Echando la vista atrás al año 1978, nos encontramos con una jovencísima Carolina de Mónaco dispuesta a caminar hacia el altar por primera vez con tan solo 21 años. La Princesa inauguraba aquel verano del Principado sellando su amor con Philippe Junot en los Jardines del Palacio de Montecarlo, tras una breve ceremonia religiosa. Así, el estilo monegasco dejó una huella imborrable para la historia gracias al dos piezas nupcial más famoso de todos los tiempos, con permiso de Marta Ortega. Con una falda y una blusa, firmadas por Christian Dior, la hija mayor de Grace Kelly huyó de los estilismos ostentosos, hasta tal punto que prescindió de cola. En su lugar, adornó su peinado con un original tocado que perfectamente se podría adecuar a una boda actual, tal y como hemos visto en diferentes propuestas de varios diseñadores españoles.