Tras ocho años de noviazgo, Rocío y Pelayo se dieron el ‘sí, quiero’ en una boda mágica en Comillas, Cantabria. Pelayo es gallego y Rocío siempre se había imaginado que su pedida de mano sería en las islas Cíes, sin embargo..., como la vida es inesperada, Pelayo quiso que fuera en Madrid, la ciudad donde todo comenzó. La casa de los abuelos paternos de Rocío fue el lugar elegido por los novios para la celebración y la ermita de San Antonio de Caviedes, decorada con un espectacular arco de ginkgo biloba, el templo idílico para sellar un amor para siempre.
Portada Hola Novias primavera verano 2022
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EL ENCANTO DEL NORTE
Cantabria siempre tendrá un significado especial para Rocío y Pelayo, el lugar donde se dieron el ‘sí, quiero’ y unieron sus vidas para siempre, rodeados por sus seres queridos, las hortensias y la belleza del norte.
EL VESTIDO
“Lo único que tenía claro es que quería que lo diseñara T.BA. Tuve un flechazo desde el día que acompañé a mi hermana Victoria a su prueba de vestido, un año antes. Me encantó la sutileza y elegancia de sus telas y diseños”.
ANTES DEL ‘SÍ, QUIERO’
LOS PAJES
Los conjuntos de los más pequeños también siguieron la línea campestre que definió la estética de la boda.
LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO
Para la celebración del banquete, los novios desearon estar rodeados de naturaleza y arriesgaron por un espacio al aire libre, pero resguardados por unas carpas.
UN TOQUE CAMPESTRE
Además, escogieron unas mesas alargadas, decoradas con plantas para darles ese característico ‘toque verde’ del norte.
LUZ Y COLOR
En la imagen, algunos de los invitados disfrutando del buen tiempo, en el lugar del banquete.