En una boda no solo se ríe, se charla o se baila, también se come y, en muchos casos, es posible degustar propuestas culinarias de alto nivel, pensadas para que el invitado disfrute y guarde un excelente recuerdo, cuando todo pase, en su paladar. El menú nupcial suele estar estudiado al milímetro por la pareja y aprobado por otros expertos que se encuentran en torno a ella: el equipo del catering, la wedding planner y los padres de los novios. Y en ese cómputo de platos seleccionados en base a las preferencias de los protagonistas y circunstancias en las que se celebra el enlace, cuenta (y mucho) la bebida que acompaña a cada etapa del banquete. Para descubrir cómo gestionarla correctamente, consultamos a tres reconocidos caterings de nuestro país.
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En sintonía
Lo primero que los novios han de entender es que el menú es un todo que funciona cuando todas las piezas se dan la mano. “Los vinos deben maridar con los platos que se sirven en el menú, es por eso que solemos elegir opciones que abarquen una gran mayoría de platos. Aún así, esto ha cambiado mucho en los últimos años, y ya no se sigue un orden tan estricto con los vinos, y los invitados beben vino blanco o vino tinto según sus preferencias, independientemente de los platos”, nos explican desde Alda y Terry.
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Desde la perspectiva de Vilaplana Catering, la bebida, en realidad, debe de encajar con los novios: “cada boda, como cada pareja, es diferente y debe reflejar su personalidad, su historia… Si lo que les gusta es beber Gin-tonic, ¿por qué centrarse en otra cosa? Y si los novios son gallegos, ¿por qué poner un vino de Madrid? Aquí los novios tienen mucho que decir”. Y a esta visión se suma, también, todo aquello que catering pueda aportar para hacer de la experiencia un recuerdo excelente. “Pensamos que esa unión entre plato y bebida es esencial. Nuestro origen fue una bodega de vinos de los pagos de Montilla Moriles y eso está íntimamente ligado con la esencia de la gastronomía del catering. Apostamos por productos de cercanía en cada plato y con los vinos igual: los generosos de Montilla son un básico en nuestra carta, unido al factor de la temporalidad (en verano blancos fresquitos y los tintos más para invierno)”, desvelan desde Bodegas Campos.
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Las cantidades
Como recomiendan asesores nupciales y wedding planners, apostar por caterings con experiencia marcará la diferencia, pues tanto años en el sector son, en ocasiones, la mejor garantía. Especialmente en materia de selección de bebidas. “La experiencia juega un papel muy importante para determinar las necesidades en función de cada evento. Según la época del año, la ubicación y el perfil de los invitados, la previsión puede variar. Siempre solemos llevar más cantidades de las previstas, ya que así podemos solucionar cualquier imprevisto”, indican desde Alda y Terry. A esta idea se suma, también, la propia visión de los novios, “porque nadie mejor que ellos conocen a sus invitados”, nos dicen desde Vilaplana. “Nadie mejor que ellos para orientarnos sobre las preferencias y gustos de los asistentes y garantizar así el éxito”, señalan.
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Por orientarnos, en Bodegas Campos nos cuentan cómo suele ser habitual la selección de estos detalles: “hay que tener en cuenta la temporalidad, no se bebe igual en una boda de verano que en una de invierno, y más en Andalucía cuando en la temporada alta de bodas superamos los 40 grados a la sombra…Es importante el trabajo previo del equipo de sala y bodegueros, con los cálculos y ratios que, al tener un historial de tantos años, son expertos en calcular las cantidades”.
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Del aperitivo al banquete
Cada momento de la boda tiene unas bebidas destacadas y por eso hemos consultado a Alda & Terry cuáles son las diferencias que ellos encuentran entre las partes principales de las celebración: “normalmente en los aperitivos se bebe más cerveza, champán, vinos de Jerez y algo de vino. En las comidas y cenas los invitados suelen tomar más vino blanco y vino tinto, aunque, esto puede cambiar mucho según cada evento” señalan.
Y es que cada etapa del enlace puede conjugarse para sorprender a los invitados. “la bebida del aperitivo tiene que ser divertida, entretenida y que facilite la conversación. Por ello, siempre colocamos diferentes puntos de bebida para favorecer el movimiento entre invitados: puestos de cervezas, mini gin-tonic o mojitos en verano. En días de calor, es importante que la bebida tarde lo menos posible en llegar de un punto a otro del aperitivo. Durante el banquete, la bebida se vuelve más ‘formal’ y establecida acorde con el menú”, matizan desde Bodegas Campos.
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Desde Vilaplana Catering aconsejan que los novios sorprendan en el aperitivo, que hagan algo diferente, que les represente. “Si son bebedores de cerveza, hagamos un buen córner de cerveza, si lo que les gusta es el gin, sorprendamos con una barra de esta bebida que, además, es una bebida tradicionalmente de aperitivo, y si lo que les gusta es el vino… Pues, busquemos cuál es ‘su vino’. Para el banquete, en cambio, debemos centrarnos en la gastronomía, que tiene mucho que decir al respecto”, confiesan.
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Cuando se acerca el momento de que los novios decidan qué se beberá en su gran día, Bodegas Campos siempre apuesta por una experiencia sensorial. “Las pruebas de menú de cada boda, independientemente de la ciudad en la que vaya a ser, las desarrollamos en la casa principal, la antigua bodega de 1908 donde hoy tenemos el restaurante. Los maîtres, conocedores y expertos en los vinos de todas las bodegas de España con las que trabajamos, son los encargados de explicar las diferentes opciones según el menú escogido. Para nosotros es súper importante la formación en este campo de todos los maîtres y personal de sala”, nos explican.
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A la hora de decidir cómo maridar los platos, desde Vilaplana reconocen que la elección vendrá marcada por el estilo de cada pareja: "depende de una conversación con los novios, de sus orígenes, sus gustos… Y aquí, además, ¡los padres suelen tener mucho que decir! Igual que eligen los platos, deben elegir el tipo de vino con el que se sienten más cómodos. Siempre dentro de una selección previa por nuestra parte y teniendo en cuenta la gastronomía elegida".
En conclusión, para Alda y Terry, es fundamental que las bebidas sean de calidad. "Estamos constantemente proponiendo mejoras para que el cliente opte por la mejor opción. Igualmente, hay clientes que prefieren opciones más específicas, como denominaciones concretas o reservas de algunos vinos. Estos casos los tratamos individualmente en función de sus preferencias", apuntan. Y por ello es muy importante dar con un catering que entienda y esté en línea con las necesidades de los novios.
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