La forma del escote no es el único factor excluyente que podemos encontrar en un vestido de novia: en las tendencias de las colecciones 2017 hay dos tipos de detalles librando una feroz batalla para alzarse con el galardón al acabado más coqueto, el más grácil y el que mejor sienta a las nuevas novias a punto de casarse. Si estás contando los días para pasar por el altar con tu vestido blanco, toma nota: el año que viene se llevan los lazos, y mucho, lo mismo que los volantes, aunque ninguna de estas tendencias se parece a lo que esperas.
Un ejemplo: de los faralaes y caracoles de tejido que una vez dominaron las colecciones de novia bajo la batuta de Victorio & Lucchino (pocas firmas se atrevían a hacerles sombra en el terreno del bajo de volantes de estilo flamenco hace diez años), hoy no queda casi nada, a cambio de una nuevo tipo de cortes y ondulaciones en bajos, tirantes y escotes, a menudo enmarcando la espalda, en forma de maxi-péplum que se alarga hasta la rodilla en una falda asimétrica, en los cuellos, tanto decimonónicos como tipo baby, o colocados verticalmente con acabados minimalistas.
Los lazos también han cambiado: los fajines de colores con lazada de hace unos años han pasado a la historia en el 99% de las colecciones, y este año lo que hemos visto son maxi lazos de estilo naïve, en diseños de aire dulce y casi infantil, tanto al frente en la cintura como cruzando la espalda de un tirante a otro.
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