Un vestido de novia plisado, desmontable y con escote 'halter' para la boda de Marta en Toledo

El enlace tuvo lugar entre Talavera de la Reina y Cazalejas y la novia apostó por un diseño que requirió hasta ocho pruebas previas al gran día

12 de julio de 2023 - 10:49 CEST12 jul 2023 - 10:49 CEST

Cuando se trata de diseñar un vestido de novia que venza el paso del tiempo, todo esfuerzo merece la pena. Hay quienes encuentran esa pieza especial en un espacio multimarca, otras apuestan por una propuesta de colección y unas terceras prefieren un diseño a medida. En relación con este último grupo de prometidas, las pruebas previas al gran día se convierten en la garantía del resultado, un escenario emocionante para el que no hay límites. En el caso Marta, una novia viral con una delicada y favorecedora propuesta plisada y desmontable, que se casó en Talavera de la Reina (Toledo), hasta ocho pruebas fueron necesarias para dar forma a su look. “En esas pruebas fuimos dando forma al ‘abriguito’ y al vestido. Debido a la mala previsión de tiempo que daba para la fecha, los tres últimos días antes de la boda tuvo que hacerme Castellar Granados, la diseñadora, una capa de lana, aunque finalmente no la utilicé”, nos descubre ella misma.

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Con cuello ‘halter’

Su vestido de novia desmontable, con el escote de tendencia en temporada primavera/verano, ha triunfado en la red, un diseño que nació en el atelier de Castellar Granados, pero ya vivía en la imaginación de la propia Marta. “Tenía clarísimo que quería un vestido con drapeado y con cuello halter. Confié en Castellar para el vestido y fue un acierto total. En el minuto uno captó mi esencia y personalidad y ya en los bocetos que me diseñó me veía de novia”, confiesa nuestra protagonista.

La toledana sabía desde el primer momento qué era imprescindible para dar con el estilismo de su ‘sí, quiero’, compuesto por un diseño con plisados y drapeados y un abrigo capa que retiró para la celebración. “Pienso que lo más importante de elegir un vestido es que seas al 100% tú y no estés disfrazada. Al final, las fotos van a estar toda la vida y tienes que verte siendo tú misma siempre. Menos es más”, defiende.

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Complementos especiales

La delicadeza de este estilismo viral no solo residió en los detalles del propio diseño nupcial, también en los accesorios que lo completaron. Unos tacones muy versátiles de Mint & Rose, unos pendientes largos acabados en perla de M de Paulet y el anillo de compromiso que le regaló Gonzalo, su entonces prometido y ya marido. Y, además, un diseño floral de corte silvestre y romántico: “el ramo lo realizó Elena Suárez. Mi explicación fue que quería un ramo que no pareciera de novia, con flores raras y quedó increíble”.

Look de belleza

En línea con la naturalidad que buscan las novias actuales, Marta quiso mantenerse fiel a su rostro tal y como es, con ciertos toques de luminosidad y frescura. Se puso en manos de Juan Carlos, de Oui Novias, quien también realizó un peinado muy especial: “es fantástico. Volvería a contar con él sin pensarlo. Quería un maquillaje muy discreto, lleno de luz, con una piel fresca y pelo recogido cien por cien. Para darle un toque más divertido a la coleta, Juan Carlos me propuso ponerme una cuerda a juego con la pedrería de la espalda del abrigo y no pudo estar más acertado”.

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Marta deslumbró a los invitados a su boda y también a Gonzalo, su futuro marido entonces y quien la esperaba en el altar. La suya fue una historia de amor marcada por la casualidad y que nuestra protagonista relata con absoluta sinceridad. “Gonzalo y yo nos conocimos en la noche previa de San Valentín en una conocida discoteca de Madrid. De esto hace hace casi cuatro años. Justo antes de que llegase el Covid”, recuerda.

Boda en Toledo

La pareja se casó el pasado 3 de junio con una ceremonia en la Iglesia Santa Catalina de Talavera de la Reina. “Nos queríamos casar en junio y no muy tarde ya que en Talavera hace mucho calor en verano. Decidimos el día 3 por descarte, ya que mi marido es muy futbolero y el día 10 era la final de la Champions y no podía concebir que el Real Madrid jugara el día de su boda”, reconoce. La posterior celebración llegó en La Cartuja del Alberche, en Cazalegas: "es la finca de una conocida (ya amiga) y para el día más importante de nuestra vida le pregunté si podíamos organizar la boda ahí y no nos puso pegas”.

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Para la organización de su enlace confiaron en Fit for Weddings. “Ana estuvo en todo momento con nosotros, aguantándonos todo un año (se ríe). En la finca había que preparar todo desde 0, ya que es una finca familiar donde no se han realizado bodas más allá de la de la dueña, que nos dejó total libertad para hacerla a nuestra medida. Esto supuso que hiciéramos completamente la boda de 0”, indica. Aunque el montaje podía ser complicado, a los novios les enamoraba la idea de diseñar todo a su gusto, desde el catering a la fiesta.

El menú de su boda fue un trabajo de La Bonnotte Catering, de Madrid, con quienes plantearon una cena amenizada con música en directo. “Contamos con el grupo flamenco Cosa de Dos (original y que gustó muchísimo) en la cena y con el conocido DJ Miki Strello, para la fiesta. Queríamos una cena diferente a todas las bodas. Sabíamos que con los invitados que llevábamos y a nuestra forma, se podía llevar a cabo algo tan arriesgado. Fue inolvidable. La gente se olvidó de todo y fue feliz. Fue un concierto con mesas, donde las sillas estuvieron vacías”, describe.

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Las inclemencias del tiempo

Tan solo una semana antes de la boda, los novios tuvieron que plantearse la presencia de la lluvia. Esto supuso que cambiaran sus planes, pero, por suerte, no tuvieron que renunciar a su esencia. “La verdad que desde el 15 de mayo a hoy, ha llovido todos los días en Talavera, salvo ese sábado, que hizo el mejor día del mes. Añadimos cosas nuevas por si acaso, que al final lucieron brillantemente y nos encantó que fuera así. Fue muy complicado amoldar en dos días el trabajo de un año, ya que toda la boda estaba hecha para ser al aire libre. En Talavera es poco usual que en junio llueva. Por el resto, fue la boda como imaginábamos”, destaca.

Entre risas

"Como anécdota, los autobuses se perdieron yendo a la finca y de 15 minutos de duración tardaron una hora en llegar, tiempo que aprovechó mi marido para fumarse un puro y beber champán, mientras hacíamos tiempo con el equipo de Lorena San José. También, Gonzalo no comió el sábado absolutamente nada y se bebió 13 cafés. El primero a las 9 de la mañana conmigo, habiéndonos acostado la noche antes sobre las 4", revela entre risas.

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Pensando en los detalles

"Como detalle, como queríamos que la boda fuera un reflejo de nosotros, en el cóctel montamos tres puestos de nuestra comida favorita. Aparte de un puesto de jamón que no podía faltar, contamos con un puesto de tortillas de patatas hechas al momento y un puesto de encurtidos Doña Tomasa.

Queríamos que la fiesta fuera (y fue), un festival y para ello David, de Eventos Laguna, se encargó de montarlo".

Decoración de la boda

Desde el primer momento, Marta y Gonzalo tenían claro los detalles de la decoración de su boda. Son unos verdaderos amantes de las tiendas ‘tipi’ y querían que la cena fuese bajo una de ellas. Ello estuvo en sintonía con otros elementos de corte relajado: “por dónde hemos vivido, en varios sitios de playa, queríamos que la mantelería fuera en tonos claros, dando un toque de color en las flores. El mobiliario escogido era todo en mimbre y colores claros. Para la fecha que era, escogimos peonías, tanto para la iglesia como para la celebración”.

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Marta aconseja a quienes se casan próximamente que se mantengan fieles a su estilo e ideas, que no cuenten con la opinión de nadie: “es su boda y su día, no el de los demás. Los invitados tienen que ver en los detalles a los novios”. Y es que así lo hizo nuestra protagonista, para la que todo en su gran día fue verdaderamente especial, no podría escoger. “Desde el momento de mi entrada en la iglesia hasta el último instante de la fiesta. Acabamos de día. Todo un año preparando el día de nuestras vidas hace que lo disfrutes al mil por mil”, concluye. Porque esta será siempre una jornada que los novios recordarán.