Un vestido de novia lleno de detalles 'vintage' para Teresa, la madrileña que se casó en Asturias

Hay novias que, con su vestido, quieren hacer un guiño a su historia familiar. Algunas reciclan el diseño que llevó su madre o su abuela el día de su boda, como hizo Luisa Bergel. Otras utilizan parte de la prenda para dar vida a otra, una capa o un sobrevestido, por ejemplo. Teresa nos explica que ella llevó a su primera cita con Sole Alonso, la diseñadora encargada de dar forma a su look nupcial, una caja llena de encajes de su tatarabuela y sus dos bisabuelas. "Cuando abrí las cajas me quedé alucinada de todas las maravillas que había. Ahí tuve claro que quería que el vestido estuviera diseñado con encajes de las dos familias. Me inspiré en muchas cosas: el desfile de Dior Cruise inspirado en Frida con muchísimos tejidos y bordados, trajes indianos, vestidos campestres de lino", nos cuenta.

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Un vestido lleno de detalles 'vintage'

Teresa conocía a Sole y a su hermana Amalia porque son la tía y la madre de un amigo del colegio. "Cuando una de mis mejores amigas se lo hizo con ella, no dude en ir a verlas. Desde el primer momento me sentí como en mi casa y supe que lo tenía claro. Además, con Sole vas construyendo el vestido con ella desde cero. Me acuerdo perfectamente lo último que les dije cuando fui a recoger el vestido antes de irme a Asturias: 'Mil gracias por todo porque de todas las cosas que supone organizar una boda, pasar este rato con vosotras ha sido mi momento de desconexión, tranquilidad y diversión'. Me lo he pasado bomba con Sole y Ana. He ido a todas las citas con mi madre y con mi tía y cada cita era más divertida que la anterior".

La novia nos cuenta que tenía claro que quería un vestido de lino. Después de revisar la caja de encajes, Sole, su madre y su tía vieron muchas posibilidades a una enagua antigua con encaje encaje valencienne y pasacintas de color malva. Aunque finalmente se convirtió en la pieza principal y la utilizaron para las mangas y la espalda, a Teresa le costaba verlo. "Al final Sole lo fue diseñando y es lo que más me ha chiflado del vestido. De hecho se reían mucho de mí y me decían todo el rato: 'y tu no querías que fuese ese…'". 

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Otro detalle muy especial era el bajo del vestido, confeccionado con el embozo de una sábana antigua que daba mucho movimiento a la prenda. "La cola fue de lo último que decidimos y al final elegí una cola enorme de un lino increíble", nos cuenta la novia. 

Teresa, como muchas novias, llevó velo el día de su boda. Pero fue una decisión de última hora. "Yo no era muy partidaria a llevarlo, pero Sole me lo metió junto al vestido para que lo decidiera el día de la boda. Me lo lleve a Asturias y al final, tal y como me dijo, me lo acabe poniendo", asegura. Además, completó su look unas sandalias blancas de YSL, regalo de su madre. "Yo siempre voy con zapatillas de plataforma y cuando voy en tacones, siempre voy super alta. Mi madre, que me conoce mejor que nadie, tenía claro que eran 'muy yo'. Además son comodísimas, aguanté hasta las mil con ellas".

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El poder de las joyas

Hay novias que llevan piezas sencillas para su gran día y otras, como Teresa, que apuestan por joyas llevas de historia. Nos cuenta que las suyas fueron un regalo muy especial de su padre. "Desde que soy pequeña he ido a subastas con él y siempre que llegaba el catálogo de Ansorena, me lo dejaba en mi cuarto para que lo viera y todavía sigo viéndolo porque me encanta. Antes de mi cumpleaños vi en el catálogo el broche y los pendientes y me enamoré locamente. Eran margaritas con esmeraldas. El día de la subasta yo estaba trabajando y me acuerdo que mi padre me escribió un mensaje para decirme que nos lo habían quitado. El día de mi cumpleaños cuando me levanté para irme a trabajar, me dio la sorpresa y apareció con las joyas".

Las margaritas y el olivo fueron los grandes protagonistas del ramo de Teresa. La novia nos explica que las primeras son sus flores favoritas y el segundo le recuerda a su padre, sus abuelos y el campo. "Mi hermano y yo, desde pequeños, hemos crecido rodeados de olivos en nuestra finca de Osuna. Además celebramos la pedida ahí y decoramos todo con muchísimo Olivo. Me pareció el doble de especial llevarlo en el ramo ese día", apunta. En el ramo también llevaba una medallita de la Virgen de la Alegría. "Fue un regalo y una tradición con mis amigas del cole, y además una cinta de lino que me regaló una amiga con mis dos teckels borados".

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Teresa, como la mayoría de novias, apostó por un maquillaje natural y muy favorecedor con el que sentirse ella misma (nos confiesa que no suele maquillarse) y verse guapa. "Lorena es la mejor profesional de Asturias, sin duda. Imaginate lo guapa y bien que me vi que ya he quedado con Lorena para que me de un curso de maquillaje". El peinado, un semirrecogido con trenzas, fue obra de Bárbara. "El día de la boda Barbara improvisó y me hizo ese peinado que no me podía gustar más. Mi idea principal era soltármelo pero estuve tan cómoda y me daba tanta pena quitarme el broche que no me cambié de peinado en toda la noche". 

Una imagen de la novia junto a sus padres y a su hermano. 

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Su historia de amor

Teresa y Jorge se conocieron en 2017, trabajando en la misma empresa. "Empezamos a hacernos super amigos y justo a los pocos meses nos mandaron a un proyecto a Colombia con varios compañeros. Estuvimos viviendo en Bogotá seis meses y empezamos a salir juntos justo el último mes. De hecho nuestra primera cena solos fue bastante complicada logísticamente y después de muchos intentos. Siempre nos escribían el resto de compañeros para hacer algo, y como no teníamos excusa para ausentarnos, ya que todavía no era público, se acababan uniendo a nuestros planes y teníamos que llamar en secreto a donde hubiéramos planeado esa primera cita para ampliar mesa para el resto de gente y disimular. Por fin conseguimos escaparnos a un Italiano que nos encantaba en el centro de Bogotá pero nos costó llegar dos horas por todo el atasco. Al final tuvimos que cenar rapidísimo en media hora porque cerraban el restaurante. Siempre decimos que nuestra primera cita fue prácticamente en un uber en Bogotá", recuerda ella divertida.

Cuatro años después de aquello decidieron que había llegado el momento de dar el paso. "Ambos queríamos casarnos y fue algo que surgió de manera natural entre los dos. Cuando me lo pidió, Jorge y yo teníamos un viaje a una casita rural en Gredos que yo intenté boicotear a toda costa porque volvíamos de estar en Jordania en Semana Santa, estaba agotada y hacía un tiempo horrible. Entre todos me convencieron para ir y menos mal... ¡El pobre ya tenía todo preparado para que fuese ese fin de semana!".

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El pasado mes de septiembre Teresa y Jorge se dieron el 'sí, quiero'. Fue una ceremonia religiosa celebrada en el Palacio de Meres, en Asturias, un lugar lleno de magia que a ambos les encantaba. Y es que Teresa, pese a ser madrileña de nacimiento, es asturiana de corazón. "Jorge es de La Rioja y yo siempre me he querido casar en Asturias y a él la idea de que la boda fuese en el norte le encantaba. Me acuerdo que llamamos rapidísimo al Palacio porque era nuestro sitio favorito. Lo tuvimos superclaro y no miramos ningún sitio más. La capilla del Palacio nos pareció super especial a los dos y el entorno es impresionante".

Organizar una boda a distancia no siempre es sencillo. Por suerte, nos explica la novia, contaron con la ayuda de Laina y Raquel del Palacio de Meres. "No puedo estar más agradecida con ellas. Todo lo que nos recomendaron fue todo un acierto y una tranquilidad tremenda. ¡Las adoro!  Mi wedding planner también fue mi tía, que me ha ayudado en todo lo de la boda". Y es que en su enlace no faltó ningún detalle.

El catering fue obra del chef Isaac Loya, del Real Balneario de Salinas. "Nos ayudó mucho a confeccionar el menú con muchísimo cariño. Todas las veces que teníamos que ir a Asturias aprovechábamos para ir a verle y disfrutar de sus platos. ¡Es un auténtico crack y visita obligatoria!". Contaron también con unas mesas de quesos durante el cóctel que, con ayuda de Aitor Vega, quedaron espectaculares. Y tampoco podía faltar la música. "Contamos con Kamikazes. Gonzalo y Jaime son lo más. Yo le di a mi madre mi ramo mientras tocaban Dancing Queen y Jorge y yo recordamos como momentazo de la boda el llegar corriendo de hacernos fotos e irnos juntos con nuestros amigos a cantar y bailar antes de comer".

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Para toda la decoración floral, Teresa contó con la ayuda de Bea, del Invernadero (Oviedo). "Quería que las flores transmitieran los paisajes de Asturias y la Rioja. Muchísimo verde, hortensias, margaritas y jugamos incluyendo uvas y verduras para traer un pedacito de la Rioja a la boda. En la comida, todo giraba en torno al patio principal. Bea decoró con vegetación todo el corredor para transmitir la esencia del norte y del verano. La mesa presidencial estaba en el centro y el resto de las mesas de invitados distribuidas por los distintos salones del palacio. Los centros tenían como nexo de unión entre todos ellos las margaritas". Muy especial fue también la papelería, regalo de una de sus mejores amigas que es una gran artista. "Queríamos que cada mesa tuviera un dibujo especial y creo que lo conseguimos casi, así todos los invitados querían llevarse el suyo".

Después llegó el momento la fiesta, que tuvo lugar en una carpa que montaron en los jardines del Palacio. "Contamos con DJ Peche, de GilcaSound, que vinieron desde Madrid. Además de que todos eran de mi colegio, todo fue facilísimo desde que nos conocimos, no nos pueden gustar más. Consiguen que todo el mundo esté en la pista hasta el final. ¡Fue increíble y divertidísimo!".

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Nunca es fácil quedarse con un solo momento de la boda, por eso Teresa prefiere quedarse con tres: "El último momento con mi padre solos en la torre del Palacio antes de entrar en la iglesia. Cuando llegue al altar y me abrace con Jorge. Cuando cantaron a la virgen del Carmen antes de la bendición, era una canción muy especial para todos".

Por último, le pedimos que de un consejo para todas esas parejas que, dentro de poco, celebrarán su boda. "Que disfruten de todo el proceso porque la frase que todo el mundo te repite sin parar de 'todo pasa volando' es verdad. Nada sale mal ese día. Es un día tan especial, que luego solo quieres volver a vivirlo mil veces".

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Teresa quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.

• Vestido: Sole Alonso
• Fotos: Pelayo Lacazette
• Vídeo: Hector Torra
• Joyas: Ansorena
• Joyas: Joyeria Aragoneses
• Cátering: Real Balneario Catering
• Decoración Floral: El invernadero
• Música: Gilca Sound
• Quesos: Aitor Vega  
• Coro Capilla Palacio de Meres
• Carpa: Globa Rent
• Autobuses Castromocho
• Easy wedding 
• La Gran Taberna (dónde celebramos la preboda). Lo incluyo porque mucha gente me ha preguntado y es un sitio ideal que igual le sirve a alguien que necesite organizar una preboda en Oviedo.