Con tan solo 23 años, la actriz se comprometió por primera vez con el aristócrata e industrial británico John Hanson, a quien conoció durante un cóctel en Mayfair. Durante 1952, Audrey se encontraba en la ciudad eterna rodando la inolvidable película Vacaciones en Roma, que protagonizó junto a Gregory Peck. Aprovechando el momento, la actriz acudió a un famoso atelier al mando de las hermanas Fontana, por aquel entonces uno de los más importantes de la capital. Fiel a su estilo, e incluso a los patrones de la moda actual, diseñaron para ella un vestido de satén en color marfil, con cuello barco, manga francesa, ceñido a la cintura y rematado con un pequeño lazo. Aunque el vestido ya estaba listo, e incluso aún hoy se conservan documentos gráficos del mismo, el destino quiso que la boda nunca llegara a celebrarse, siendo la propia actriz quien canceló el compromiso para dedicarse por completo a su carrera profesional. Por ello, Audrey hizo gala de su personal carácter y pidió a las tres modistas que regalaran el vestido a la mujer más hermosa y pobre que encontraran, a aquella italiana que se fuera a casar y no pudiera permitirse tal lujo.