De este modo, María Amparo sigue la nueva tendencia de idear un vestido que se va transformando a lo largo de la celebración. Para el momento de la fiesta, se despojó de la sobrefalda y dejó al descubierto la segunda parte del diseño nupcial. Un modelo de líneas sencillas, escote en la espalda, fajín con aplicaciones doradas y una hilera de botones traseros de la que nacía una sutil abertura. Además, como complementos llevó un original tocado de Marta Pernas para Sombreros Solideo y una alianza nupcial firmada por joyería Suárez. El blanco impoluto del look solo fue interrumpido por un romántico ramo de flores de Elena Suárez & Co. y unas altísimas sandalias fucsias de Yves Saint Laurent, que más tarde se cambió por otras más cómodas para disfrutar sin límite del baile. Y es que, como ha quedado patente y ella misma ha reconocido, "fui una novia disfrutona".