No es fácil reconocerse con un vestido de novia. Para empezar es un diseño que, casi siempre, llega hasta los pies, es totalmente blanco y suele incorporar detalles o elementos que no llevamos en el día a día. Por eso lo más aconsejable suele ser apostar por patrones o siluetas con las que la novia se sienta ella misma. Elena nos cuenta que estaba muy indecisa, hasta que le propuso a Alejandra Oria crear un traje a partir de una prenda que le encanta: una camisa de mangas abullonadas. El resultado no pudo ser más especial.
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Un vestido de novia creado a partir de una camisa
"Alejandra tuvo mucha paciencia conmigo al principio porque yo estaba bastante indecisa. Hasta que un día tuve que tomar decisión y se me ocurrió ir a algo seguro con lo que me viese muy yo". La que habla es Elena, una novia que nos ha sorprendido al elegir una prenda que todas tenemos en el armario como base para crear su look nupcial.
Le propuso a Alejandra Oria partir de una camisa con cuello, hombros caídos y mangas abullonadas para crear su diseño. Fue así como surgió su conjunto, un traje compuesto por varias piezas que le permitieron a la novia variar el look a lo largo de la celebración.
La novia nos explica que llevó un vestido base de manga sisa, un recurso que utilizan muchos diseñadores para asegurar la comodidad de la novia y tener, por si fuera necesario, un look sencillísimo para la fiesta. Era de color champán, con un brillo muy bonito, y que Alejandra había utilizado para uno de sus vestidos de la colección de 2024. "Me encantó y al momento lo elegí", asegura la novia.
Sobre esta base llevó la camisa, un diseño confeccionado en un tejido semitransparente con unas líneas muy finas. "Con la misma tela hicimos la cola que iba sujeta al fajín", nos cuenta la novia.
El último tejido que emplearon —porque el look estaba compuesto por tres materiales diferentes, con los que lograr una mezcla de texturas muy especial— fue una seda salvaje. "Durante el proceso de la creación del vestido no estaba segura de si llevar velo o no, pero dos semanas antes de la boda Alejandra me propuso una seda salvaje preciosa que combinaba genial con el resto de telas y texturas y al momento me decidí".
Un ramo de hortensias y joyas familiares
Cuando un vestido de novia es tan especial como el de Elena, es importante elegir bien los accesorios para que el resultado sea equilibrado y no haya nada que llame la atención en exceso. La prometida nos explica que llevó el anillo de compromiso que le regaló Pedro, y unos pendientes de su abuela, de diamantes y esmeraldas, que completaban muy bien el look.
Su ramo estaba compuesto únicamente por hortensias, una flor que gusta a las novias también para la decoración de su boda. "Soy un poco vergonzosa delante de mucha gente, por lo que un ramo pequeño me parecía más fácil de gestionar. A la vez que me parecía bonito como si fuese una flor que acabase de coger de un jardín. La flor que elegí fue una hortensia porque me recuerdan a mis veranos de cuando era pequeña. Ahora vivo en Mallorca y allí no hay hortensias. Así que fue como llevar un trocito de mi infancia".
En cuanto a su look de belleza, Elena nos cuenta que se maquilló ella misma y creó un look bastante natural, con el que se sentía muy cómoda. Para el peinado se decantó por un recogido sencillo, una opción por la que apuestan incluso aquellas prometidas a las que no les gustan demasiado los moños.
Una boda de otoño en La Coruña
Elena y Pedro se conocieron en una fiesta en Deià, Mallorca. Lo que quizá no imaginaban en ese momento es que tiempo después se darían el 'sí, quiero'. Lo hicieron el pasado 9 de noviembre de 2024 en la iglesia de Santiago, en la ciudad vieja de La Coruña, a medio día. Después se trasladaron al Pazo de San Tirso, donde disfrutaron de la celebración junto a sus familiares y amigos.
La novia nos explica que no contaron con ninguna wedding planner, pero sí con la ayuda de su hermano y su mujer. Se habían casado un año antes y sabían los pasos que había que dar para que la boda fuera todo un éxito.
Elena nos explica que la decoración floral y los bodegones de las mesas fueron obra de Anxela, de La Bendita Flor. "Del resto de la decoración general del pazo —mobiliario, mesas de comedor, velas…— se encargó Iria Casteleiro que es otra artista. Las dos tienen mucho gusto y supieron crear el ambiente que les pedí, que era algo ambiguo. Quise hacer algo diferente y crear un ambiente otoñal con manteles oscuros, flores tirando a gamas de granate, mucho bodegón en las mesas y muchas velas que crearon una luz preciosa con la que cenamos".
De aquel día tan especial, que recodarán para siempre, Elena se queda con un único momento: ver la emoción de su madre y de Pedro en la iglesia.