La mejor forma de llevar este tipo de lazos es con un recogido a media melena, evocando un efecto añiñado. Como se puede comprobar, en esta ocasión se acompañan con vestidos cortos de crochet, dando lugar a la mezcla más naïf de la temporada. Estos diseños mini siempre son una buena opción para tener en cuenta a la hora de organizar una boda civil o como segundo vestido de novia, aquel que se utiliza en el momento posterior a la ceremonia. En ambos casos, las novias tienden a arriesgar más en tocados o diademas y un lazo XL puede suponer una buena alternativa para novias que sepan defender esta apuesta tan personal.