La noche de ayer marca un antes y un después en la historia de Vivienne Westwood. Barcelona vivió un hecho insólito, pues fue la ciudad elegida por la firma para presentar por primera vez su colección de novia, en Barcelona Bridal Night.
El evento tuvo lugar en un enclave privilegiado. El claustro del Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona se convirtió en el escenario para este espectáculo casi teatral que fue todo un alarde de maestría y dominio de la costura por parte de la firma de la fallecida diseñadora británica. Ahora es liderada por su viudo, el director creativo Andreas Kronthaler, que se encarga de mantener vivo el espíritu de la reina del punk y conservar su legado. A su lado está Brigitte Stepputtis, jefa global de la sección de Alta Costura y de la colección nupcial de la marca, que lleva más de 20 años en este puesto, pues trabajó mano a mano con Westwood desde 1990 hasta su fallecimiento en 2022.
Nos reunimos con ella el día antes del desfile para descubrir los secretos detrás de esta colección tan particular, y conocer cómo es trasladar el ADN rebelde de la firma al universo bridal.
¿Qué significa para vosotros participar en Barcelona Bridal Fashion Week?
Estamos muy emocionados de que nos hayan invitado, nos gusta Barcelona por su cultura, su arquitectura y su ambiente en general. BBFW siempre ha sido una gran representación de la artesanía, así que estamos encantados de que nos hayan invitado.
Este es el primer gran desfile de la colección nupcial de Vivienne Westwood. ¿Cómo te sientes?
Muy orgullosa, porque llevo muchos años a cargo de la parte nupcial de la marca. A principios de los 90, Andreas Kronthaler, el marido de Vivienne y actual director creativo, comenzó a incorporar una parte bridal a cada colección. En ese momento se empezó a ofrecer a clientas de forma privada y personalizada. Y desde 2019, ofrecemos la colección nupcial.
¿Cuál es la inspiración detrás de esta colección?
Hay un par de secciones. Tenemos un estampado de rosas que combinamos con flores de azahar, porque el claustro tiene un jardín de naranjos. Y cuando lo vimos nos inspiró mucho, ya que en Inglaterra no estamos acostumbrados a ver naranjos. Así que la venue nos sirvió de inspiración. También la torre del reloj, que nos hizo pensar en usar algunos elementos destacados de la colección anterior y reinterpretarlos para el futuro. Tampoco han faltado los drapeados clásicos, la corsetería…
La sostenibilidad es muy importante para la marca. ¿Qué papel juega en esta colección?
Sí, absolutamente. Somos muy cuidadosos con los tejidos que usamos para la colección. Hemos utilizado tejidos fabricados con materiales reciclados como el poliéster o la viscosa con certificación FSC, lo que significa que provienen de bosques industriales, no de selvas tropicales protegidas. También somos muy cuidadosos con nuestros residuos. Después de cortar los vestidos para la producción, reunimos todo el sobrante y lo donamos a universidades para que los estudiantes trabajen con el material, de hecho hicimos lo mismo con las universidades de Barcelona.
Colaboramos con dos universidades de diseño. Les enviamos las telas y les dimos instrucciones para diseñar accesorios e invitaciones para el desfile. Andreas creó un mosaico con todas las invitaciones, que se ha convertido en el fondo. Hace dos días revisamos todos los accesorios, y es muy inspirador ver cómo los jóvenes estudiantes perciben la marca. Tengo que decir que entienden perfectamente nuestro espíritu y conceptos como el activismo político, los toques punk, la provocación o, simplemente, ser diferentes.
¿Cómo se traslada el ADN rebelde de Vivienne Westwood al universo nupcial?
La colección tiene un enfoque poco convencional que encaja con el libre pensamiento; de alguna manera intentamos ir más allá de los clichés. En realidad, se trata de mantener el ADN de Vivienne Westwood, que es un poco diferente a lo demás.
¿Cuál es la lección más importante que aprendiste de Vivienne trabajando junto a ella tantos años? ¿Cómo es continuar con su legado?
De ella me guardo la frase 'No, no es una respuesta'. Siempre se puede ir más allá. Eso es lo que realmente aprendí. Sobre todo cuando empecé joven, pues he trabajado allí mucho tiempo. Había veces en que ella tenía una idea de último minuto antes del desfile y yo pensaba: 'No, esto no es posible'. Sí, es posible. Realmente la admiro, su espíritu, su activismo político, cómo llega a tanta gente. Estoy muy orgullosa de poder continuar con su espíritu.
El vestido de novia de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York se convirtió en un momento cultural icónico. ¿Os esperabais el impacto que tendría?
No, para nada. ¡Sigue siendo influyente ahora! Nos dio a conocer y nos abrió puertas a muchos países. Es como si ese vestido se hubiera convertido en una especie de embajador de la marca. Pero intentamos no quedarnos estancados ahí (ríe).
Si pudieras elegir a una celebrity o personaje ficticio para que llevara un vestido de novia de Westwood, ¿quién sería?
¡Dios mío!, ¿puede ser cualquiera? Marlene Dietrich podría haber sido una... ¡Pueden ser tantas! Pienso en mujeres luchadoras como Juana de Arco o alguien así. Pero también la mayor seductora del mundo, o una espía, o María Antonieta... Sería una persona con sentido de la individualidad y de la sensualidad. Rebelde y romántica, así que no hay una mujer, sino muchas.