Situémonos hace 14 años en la ciudad de Nueva York. La pasarela internacional más famosa del mundo acogía el desfile de uno de sus estandartes patrios. Ralph Lauren ofrecía su propia visión de la elegancia en su colección prêt-à-porter otoño-invierno 2005-2006 con una selección de prendas que nada tendrían que envidiar a los diseños actuales. Entre trajes sastre masculinos, estampados pata de gallo y una gama de tonos oscuros, destacaban unos vestidos de noche envueltos en satén, blanco y plata de inspiración nupcial. La modelo rusa Valentina Zelyaeva (en la imagen superior) mostraba al mundo todo el poder de seducción que escondía un slip-dress de cuello halter cruzado. Un diseño que, como si se tratase de una premonición, sería el prototipo lencero que se impondría en la industria bridal años después. Esto no hace nada más que reafirmar las bases de una moda cíclica y de la atemporalidad de la que hacen gala los diseños del modisto neoyorkino. Como puedes comprobar, los diseñadores de hoy en día rompen con las siluetas tradicionales y se inspiran en esta nostálgica silueta del año 2005.