Un buen punto de partida para cuidar del anillo en vacaciones, sobre todo si nos lo vamos a llevar a la playa (algo habitual, por ejemplo, durante la luna de miel), es asegurarlo de antemano, especialmente si es muy valioso en términos económicos. El valor sentimental de una joya de este calibre no puede restituirse si lo perdemos, pero, por lo menos, podemos proteger el valor de algo que más tarde se convertirá en una joya familiar. Estos seguros, que, a veces, pueden incluirse en el seguro del hogar o de viaje, suelen protegernos de pérdidas, robos o daños sustanciales.
Es importante recordar que el valor de metales preciosos, como el oro o el de los diamantes, varía de año en año dependiendo de las fluctuaciones del mercado, así que no es mala idea renovar el valor del seguro cada cierto tiempo.