Uno de los primeros pasos a seguir por los novios, tras la pedida de mano, es elegir el emplazamiento de la boda. Tomar esta decisión puede no ser sencilla, puesto que depende del número de invitados que los prometidos tengan en mente, el tipo de enlace que deseen, las condiciones climáticas esperadas para tal época del año y, especialmente, la disponibilidad de espacios para ese momento.
En puntos muy diferentes de la geografía española existen numerosas fincas dedicadas al sector nupcial, que destacan, no solo por su belleza, sino por contar con zonas ajardinadas y áreas al aire libre perfectas para disfrutar con buen tiempo o sin él, porque muchas cuentan con facilidades como carpas o superficies acristaladas para protegerse si el clima no acompaña. He aquí una selección de imprescindibles.
Torre de la Reina (Guillena, Sevilla)
La fascinante historia de esta histórica casa sevillana puede sorprender a los novios tanto como sus impresionantes jardines árabes. Este emplazamiento fue fortaleza califal de defensa de la capital andaluza, más tarde, campamento de la retaguardia del Rey Fernando III el Santo, durante el periodo de conquista de la ciudad en 1248 y, a finales del siglo XIII, propiedad de la Reina de Castilla, Doña María de Molina. Este último hito le dio nombre a la localización, que cuenta con salones interiores pensados para más de 600 personas y zonas exteriores para más de 1.000, perfectos para una boda que no pase desapercibida. En lo que respecta al menú para el gran día, catering de cabecera es Alfonso, empresa con más de 50 años de experiencia en el sector de los eventos premium.
Palacio Santa Cristina (La Cumbre, Cáceres)
No existen apenas limitaciones de capacidad en este espacio situado a 15 kilómetros de Trujillo y 30 de Cáceres. Un total de 500 invitados sentados en una misma zona exterior y hasta 1.000 repartidos por todo el recinto podrían disfrutar de este espectacular palacete de principios del siglo XX. Encinas centenarias repartidas en 15.000 hectáreas hacen de este enclave un lugar de ensueño donde ya descansaron personajes ilustres de toda Europa.
Dehesa Bolaños (Jerez de la Frontera, Cádiz)
Ya sea primavera o verano, este cortijo en plena dehesa gaditana, con servicio en exclusiva a cargo de Alfonso Catering, es perfecto para disfrutar del buen tiempo en bodas con un gran número de invitados. Con capacidad para realizar banquetes de hasta 2.500 convidados y cócteles que superan los 3.000, su historia está directamente vinculada al mundo bodeguero y al de la tauromaquia y en sus instalaciones se encuentran un merendero repleto de parras, varios porches, amplios salones interiores, un picadero y una plaza de toros.
Cortijo El Chamorro (Dos Hermanas, Sevilla)
A las afueras de Sevilla, en el término municipal de Dos Hermanas, se enclava este cortijo rodeado de naturaleza. Un olivar abraza el recinto al completo, preparado para albergar a más de 500 personas en eventos de todos tipo, especialmente bodas. Además, sus exteriores, entre los que también destacan un patio andaluz, el denominado Jardín de las Moreras –2.500 metros cuadrados de césped– y una piscina, admiten todo tipo de espectáculos para endulzar la celebración a novios e invitados.
La Torre del Visco (Fuentespalda, Teruel)
Tanto para bodas civiles como para ceremonias religiosas, este establecimiento en Teruel cuida al máximo del último detalle. Posee un salón con chimenea y un romántico jardín perfecto para enlaces, especialmente íntimos y familiares. Si el cliente lo desea, su equipo realiza actividades los días previos a la boda para que se conozcan las dos familias. Además, en el entorno que rodea a la casona, se ubica una discreta ermita dedicada a San Pedro de Verona donde pueden celebrarse bodas católicas. Más allá de la belleza del espacio y las buenas recomendaciones de quienes han celebrado su enlace en él, este hotel y restaurante es un oasis ecológico en el que se mima al visitante con el fin de proteger y promocionar la cultura, naturaleza y productos de la región.
De norte a sur: 7 fincas en las que celebrar una boda con vistas al mar (o a un lago)
Convento de San Francisco (Fuentidueña, Segovia)
De un enlace íntimo y reservado a una celebración de hasta 450 personas, las posibilidades de esta edificación con rastros de arquitectura románica son muy diversas. 60.000 kilómetros cuadrados de finca y una atención personalizada al cliente son dos de sus mejores argumentos para convencer a las parejas de prometidos. Tan solo se celebra un evento por fin de semana en su recinto, con espacio para ceremonia civil, cóctel y barra libre. Si bien el convento no está abierto al público, sí que permiten a invitados y novios alojarse en sus instalaciones.
Molino de Zuacorta (Villarubia de los ojos, Ciudad Real)
Desde el S.XV hasta hoy han pasado años y acontecimientos, pero este molino harinero se mantiene casi intacto en la actualidad. Sus coquetos jardines y sus instalaciones reformadas, de las que Mi Dama Madrina es wedding planner, harán las delicias de los novios manchegos que busquen una localización al aire libre para su gran día. Por si fuera poco, su cercanía al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel convierte a este lugar en uno aún más especial.
Masía Can Martí (La Riera de Gaià, Tarragona)
Construida en 1680, esta típica masía a tan solo siete kilómetros de Tarragona esconde una amplia variedad de espacios exteriores y estancias en las que se funden pasado y presente, minimalismo y estética rústica. A sus servicios de alojamiento, menú personalizado o habitación para la novia, se unen un huerto propio de cultivo ecológico y una cocina de mercado, a cargo del chef Jaume Drudis, con una oferta gastronómica puramente mediterránea.
Finca Villa María (Las Rozas de Madrid, Madrid)
Desde 1994, esta finca madrileña se ha abierto camino en el universo nupcial y hoy ya es todo un referente en el sector. Dividida en dos áreas diferenciadas, El Palacete de Villa María y La Casa del Cenador de Villa María, y con un agradable jardín y terraza acristalada, mantiene un personal aire romántico y vintage en sus espacios.
Pazo do Tambre (Serra De Outes, La Coruña)
En el corazón de La Coruña, justo en la desembocadura del río Tambre, se localiza este pazo gallego de increíble entorno, con fuentes naturales, lagos, caballerizas, estanques, jardines, un embarcadero y un bosque a su alrededor. Sus interiores, de inspiración aristocrática, también están habilitados para la celebración de eventos de hasta 300 convidados. En cuanto a su propuesta gastronómica, trabajan con materias primas locales y mezclando en su menú productos de la tierra y el mar.
El Cañuelo, Love Garden (Bolonia, Cádiz)
Junto al mar y con unas vistas de cuento hacia el Atlántico, esta finca gaditana es ideal para disfrutar de la naturaleza. En este idílico rincón han contraído matrimonio varias celebrities. Cuenta con un jardín con un bonito estanque rodeado de monolitos y en su perímetro puede albergar hasta 250 convidados. Además, su especialidad son bodas de inspiración boho y destination weddings.
S'Olivaret (Alaró, Mallorca)
Con la Sierra de Tramontana como escenario, esta finca de estética e historia mallorquinas admite hasta un máximo de 200 invitados en sus eventos interiores. Para disfrutar de las vistas, en su piscina al aire libre es posible organizar un cóctel de bienvenida para los asistentes de lo más agradable. ¿Más facilidades? Al tratarse de un hotel rural, ofrecen la opción de que los invitados puedan quedarse a dormir.