Cada vez son más habituales las novias que apuestan por sumar el romanticismo de las flores a su look nupcial. Gloria, una recién casada con un estilismo que ha dado la vuelta a la red, es una de las que se ha sumado a la tendencia a través de las mangas de su diseño. La prenda, realizada a medida en el atelier de Anaika, la firma de la diseñadora hispalense Piluca Cobreros, realza su belleza y conserva la belleza de la sencillez, combinada con un escote Bardot muy especial. Fue la elegida por nuestra protagonista para casarse en Sevilla, en una boda que fue un emocionante homenaje a Andalucía, inspirada por el espíritu de las verbenas.

El suyo fue un enlace de primavera, entre una malagueña y un sevillano, en el que todo estuvo estudiado al milímetro. Empezando por su vestido de novia, una propuesta con escote Bardot y silueta recta, para la que escogió a Anaika. "Desde el primer momento quise elegir a un diseñador sevillano, ya que considero que Sevilla es una ciudad con mucha y muy buena oferta nupcial; además, al residir aquí, iba a ser lo más cómodo y fácil para mí y para mi familia. Primero visité un atelier con diseños ya hechos para verme de blanco y, luego, decidí visitar a Piluca Cobreros", nos cuenta.

Un vestido de novia romántico
La realidad, reconoce Gloria, es que a la popular creadora no la conocía con anterioridad, pero le transmitió buenas sensaciones y pidió una primera cita que resultó ser todo un éxito. "Solo había visto sus novias, madrinas e invitadas en Instagram y en algunas revistas (y bueno, a la propia Piluca el día de su boda, radiante). Ella hace diseños clásicos, pero con mucho estilo, y me animé a ir aun no siendo de los talleres más conocidos por mi entorno". Fue entonces, en las distancias cortas, cuando surgió la chispa y la confianza. "Cuando le hablé de mis ideas y me transmitió las suyas, me enamoré. Me enamoré de ella, de sus telas y del boceto que me dibujó. Desde ese momento no tuve duda que quería que ella fuese la que me vistiera el día de mi boda", apunta.

La gran inspiración de nuestra protagonista fue Instagram. En la red social encontró las ideas que mejor encajaban con su estilo, que es clásico y minimalista. Del mismo modo, Gloria sabía qué en los tejidos residía la clave del éxito y así lo valoró en la apuesta de Anaika: "me gusta el crepé de seda, pero también amo las telas fluidas, las sedas rústicas, salvajes, los bordados. Desde un primer momento, quería combinar telas distintas y estaba decidida por un escote tipo Bardot. Sin embargo, quería ir acorde a una boda por la iglesia, elegante y, sobre todo, que el vestido me permitiera darlo todo durante la fiesta. Cuando Piluca me hizo el diseño, me propuso el escote asimétrico y elegimos las telas. Fue todo un acierto".


En la primera visita, la novia pudo escoger tejidos, tanto para el vestido como para el velo. "Yo quería usar el crepé de seda clásico, pero mezclado con telas más románticas, con caída, especiales. Cuando vi la tela de florecillas bordadas, no dudé un segundo que sería la elegida para completar el vestido y cuando me habló de la opción del velo de seda rústica, me enamoré", admite. Ese día logró escogerlas y también definió el diseño, sus líneas y accesorios como el imponente broche que coronaba su escote. En el resto de visitas, no hubo que hacer grandes cambios.

"Otra cosa que tuvimos clara fue la cola. Yo quería llevar cola larga pero no me apasionaba la idea de la cola clásica que sale de la cintura, ni la típica capa que sale de los hombros. Con el escote que creamos Piluca y yo, me ofreció la opción de que la cola saliera de ahí con esa misma tela y fue una idea que me encantó", puntualiza.

Gloria siempre tuvo claro que no necesitaba un segundo look nupcial. Con el tiempo, no se arrepiente de su decisión porque, confiesa, quería disfrutar de su diseño, que solo se viste una vez en la vida. "Las pruebas fueron preciosas y facilísimas, no tuvimos que cambiar nada en todo el proceso. La conexión entre Piluca y yo hizo que todo fuera muy fácil. Ella supo captar desde el primer momento lo que quería", apunta.

El broche como detalle destacado
Para completar el estilismo, además de unos pendientes colgantes de perlas y el anillo de compromiso regalo de su prometido, Antonio, Gloria llevó una joya muy personal, a la que se dirigieron todas las miradas. "Respecto a las joyas, para mí lo más importante era llevar un broche bonito que luciera con el vestido. Estuve visitando anticuarios y joyas antiguas, pero en cuanto vi el broche de Laety que hacían a mano, en exclusiva y personalizado para cada clienta, no lo dudé. Creo que le dio un toque muy especial".


Un ramo a juego con su look
Debido a la buena sintonía entre diseñadora y novia, Piluca Cobreros fue una gran aliada a la hora de definir el ramo nupcial. El objetivo era dar con algo silvestre y romántico al mismo tiempo, una apuesta con cascada de esparraguera: "pero no exagerado, no quería verme disfrazada". Dice Gloria que no quería que fuera únicamente en verde, sino que incorporase flores de temporada. "Le di las indicaciones de lo que quería a Amanda (de Concha Candela) y confié ciegamente en ella. No vi mi ramo de novia hasta la mañana de mi boda. Fue toda una sorpresa, aunque acertó al 100% y quedó precioso. Además, lo llevé con una cinta que me bordó a mano una de mis amigas, junto con una Virgen Milagrosa, no podía ser más especial", apunta.
Además, confiesa la novia que no querían baile con entrega de ramos. "Por lo que mi ramo fue el único que entregamos y se lo di a mi hermana durante el cóctel, con el grupo en directo. Si que hicimos ramos diferentes para las madres, dejándolos en mesa, y algunos ramilletes para amigas solteras".

"Para maquillaje y peluquería conté con el salón de belleza de confianza. Tenía claro que quería un moño sencillo y limpio, con raya y un maquillaje muy natural, pero realzando labios y pestañas", nos explica.

Por último, el look también estuvo acompañado de unas sandalias color bronce muy cómodas, el modelo Gabriela, de Bimani (firma de la que la novia se considera fiel seguidora) y, tal y como nos contaba, su velo de seda rústica, perfecto para poner la nota asilvestrada al diseño: "En Sevilla, Anaika es de las pocas firmas que lo ofrecen y es que, además, está en tendencia".


Una historia de amor que comenzó con un flechazo
Los novios, Gloria Pascual Jiménez y Antonio Urbano Hueso, se conocieron hace poco más de dos años, gracias a un improvisado encuentro en un bar, un flechazo que resultó ser el comienzo de una historia de amor. "Antonio estaba en un viaje de amigos en Málaga hace algo más de dos años y yo vivía allí en aquel entonces. Coincidimos en un bar, teníamos amigos en común e hicimos pandilla entre mis amigas y los suyos. Desde que nos presentaron, estuvimos charlando los dos toda la noche. Tuvimos una conexión especial, pero sin esperar todo lo bueno que nos iba a traer aquel encuentro casual. A partir de ahí, seguimos el contacto y al poco tiempo volvimos a coincidir en la Feria de Sevilla. Desde ese momento hasta hoy, no nos hemos vuelto a separar", relata.

La pareja soñaba con pasar por el altar a los pocos días de conocerse y su enlace llegó, finalmente, el 1 de marzo de este año. Su ansiada boda de primavera en Sevilla se gestó meses antes: "nuestros relojes vitales estaban muy sincronizados y yo me mudé a Sevilla por amor. Al año de noviazgo ya estábamos prometidos y nos casamos un año más tarde".

Triana como epicentro de la ceremonia
Antonio, el novio, es del reconocido barrio de Triana. Allí, en torno a su parroquia, se ha criado desde pequeño. "Para él era importante que nos casásemos en la Real Parroquia Santa Ana y así fue. Posteriormente, lo celebramos en la Hacienda Los Molinillos. Fueron dos cosas que tuvimos claras desde el primer momento. Antes de pedirme matrimonio, él ya había hablado con la hacienda para reservarla", nos cuenta.

Y es que el espacio de celebración, tenía que contar, a ojos del novio, con el encanto de las haciendas andaluzas, con diferentes zonas para distintos momentos del gran día y con rincones exteriores techados (por si llovía). Todo eso lo encontraron en un enclave que goza de una gran reputación en la capital andaluza. "Antonio es uno de los integrantes y fundadores del grupo de música La Tomasa. Conoce bien la industria de las bodas y me atrevería a decir que ha visitado casi todas las haciendas de Sevilla y Andalucía, por lo que, si él decía que era la adecuada, me fiaba totalmente. Sobra decir que es una hacienda preciosa", declara Gloria.

Los novios no contaron con ayuda para la organización de su boda. Lo prepararon todo desde cero y seleccionaron a sus proveedores de confianza, aunque el día de la boda contaron con la wedding planner Martissa Weddings, para poder despreocuparse. Ella coordinó el gran día y permitió a los novios disfrutar al máximo.

"He de decir que la música en directo también era algo muy importante para nosotros y no faltó en ningún momento de la boda. Era esencial ofrecer buena comida y buena música, apta para todos los públicos, mayores y jóvenes. En el aperitivo contamos con un grupo en directo (Proyecto Matake), que versionaba canciones de Ketama. Pusimos una carpa porque ni los días previos ni los posteriores paró de llover en Sevilla, que al final nos libró del sol, nos dejó disfrutar y bailar hasta que entramos al salón", recuerda Gloria.

"El novio iba andando a la iglesia y, durante el paseíllo con la madrina, familiares y testigos, los acompañó una charanga. A nuestra salida de la Iglesia, ya casados, la charanga nos esperaba en la puerta para tocar canciones típicas y, posteriormente, acompañaba a los invitados a la parada donde los autobuses los recogerían para llevarlos a la hacienda. Todo el mundo comenzó ya desde la salida de la iglesia bailando y cantando desde el minuto uno. Fue uno de los momentos más divertidos".


La verbena como inspiración para la decoración de la boda
La pareja quiso que la idea divertida de una verbena y su ambiente fueran el hilo conductor en la decoración de la boda. Las flores y las verduras fueron clave en sus montajes, de estilo rústico, como de pueblo. "La entrada al patio donde se hizo el aperitivo fue un sueño: alpacas con claveles de distintos colores, una idea que nos dio nuestra florista (Concha Candela) y quedó espectacular. Para la decoración de las mesas del cóctel elegimos vasijas de barro con flores de temporada. El seating plan estuvo lleno de verduras, barro, frutas, cestos de mimbre y alpacas. Las mesas del salón estuvieron decoradas también con verduras y macetas con geranios, hierbabuena, romero y lavanda, a excepción de la nuestra, donde Amanda (Concha Candela) improvisó ese mismo día un centro de mesa espectacular: flores y verduras saliendo de una tinaja, acompañado con velas", señala.


Además, los novios escogieron claveles de colores para que hicieran las veces de confeti a la salida de la ceremonia, a los invitados les regalaron pañuelos para el cuello con el logotipo del enlace y, para la zona de la fiesta, apostaron por guirnaldas con banderines. "El coche que nos recogió y llevó a la hacienda llevaba latas de tomate colgados, simulando una boda de pueblo como las de antiguamente. Además, Antonio, que entre otras cosas también es diseñador gráfico, creó una identidad visual para la boda acorde con la temática y desde la invitación a toda la papelería de la boda (invitaciones, seating, minutas, notas para los amigos y familiares…) seguía la misma línea en tonos verdes y burdeos mezclando tipografías handmade con otras más clásicas con serifa", describe.

Un novio con vínculos con la música
"Durante el postre, jugamos un bingo entre todos los asistentes. Habíamos escondido un cartón debajo de cada plato y sorteamos un jamón y la corbata de Lagala1991 del novio. (Esta marca es de Antonio y diseñó un modelo único y exclusivo para la ocasión). Durante la fiesta también contamos con una actuación sorpresa de Antonio y su banda donde me invitaron a cantar (lo que pude) con ellos", confiesa entre risas.

Lo más especial del día, reconoce Gloria, fue ver disfrutar a todos los invitados. El haber logrado que todo el mundo diera lo mejor de sí y se implicara, fue mágico para los novios. "Las ganas infinitas que desprendían los ojos de nuestros amigos y familiares de pasarlo bien", señala.

La pareja quiere concluir este viaje a través de su gran día recordando la importancia de disfrutar en la boda. Y es que todo sale bien si los novios desconectan, apunta Gloria: "es muy importante contagiar el amor, la alegría y las ganas de pasarlo bien. Nosotros nos olvidamos de estar pendientes de cualquier detalle en el momento que comenzaron a llegar los invitados para estar 100% y con ganas de disfrutar de ellos, de las actuaciones y sobre todo de estar muy juntos. Durante la fiesta no nos separamos en todo el rato y eso también hacía que la gente estuviera muy concentrada en la pista de baile y en torno a nosotros. Unos novios disfrutones y juntos, es diversión asegurada".

La boda de Gloria y Antonio
Fecha: 1 de marzo de 2025
Lugar de celebración (ceremonia y banquete): en la Real Parroquia Santa Ana y en la Hacienda Los Molinillos, en Sevilla.
Proveedores:
- Vestido: Anaika by Piluca Cobreros.
- Corbata novio: Lagala1991.
- Fotografía: Rosa Fernández Leal.
- Decoración floral, seating plan y ramo: Concha Candela Arte Floral.
- Hacienda: Hacienda Molinillos.
- Catering: Delfín Delicatessen.
- Música en directo: Charanga los del Tako, Proyecto Matake, Grupo Chanely y Montoya, Grupo La Tomasa.
- DJ: Andrés Ossorio.