Que el mundo nupcial ha sufrido una evolución acelerada en los últimos años es algo que nadie niega. Ni diseñadores, que se reafirman cuando se les pregunta sobre ello, ni novias que ven cada vez una mayor diferencia entre los vestidos que quieren ellas y los que convencían a sus madres. Pero, ¿qué se busca? ¿Hacia dónde va la moda nupcial? Algunos creadores, como José María García, director creativo de Ze García, se atreven a vaticinar que a la personalización total. "La novia tiende a ir a grandes marcas como primera opción, pero creo que al final buscan la experiencia personalizable que puede ofrecer un atelier". Otras, como María Gadea, aseguran que este sector "es cada vez más abierto a patrones y tejidos diferentes. Se van incorporando tendencias lifestyle y se sale un poco del clásico vestido de novia princesa". Y razón no les falta a ninguno de los dos. Hemos visto que los vestidos a medida son cada vez más solicitados, que los de corte lencero gustan cada vez más y que tendencias como la de las mangas abullonadas parecen haber llegado para quedarse. Pero quizá la mayor sorpresa son los dos piezas que se imponen en un sector que, hasta ahora, predominaban los vestidos.
VER: Primavera y verano, las temporadas preferidas de los dos piezas
Cuando hablamos de un dos piezas es posible que lo primero que imaginemos sea conjuntos compuestos por una blusa o americana y un pantalón o una falda corta. Aunque es frecuente que algunas chicas elijan para su 'sí, quiero' un traje de chaqueta –sobre todo si se trata de una ceremonia civil– lo cierto es que estos diseños no son los que más convencen. "El pantalón o vestido corto suele ser para segundas opciones. No suelo hacer novias que se casen en pantalón. En cambio el vestido corto sí que es una tendencia que gusta mucho, pero nunca va a sustituir el vestido largo de novia. Lo llevan para fiestas preboda, eventos o algo civil", apuntaba José María García. Entonces, ¿qué espacio tienen los dos piezas en las bodas? Basta explorar las colecciones de varias firmas para descubrir una serie de diseños que, aunque parecen vestidos, en realidad no lo son. Se trata de combinaciones de faldas altas y largas que funcionan bien con cropped tops de encaje, faldas con silueta lápiz que se fusionan con camisas. Pero también hay chalecos de encaje que se colocan sobre vestidos ultrasencillos o kimonos que ayudan a dar una mayor presencia a los omnipresentes slip dress.
Según el informe Asos Retail Report de 2019, desde septiembre de 2017, la firma ha vendido su vestido "maxi con top corto y mangas largas de encaje" de Asos Edition en más de 3.500 ocasiones, convirtiéndose en la pieza nupcial con más compras de la plataforma online. Un dato que ratifica el aumento significativo de este tipo de conjuntos que, pese a parecer un vestido, no lo son. Pero para descubrir estos diseños no es necesario irse demasiado lejos ni recurrir solo al mundo digital. Firmas como Colour Nude, Beba's o María Baraza plantean este tipo de opciones. Para ambas es una forma no solo de ofrecer una segunda vida para ciertas prendas –sí, hay chicas que reutilizan parte de sus vestidos de novia en looks de invitada–, sino de conseguir modelos que evolucionen a lo largo de la ceremonia y que ofrezcan, además, un mayor grado de personalización. Otras propuestas, como las de las francesas Victoire Vermeulen o Donatelle Godart, no pretenden cambiar conforme avance la fiesta. Sino ofrecer diseños llenos de originalidad, que favorezcan la figura femenina y se asemejen, en todo lo posible, a las prendas a las que las novias recurren en su día a día. Una forma de romper con ese miedo a sentirse disfrazadas que persigue a muchas chicas. Y sí, los dos piezas son una tendencia en alza para conseguirlo.
Así son los dos piezas de 2020
Aunque esta tendencia lleva varias temporadas colándose en algunas colecciones no ha sido hasta ahora cuando ha habido un aumento significativo en las propuestas. Firmas como Pronovias ofrecen, además de sus vestidos de colección, la opción de crear una pieza personalizada combinando diferentes faldas y tops –lo han denominado Mix & Dream–. La estadounidense BHLDN hace ya un tiempo que integró la categoría Bridal Separates en su catálogo, en la que es posible descubrir total looks compuesto por dos piezas que también son intercambiables y permiten crear nueva y múltiples opciones. Pero los nombres de las firmas que se suman a esta tendencia, es mucho mayor. Rime Arodaky, Laure de Sagazan o Lela Rose, a nivel internacional y Marta Ferrao, Alicia Rueda Atelier, Beba's, Otaduy o Isabel Zapardiez, en nuestro país.
Es cierto que hay opciones en las que se puede apreciar claramente que la parte superior y la inferior del conjunto van por separado pero, en la mayoría de los casos, se trata de diseños que se mezclan fenomenal y dejan mucho lugar a la duda. ¿Se trata de un vestido que simula ser un dos piezas o un dos piezas con apariencia de vestido? Un misterio con el que diseñadores y novias se atreven a jugar y da como resultado prendas inolvidables.