Vestido de novia de colección vs. a medida: cómo elegir el más adecuado para ti

En más de un foro nupcial en Internet, se repite la misma pregunta: ¿debo casarme con un vestido de novia a medida o me hago con uno muy bonito que ya esté listo? La novia se sumerge así en uno de los debates más importantes del gran día, el que decide si es mejor el proceso paciente y delicado de la costura personalizada o la solución igual de elegante y polivalente de un diseño de colección. La respuesta está más cerca de aquello que guste más a la protagonista del gran día, de su presupuesto y de la idea que tenga en mente que de una solución que sirva para todos los tipos de mujer. 

No obstante, por la situación actual, las propuestas de colección se están posicionando mejor en este momento entre numerosas novias españolas que renuncian a posponer su boda, al encajar, por su estilo, en bodas íntimas, de aforo reducido. “Diseñadores que única y exclusivamente se dedicaban a la medida están apostando cada vez más por un prêt-à-porter que sin perder su esencia, les permite llegar a ese tipo de clienta que o bien no imagina una medida o quiere algo rápido sin necesidad de demasiadas pruebas”, explican desde Love is in the air, un espacio multimarca que ofrece tanto alternativas de colección, como creación a medida. 

“Como profesionales pensamos que las dos opciones van a estar ahí siempre, no es una mejor que la otra, es simplemente el tipo de novia y eso se nota en una primera entrevista con ellas, por eso es fundamental abrir el abanico de posibilidades. De manera que, colección o medida, nos quedamos con las dos, siempre y cuando estén bien hechas”. Pero hay perspectivas para todos los gustos, por ello hemos preguntado a diversas firmas.

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Pro a medida: el vestido sentará como un guante

“Los dos factores más importantes en un vestido de novia a medida son la participación activa de la clienta en la creación del traje desde su inicio y la garantía absoluta de que cuando llegue el gran día, le sentará como un guante”. Es Carlos Vignau, responsable de comunicación de Navascués, quien defiende su impecable trabajo y aboga por una novia que pueda sentirse única y ser fiel a su estilo desde cero. "La novia puede y debe opinar en todo momento y decidir durante el proceso de confección qué cosas le gustan y qué cosas no. Es muy diferente a la experiencia que puedes vivir si te decides por un prêt-à-porter”. Y concluye resaltando las virtudes de la costura, pues con ella se obtiene “un resultado final impecable, con un trabajo artesanal espectacular”.

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Pro colección: es más versátil

La firma de moda para invitadas Malmo acaba de lanzar su colección para novia, con piezas minimalistas que ofrecen grandes posibilidades a la clienta. Sus propuestas, explica, “Están pensadas para que puedas volver a ponértelas después de la boda y no dejarlas aparcadas en el armario”. Paola Redondo, la fundadora, apunta a sus diseños como una opción perfecta para miedosas: “Nuestros diseños son sencillos, de líneas atemporales y desde que te los pruebas sabes cómo será el resultado final. A veces en un taller tradicional cuesta ver cómo será el vestido final y eso asusta un poco, hay que tener 100% de confianza en el/la diseñador/a que elijas”. Confiesa que desde siempre, pero más dada la situación actual, las novias no quieren hacer un gran desembolso o buscan un segundo vestido para la boda que puedan tener listo ya.

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Pro a medida: los mejores materiales y artesanos

“Lo que más me gusta de nuestra forma de trabajar es que se ‘humanizan’ las prendas, por la cantidad de gente que pone todo su esfuerzo e ilusión en crear una sola pieza. Palabras con las que introduce su defensa de los talleres Sofía, diseñadora al frente de Sofía Delgado Studio. Su propuesta tiene un valor diferencial: “Creo que está sobradamente demostrado que cada cuerpo es un mundo, y mi trabajo es ser experta en conocerlos y potenciarlos. Además el diseño a medida tiene un componente extra de ilusión por la experiencia, ya casi obsoleta, de vivir un proceso creativo de principio a fin y la posibilidad de utilizar los mejores materiales y mano de obra, de los que se suele prescindir generalmente en la producción en masa”, indica. 

No obstante, la novia debe tener en cuenta que durante el proceso no deben faltar la paciencia y la confianza. “Paciencia, que normalmente se traduce en ilusión, porque el resultado final, a pesar de tenerlo definido desde el principio, se va perfilando poco a poco; acostumbradas a la moda del fast fashion en que te sueles cansar de una prenda la tercera vez que te la pones, en una prenda a medida cada vez que te la pruebas te apetece más estrenarla”, aclara. Y deja un espacio para la confianza: “Lo más divertido de este proceso es ‘abandonarse’ un poco en las personas que trabajan en tu vestido ya que son las primeras interesadas en que quede increíble y que destaque lo mejor de la clienta. Hay un trabajo previo muy exhaustivo de comunicación con la persona que lo va a llevar, para que no sólo se vea el estilo de la casa, sino también la personalidad de quién lo va a defender”.

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Pro colección: más asequible y rápido

Para quienes tienen prisa o para quienes no pueden permitirse un diseño a medida. Estas son las claves que resumen las ventajas de los vestidos de colección que explica Manuela Castilla, del departamento de comunicación en Cherubina: “Un diseño de colección tiene un precio más asequible y su proceso de elaboración, frente a uno hecho a medida, es rápido y más sencillo”. Y continúa: “Además, el hecho de ver ya un vestido terminado puede ayudar a que las indecisas finalmente se decanten por uno o tengan más claro qué diseño quieren llevar en su gran día. No hay que olvidar que además, las novias pueden realizar variaciones a los vestidos de colección, para adaptarlos todavía más a sus gustos y preferencias”. Su colección Ready-to-love que ha visto la luz hace poco es consecuencia de la necesidad de opciones que encajen en bodas “que se celebran en esta nueva normalidad”, ya que las novias “ están optando por vestidos más sencillos”, aclara Manuela. 

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Pro a medida: potenciar los puntos fuertes y disimular lo que no les guste

“Empezamos con una entrevista para conocer los detalles de la boda, sus gustos e ideas. Con lo que nos transmite comenzamos a diseñar y modelar el vestido sobre ella, probándole toiles y recomendándole la silueta que más le favorece, para pasar posteriormente a la fase de diseño que nos permite materializar nuestra creatividad en cada diseño, para hacerlo único y diferente”. La propuesta de Cristina Valenzuela, alma máter de Valenzuela Atelier, es clara: realizar cuatro pruebas que permitan imprimir el estilo de cada novia en el vestido. El mayor valor de una creación de costura, destaca la diseñadora, es el hecho de la experiencia que supone para la novia y la posibilidad de diseñar un patrón único para cada mujer. 

Y da un aviso a todas las interesadas: “Aconsejamos empezar con seis meses de antelación, para realizar todo el proceso con más tranquilidad. Siempre indicamos que se fijen en lo que realmente es importante: la silueta del vestido. Se trata de potenciar sus puntos fuertes y disimular lo que no les guste. Les recomendamos lo que más les favorece, porque se puede ‘decorar’ mucho un vestido, que como no siente bien, da igual lo que le pongas”.

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Pro colección: no hay que imaginar nada

Quienes no estén convencidas de cómo podría quedar un resultado final si el diseño se hace en un atelier, pueden encontrar la solución más práctica en un modelo de firmas que hacen colección. Así lo creen en Love is in the air, un espacio multimarca de éxito con nombres nacionales e internacionales. “Hay muchas novias que no se imaginan cómo queda la prenda, ni qué estilo les favorecerá. Poder probarse una colección, si estás indecisa, es una ventaja tremenda”.

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Colección o a medida: al 50%

Victoria Imaz es una de las firmas que ofrece a sus clientas tanto diseño a medida como propuestas de colección. Defiende que en estos momentos, las propuestas ya confeccionadas son las más demandadas, porque, en su caso, “se personalizan al gusto de cada clienta, y se realizan artesanalmente en nuestros talleres uno a uno”, aunque no incorporan la ventaja de sostenerse sobre un patrón exclusivo para cada una de las novias. ¿Qué ha motivado este giro en su propuesta? “El tiempo de producción es menor y en la época que nos está tocando vivir esa es una gran ventaja, ya que las novias planifican con menos tiempo su enlace. También son vestidos más asequibles, no hay que obviar que el poder adquisitivo de muchas familias se está viendo afectado por la situación que estamos viviendo”.

Pero, ¿significa esto que los vestidos a medida tienen menos posibilidades? “Yo creo que la confección a medida nunca va morir, tiene un encanto especial vivir ese proceso”. Una visión que sirve de prueba definitiva para poder decir que esta elección es, al fin y al cabo, una cuestión de circunstancias.

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