Hay una fecha marcada en rojo en el calendario para aquellos que han sido tocados por las flechas de Cupido. Aunque dicen que el amor debe celebrarse cada día, el 14 de febrero es la excusa perfecta para cocinar esa cena romántica para dos a la luz de las velas, para regalar un inesperado ramo de flores o para darse un capricho en forma de joya. Estas tienen el poder de hablar por sí mismas y, junto con los relojes, son los regalos más recurrentes en unos días donde los corazones invaden las colecciones especiales de San Valentín. A continuación, las mejores ideas que son un acierto seguro.