Un vestido de novia sencillo y una capa de gasa: la elección de Lourdes para su boda en Granada

Se decantó por un diseño de Teresa Baena que acompañó con un cubreraíz y horquillas muy especiales

Actualizado 7 de noviembre de 2023 - 13:56 CET7 nov 2023 - 13:56 CET

Elegir un vestido de novia nunca es fácil. Por eso siempre me gusta preguntar a las novias qué es lo más importante para ellas a la hora de seleccionarlo. La mayoría coinciden en que debe ser un diseño que, por el motivo que sea, les encante y encaje con su personalidad, pero hay una parte de la respuesta de Lourdes que me ha gustado especialmente. "No solo es necesario que te guste, sino que realmente seas tú. Hay muchos vestidos que nos pueden gustar, pero no llevan nuestro nombre". Y es que cuando un diseño lleva el nombre de la novia que lo luce se nota porque se mueve de una forma diferente, cómo le pasó a ella.

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Un vestido sencillo, pero muy especial

Lourdes nos explica que cuando llegó el momento de elegir su vestido de novia tuvo claras dos cosas. La primera, que sería una prenda sencilla, elegante y cómoda con un toque original. "No me llamaba la atención el velo, quería cambiar de alguna forma, lo tradicional e incluir un toque original y diferente. De ahí surgió la idea de llevar capa. Los bordados me gustaban más que el encaje. Y no quería escote. Tampoco quería corte en la cintura. Y soñaba con una larga cola. Y a pesar del mes que elegimos para casarnos, quería mangas. Un vestido con mangas me resulta muy especial", nos cuenta la novia.

La segunda, que Teresa Baena sería la encargada de dar forma a su vestido. "Llevaba mucho tiempo siguiendo a Teresa Baena en redes. La calidad de sus tejidos, su estilo, sus bordados… y así fue. Sin dudarlo, lo tuve claro. Me puse en sus manos, en las mejores, y de ahí el vestido de mis sueños".

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Lourdes llevó un vestido sencillo, con escote de barco, una abertura en forma de lágrima en la espalda, con detalles de bordado floral realizado a mano, el mismo que decoraba el extremo de sus mangas. El diseño estaba confeccionado en crepé triacetato, un tejido ideal para diseños sobrios y con cortes minimalistas, y contaba con una cola no desmontable de 1,75 metros. Pero quizá la pieza más especial era la capa de gasa de seda natural, con una longitud de tres metros y medio y con encaje enrolado de velo amantillado.

Aunque los vestidos convertibles, que evolucionan a lo largo de la ceremonia, se han convertido en una constante, cada vez son más las novias que vuelven al vestido único, una pieza que disfrutar de principio a fin solo con ligeras modificaciones como prescindir de la cola o, en el caso de Lourdes, de la capa. "Yo solo quería un vestido, y poder disfrutarlo al máximo. Al quitarme la capa en el lugar de la celebración hice una transformación y se pudo apreciar con detalle la apertura y bordado de la espalda".

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El poder de los accesorios

Cuando un look nupcial es sencillo, como el de Lourdes, la elección de los accesorios tiene un papel todavía más importante. Ella se decantó por unas sandalias azules de Flordeasoka, unos pendientes de cristales con perlas y su anillo de compromiso, un solitario de Suarez. Sin embargo, la novia aportó un toque totalmente diferente a su look al elegir para su peinado (una favorecedora coleta con ondas) unas horquillas muy especiales y un cubreraíz, todo creado para ella de forma exclusiva por María, de Marucca. "Me ayudó mucho para poder hacer la combinación para el tocado. Las horquillas tenían formas de flores y estrellas. Quería seguir la armonía con los bordados del vestido. Y las intercalé con horquillas de perla, para combinarlas con los pendientes", nos cuenta.

Muy especial fue también su ramo. Lourdes nos explica que desde el primer momento tuvo claro que quería que el blanco y el verde predominaran en la composición. "Estaba compuesto por rosa blanca inglesa, rosa mini, flor de cera, eucalipto y olivo. Hablando con mi florista, Mónica, en una reunión unos meses antes de la boda me captó la idea muy rápido". El resultado no pudo ser más bonito.

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Para su maquillaje y su peinado, Lourdes confió en Bea Abad y Amparo Carmona, que crearon para ella un look muy natural. Su maquillaje, de efecto piel jugosa, ponía el foco en sus ojos, resaltándolos especialmente. Para el peinado, se decantó por una coleta con ondas, un recogido favorecedor con el que muchas novias se sienten cómodas.

Su historia de amor

Lourdes y Leo son de Granada, una ciudad llena de magia que ha sido el escenario perfecto de su noviazgo y sus planes. La novia nos cuenta que se vieron por primera vez en misa. "Nos miramos sin más. Hasta que unas semanas más tarde coincidimos en una barbacoa con amigos en común. Comenzamos a hablar y hasta el día de hoy. Han sido cinco años de noviazgo con un final de cuento".

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Aunque el matrimonio era la meta de su noviazgo, no fue hasta que llevaban cuatro años cuando vieron que había llegado el momento perfecto para dar el paso. "El año pasado decidí hacer el Camino de Santiago con unas amigas. Él se presentó de sorpresa con su mejor amigo (todo organizado previamente) y al final del camino… llegó la sorpresa. 'Lourdes aquí termina un camino y comienza otro…', e hincó rodilla. Yo no me lo esperaba para nada. Fue increíble, me dejó sin palabras. Así fue como allí, en la fachada del Obradoiro comenzó una nueva aventura. Cuando hablábamos de la pedida le decía que me enteraría antes, que le notaría algo… y no fue así, lo hizo genial".

Por fin llegó el gran día. El 18 de agosto Lourdes y Leo se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia El Sagrario, en Granada. "El sacerdote que nos casó, Chema, era amigo de Leo cuando comenzamos a salir. De hecho quedábamos los tres de vez en cuando para tomar algo. ¡Quién nos iba a decir a nosotros que cinco años más tarde nos casaría! Nuestro amigo decidió irse a Roma y cuatro años más tarde volvió a Granada siendo sacerdote y celebró su primera boda, la nuestra. La homilía fue emocionante, espectacular. Nuestra familia y amigos lo comentaron".

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"Para la celebración elegimos el Cortijo de Enmedio. Ambos lugares fueron decisión de los dos. Cogimos la fecha de la boda un año antes para asegurarnos la iglesia y el lugar de celebración, ya que están muy solicitados. ¡Y no tuvimos problema! La fecha estaba disponible". Lourdes nos explica que ella, con ayuda de su ya marido, fue la encargada de organizar todos los pormenores del gran día. No contaron con la ayuda de ninguna wedding planner aunque nos dice que entiende que en algunos casos su labor sea imprescindible. Ellos disfrutaron mucho de cada paso y el gran día todo salió como habían imaginado.

Lourdes nos asegura que el día de la boda fue especial de principio a fin. "Tener a la gente que más queremos acompañándonos y tan felices fue lo que hizo inolvidable nuestro día". Pero cuando le pedimos que se quede con un solo momento, recuerda lo que sucedió horas antes del 'sí, quiero'. "Por la mañana temprano recibí, en el lugar de preparación, un ramo de flores de Leo con una carta. Y también un ramo de mi mejor amiga; mi testigo, con una carta y una foto nuestra. Recibí bastantes mensajes increíbles y llenos de alegría de amigos y familiares. Las palabras del sacerdote en la iglesia y las de un gran amigo en la cena fueron muy especiales".

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Cuando le pedimos que dé un consejo a otras parejas que, próximamente, celebrarán su boda, Lourdes repite lo que más le decían a ella: "El consejo principal, el mismo que me daban a mí, disfrutad tanto como podáis. No os agobies, hay muchas alternativas para hacer del día de la boda un día memorable. Cada paso que deis disfrutarlo. Comunicaros mucho. Hacedlo todo, o casi todo, juntos. Las reuniones son muy importantes. Hay que estar de acuerdo, y sino, hay que estar de acuerdo hasta que se decida algo. Y no olvidar que a veces menos es más, no intentar meterlo todo, tiene que estar lo importante. Algunos detalles y vosotros, sois el centro. El día de la boda sois vosotros los primeros".