Hace tiempo que la estola y el bolero tienen competencia entre las novias de invierno. Con más y más bodas fuera de temporada, especialmente en los meses de entretiempo, en pleno otoño y también antes del comienzo de la primavera, las novias millenial miran más allá de las prendas convencionales a la hora de resguardarse del frío.
Hoy en día complementamos el vestido de novia con nuevas texturas, como la piel de conejo, la cachemira, el crepe de lana o el cuero, además de los destellos bordados de las microcapas, o el refugio de los botines de charol y ante en colores como el nude, que complementan al blanco. Se llevan las bikers de cuero en color rosa soft, y también los chalecos de aviador, sobre un vestido de encaje. Las fedoras de felpa, los trench y abrigos con detalles velvet.
ASÍ ES NUESTRO 'SHOPPING' MÁS CALENTITO PARA LAS NOVIAS DE OTOÑO