Andrea todavía no se cree cómo vivió el día de su boda: “Fue impresionante, estaba en una nube”, nos confiesa. No solo porque comenzaba una nueva aventura con Jaime, su novio de toda la vida, sino porque 45 de sus invitadas iban vestidas con los diseños de Matelier, su firma de moda. Todo comenzó hace tres años: “Quería montar mi marca, crear algo original, diferente y dinámico; dedicarme a mi pasión”. Para el gran día, Andrea se diseñó también su propio vestido de novia y el resultado fue un espectacular diseño rico en tejidos, de manga larga, sin cola, pero muy ceñido, manteniendo así su sello. El gran día comenzó en la iglesia de San Bartolomé y después continuaron la celebración en la Abadía de Parraces, donde la diversión y la emoción en familia estuvieron aseguradas. Bailes, risas y un sinfín de sorpresas cerraron una boda inolvidable.
Jaime y Andrea se conocen desde pequeños y le pidió matrimonio durante un verano en Ibiza: “Estábamos de vacaciones con mi familia y fue una noche que salimos los dos solos. Yo soy muy familiar y me encantó poder despertarme con todos en casa y contárselo en el desayuno”.
Un total de 45 invitadas fueron vestidas de Matelier: “La madrina, mi madre, amigas, primas… La hermana de Jaime organizó un desfile Matelier improvisado entre las mesas de los invitados. Fue espectacular. Acabamos todas bailando canciones de Abba juntas, parecía que estábamos en la misma película… Jamás lo olvidaré”.
“Quería montar mi marca, crear algo original, dedicarme a mi pasión”. Andrea comenzó su sueño hace tres años. Quién le diría que en el día de su boda, sus invitadas lucirían sus propios diseños.