Es tradición que las royals cambien su vestido de novia, generalmente clásico, por un diseño más moderno para la fiesta celebrada después del enlace. Una tradición a la que se han sumado celebrities e influencers. Seguro que recuerdas que María Pombo sustituyó el diseño de escote halter de Yolancris de la ceremonia por uno de inspiración boho de la misma firma, o que Pilar Rubio eligió un mono rojo como relevo del look blanco, firmado por Zuhair Murad, que llevó en la ceremonia religiosa. Pero no solo ellas se atreven. Cada vez más novias buscan un segundo vestido para su gran día. Aunque algunas apuestan por diseños transformables que ir variando a lo largo de la celebración, otras buscan opciones únicas y llamativas. Y las propuestas salpicadas de pedrería, que bien podrían protagonizar alguno de los cuentos de las Mil y una noches, son las preferidas.
Asimétrico
El protocolo en las fiestas suele ser mucho más relajado que en las ceremonias religiosas. Si en las segundas se aconseja que las novias cubran sus hombros, en las primeras no es necesario. Esta parte del cuerpo, una de las más femeninas y sugerentes para muchos diseñadores, se favorece con los diferentes escotes de tendencia. Pensado para aquellas chicas que quieren mostrar, pero no de forma excesiva están las asimetrías. Diseños favorecedores y llenos de romanticismo.
Tipo wrap
Desde que Diane von Furstenberg popularizó este vestido en los años 70 se ha convertido en un básico imprescindible del armario femenino. Y una silueta que se cuela también en el mundo nupcial. Estos diseños envolventes tienen la peculiaridad de favorecer cualquier figura. Además, son cómodos, versátiles, fácilmente combinables y sexis. Firmas como Dana Harel no han dudado en incluirlos en sus propuestas para novias añadiéndoles cristales y pedrería.
Con abrigo largo
El día de su boda, María Pombo confió en la firma española Yolancris y lo hizo eligiendo dos vestidos de tendencia, con los que escapó de las opciones más clásicas. El primero de ellos, un sencillo diseño con escote halter, estaba acompañado por un abrigo largo, tipo batín, salpicado de transparencias. Esta opción puede ser ideal para el segundo vestido, sobre todo si la fiesta se celebra en meses de temperaturas más ligeras. Una tendencia que abrazan otras firmas españolas como Beba's que propone el elegante diseño de la imagen en su colección 2020.
De tul
El crepe es, junto al encaje, uno de los materiales más utilizados en el sector nupcial. Sin embargo, otros tejidos como el tul se utilizan para aportar ligereza a los diseños con volumen. Algo fácilmente comprobable en el vestido de la firma de Rocío Osorno que la modelo luce en la imagen. Gracias a que este tejido está compuesto por hilos muy finos y a su estructura, se consigue una mayor liviandad. El resultado son diseños llenos de romanticismo, con un cierto aire de princesa, pero que no resultan excesivos.
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Con flecos
Se ha convertido en una de las tendencias más inesperadas de las novias de 2019 y prometen alargar su vida, por lo menos, hasta 2020. Los flecos salpican y adornan todo tipo de diseños, desde opciones más bohemias a looks más sofisticados. Algunos se llenan de lentejuelas, cristales y pedrería. Una forma de dar luz y movimiento a los vestidos más festivos que, como el de la imagen, de la firma Milla Nova, son ideales para novias que no quieren parar de bailar.
Sin velo
Algunos diseñadores como Reem Acra o Rosa Clará han reivindicado el velo en sus nuevas colecciones nupciales. Sin embargo, no todas las chicas quieren llevarlo. Para las que quieren aprovecharse de las ventajas de lucirlo, pero prefieren llevar la melena suelta y sin adornos, firmas como Anna Campbell Bridal proponen vestidos con ligeras capas o lazadas de tul, gasa o seda, con las que dar movimiento al diseño. Estas opciones resultan especialmente cómodas para la fiesta.
Escote infinito
Bardot, corazón, palabra de honor, halter… Las posibilidades de los escotes, en los vestidos de novia, son casi infinitas. Sin embargo, si hay un tipo especialmente favorecedor ese es el escote en 'V'. Estos diseños, especialmente pensados para mujeres bajitas que quieren alargar su silueta –crean sensación de verticalidad– o aquellas que buscan equilibrar el tamaño de su pecho, se llevan hasta el extremo. Se prolongan hasta la cintura, originando vestidos llenos de sensualidad como el modelo de la imagen de la colección Muse by Berta.
Corte sirena
Las siluetas limpias, que se ajustan con ligereza al cuerpo, gustan cada vez más a las novias. Pero los vestidos de corte sirena siguen siendo unos de los más buscados. Eso sí, se reinventan. Cada vez son más las que apuestan por diseños adornados con bordados, con los que dar a esta silueta clásica un aire más bohemio, o pedrería. Opciones diferentes que firmas como Yolancris incorporan en sus propuestas.
Naked dress
Mostrar o insinuar la figura se ha convertido en la opción preferida de las novias más atrevidas. Mujeres que han hecho del naked dress su vestido estrella. Estos diseños se suelen realizar con superposiciones de tules, transparencias y encajes. Además, en la mayoría de los casos van forrados de un tejido de color nude, con el que crear una falsa sensación de desnudez. Firmas como Pronovias han sabido dotar de elegancia estos diseños que, si bien pueden resultar demasiado llamativos para las ceremonias religiosas, son ideales como segundo vestido.
Inspiración victoriana
Los brillos no solo están reservados para los vestidos ajustados al cuerpo y con escotes vertiginosos. También existen opciones para aquellas novias que buscan un segundo vestido menos llamativo, pero igualmente sorprendente. Inspirados en la época victoriana, en los cuellos con un ligero volante y mangas ligeramente abullonadas, firmas como Needle and Thread proponen opciones ultra femeninas y favorecedoras. Ideales para llevar con un tacón cómodo.