Y sobre ramos en cascada que también prescinden de flores podemos hablar de Ángela, una novia gallega dispuesta a saltarse los patrones convencionales en cada detalle de su boda, que se celebró en Nigrán (Vigo). A diferencia de Mariana, a ella sí que le gustan las flores, de hecho quiso llevar una imponente corona de colores tras la ceremonia religiosa. En busca de un ramo diferente dio con las manos de Raquel, otra de las floristas de La Florería, esta vez con sede en A Coruña. En este caso, creó para ella tanto el tocado como el ramo que lució de camino al altar.