San Andrés. "La iglesia de San Andrés es preciosa y con una luz espectacular que nos encantaba para el rollo de nuestra boda. La única pega era el acceso, pero soy de Toledo y se acepta que para llegar a la Iglesia haya que hacer carambolas", dice la novia.
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Tantas carambolas que ella y su padre llegaron tarde a la iglesia. "Tuvimos problemas con el coche, nos equivocamos de camino en el casco de Toledo y casi nos quedamos atascados en una calle estrechísima. Tuvimos que salir corriendo mi padre y yo hacia la Iglesia porque un taxi estaba parado delante de nosotros en dirección contraria y no nos dejaba avanzar… Bastante show, pero todo salió genial", apunta.
Después se trasladaron a la finca Los Lavaderos de Rojas, un espacio con muchísimo encanto. "No pudieron ponernos más facilidades en cuanto a horarios, escoger proveedores, etc. Y eso fue lo que nos hizo decantarnos porque no queríamos organizar un evento ya cortado por un mismo patrón, sino hacer algo como nos apeteciera".
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Victoria y Gonzalo organizaron toda la boda a distancia (se casaban en Toledo, pero vivían en Barcelona) y eso no siempre resulta sencillo. Por eso buscaron proveedores que los ayudaran y les pusieran las cosas fáciles. "Tengo que decir que una de las suertes de la boda fueron los proveedores. Todos se portaron de diez y nos dieron todas las facilidades del mundo, algo súper importante para nosotros viviendo lejos del lugar de la celebración. No nos comimos mucho la cabeza con la organización, salvo las dos últimas semanas".
La novia nos cuenta que, pese a todo, no contaron con ninguna wedding planner, pero Cristina, su hermana, estuvo pendiente de todo el día de la boda y se encargó de muchos detalles. "¡No se lo puedo agradecer más! Yo esa semana estaba insoportable y el sábado me levanté y me desentendí totalmente de todo y me dediqué a disfrutar. Es la mejor. También los hermanos de Gonzalo nos ayudaron, de hecho uno de ellos nos llevó a mi padre y a mi a la iglesia".
De aquel día, Victoria se queda con la felicidad en las caras de su familia y amigos. "Los dos sentimos que todos tenían ganas de que diéramos este paso y poder compartirlo con ellos fue inolvidable. La emoción de todas las personas que nos quieren. Para mí también la mirada de Gonzalo esperándome en el altar. Realmente todo es increíble. Me casaría todos los años", dice divertida la novia.
Y si tuviera que dar un consejo a otras parejas, también lo tiene claro: "Que no se hagan fotos en el cóctel que se lo pierden entero y es una pena. Que no se obsesionen con algún preparativo o proveedor, todo sale bien porque o nadie sabe lo que planeabas o porque las personas tienen buena intención o están acostumbradísimas a dar bodas. Que disfruten de los detalles porque luego se olvidan tantas cosas".
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Victoria quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Finca: Lavaderos de Rojas
- Vestido: Alejandra Oria
- Fotos: Ereaga Studio
- Vídeo: Ochoveinticuatro
- Cátering: Laurel Catering
- Flores finca: Botanyco
- Grupo de animación en el cóctel: Julia González
- DJ: Rafa Juarez
- Animación fiesta: Horaloca
- Flores Iglesia: Maua Estudio Floral
- Zapatos: Jordi Anguera Atelier
- Maquillaje y peluquería: Rebecca Martín