Se trata de una falda de cintura alta que se ciñe como un guante a la silueta para potenciar las curvas de la mujer. Está labrada a base de encaje en color crudo que crea unos dibujos tan ricos como especiales. Una hilera de botones forrados hacen el resto, dando dar lugar a una elegante abertura lateral que aporta el toque personal y el movimiento. En la mayoría de las ocasiones, las novias que optan por llevar falda suelen apostar su versión en tul con mucho volumen, tal y como hicieron influencers como Olivia Palermo o, más recientemente, Chiara Ferragni. Sin embargo, esta opción que juega a confundirse con el propio vestido de novia tiene un registro mucho más sofisticado y más posibilidades de innovar y jugar con blusas o tops de seda.
© Alejandra Svarc