Con esta metáfora, la empresaria cántabra, propietaria del gastrobar 'Abacería de la Sal' (Cabezón de la Sal, Cantabria), ha querido plasmar en diferente formatos los orígenes de este producto tan apreciado en la buena cocina. Uno de ellos, el de 250 gramos, es ideal para compartir entre unos invitados que podrán disfrutar de un regalo cargado de historia y de las virtudes de la buena cocina, una cocina lenta y con dedicación.