Cada vez más novias apuestan por llevar un vestido a medida el día de su boda. Una prenda confeccionada de forma exclusiva para ellas que represente su estilo y su personalidad. Pero un diseño que encaje cien por cien con la prometida también puede ser de colección. Un buen ejemplo lo encontramos en Rocío, que eligió un vestido de novia de The 2nd Skin Co. con el que no podía estar más favorecida.
Un vestido de novia de colección con una gran lazada
Rocío nos explica que conoció el trabajo de Juan Carlos Fernández y Antonio Burillo, las dos mitades de The 2nd Skin Co. cuando se casó su hermano. Su madre, que era la madrina, eligió uno de sus diseños y ella y su hermana la acompañaron a las pruebas. "Me encantaba todo lo que veía. Es más, recuerdo que estando allí me probé uno de los vestidos, sin que Juan Carlos me viera, porque me daba vergüenza y ¡alucine! Fue entonces cuando entendí lo que era un buen diseño, una buena tela, y que estuviera bien cosido… En ese momento, les dije a mi madre y a mi hermana: 'Acordaos de este vestido para cuando me casé, me encanta este estilo'", nos cuenta. Unos meses después de aquello, tras comprometerse con Alonso, Rocío volvió para elegir su vestido de novia.
"Como consejo, diría que siempre elijan aquello con lo que se sientan cómodas, no es buena idea innovar el día de la boda. Que sean ellas mismas en todo momento"
La novia nos explica que nunca había imaginado el vestido de sus sueños. No tenía en mente una imagen de lo que buscaba, pero sí algunos detalles que debían estar presentes. "Tenía claro que quería ir velada y tenía que llevar los hombros cubiertos, y que quería algo elegante, pero sencillo, eso fue todo lo que le dije a Juan Carlos".
Los expertos recomiendan a las novias que elijan muy bien a las personas que las acompañan a las pruebas y que, a ser posible, no sean más de dos (salvo en la final, cuando el diseño ya está terminado). El motivo es sencillo: a mayor número de opiniones, más probabilidades de que la novia no se sienta cómoda y no diga lo que realmente opina. Por eso también es importante que quien vaya conozca perfectamente a la prometida. En el caso de Rocío fueron su madre y su hermana, que aportaron alguna que otra idea en esta primera visita.
Después de escucharlas, Juan Carlos eligió varios diseños que encajaban en lo que la novia había descrito. Y aunque se los probó todos, Rocío se enamoró del primero. "El primer vestido que me probé fue el elegido. Fue sin duda un acierto total, lo pensé durante algunos días, pero sabía que era mi vestido. No le hice cambios porque me encantaba tal y como era, ¡perfecto!".
El diseño en cuestión era el modelo Encina de la colección nupcial El Bosque. Se trataba de un traje que tenía escote redondo bastante cerrado, manga corta y una silueta evasé muy favorecedora. Los bolsillos laterales le daban un toque más actual y la cola, de tamaño medio, estilizaba especialmente la figura de Rocío. Uno de los elementos más especiales era el lazo de taffeta que adornaba la espalda y que protagonizó una de las anécdotas más llamativas (y trágicas) de la boda.
Un día antes de la boda, el jueves 19 de septiembre, sobre las siete de la tarde, en casa de Rocío se apuraban con los últimos detalles. Querían que todo estuviera listo y que no surgiera ningún imprevisto. La novia nos cuenta que colgaron el vestido para que no apareciera ninguna arruga, pero les dio la sensación de que el lazo estaba algo arrugado. "Mi hermana y mi madre decidieron plancharlo… Mala decisión… Cogieron un libro, le pusieron una funda de zapatos de algodón y lo usaron de apoyo para planchar el lazo. ¿Qué ocurrió? Que lo quemaron. Hicieron un agujero en mitad del lazo".
Muy apuradas llamaron a Juan Carlos y le explicaron el sucedido. "Me casaba al día siguiente, viernes 20 de septiembre, a las cinco de la tarde. Nos dijeron que llevásemos el traje a su estudio al día siguiente sobre las diez, y así lo hicieron mi padre y mi hermana mientras yo empezaba a arreglarme. El traje lo tenía de vuelta a la una de la tarde, apurando hasta el final". Pero el vestido quedó perfecto.
Un moño italiano inspirado en Grace Kelly y zapatos de Zara
Podríamos asegurar que existe un tipo de velo perfecto para cada tipo de vestido. El de Rocío, también de la firma, era sencillo, sin ornamentos. Y aunque hay quien prefiere llevarlo con la melena suelta, ella quiso combinarlo con un moño italiano muy clásico, inspirado en Grace Kelly.
"Para los zapatos me decanté por unos tacones cómodos, sencillos y elegantes de Zara, que parecían diseñados para mi traje de novia. Iban completamente a juego. Para el baile me puse unas alpargatas de Castañer", nos cuenta. En cuanto a las joyas, Rocío nos explica que llevó los pendientes que los padres de su marido le regalaron el día de la pedida, una joya antigua muy especial, y también el anillo de compromiso con el que Alonso le pidió matrimonio.
Aunque hay varias tendencias en lo que se refiere a ramos de novia conviviendo en este momento, Rocío se decantó por un diseño sencillo y elegante, compuesto únicamente por rosas, sumándose así a una de las decisiones que gusta a las prometidas más elegantes: llevar ramos de un único tipo de flor. "Para tener presente en este día tan especial a mi abuela materna, Mercedes, le puse alrededor del tallo un rosario de corales que me regaló cuando era pequeña, de esta manera tenía presente a mi abuela y la Virgen".
Su historia de amor
Rocío y Alonso se conocieron en la Congregación Mariana del Mater Salvatoris, "un movimiento católico de la Iglesia, dónde acudíamos y seguimos haciéndolo para formarnos y compartir la fe con amigos que aspiran al mismo fin, llegar a Jesús por María". Fue en la Semana Santa de 2022. Poco a poco empezaron a conocerse y unos meses después de aquello, el 24 de junio, iniciaron su noviazgo.
Tras un año y medio de relación, la pareja decidió comprometerse. "Me pidió matrimonio en el punto geográfico más alto de España, en el cráter y cima del Teide, Tenerife. Me llevó hasta ahí, y tras 5 horas subiendo la montaña dio el paso y me pidió matrimonio, y por supuesto dije que sí".
El 20 de septiembre de 2024, Rocío y Alonso se dieron el 'sí, quiero' en la Basílica Pontificia de San Miguel. "Fue una ceremonia religiosa, acompañada de tres sacerdotes muy amigos, de toda nuestra familia y amigos. Tras la ceremonia pasamos por la Ermita Mater Salvatoris a dejar el ramo a la Virgen, y a visitar a las religiosas de la Compañía del Salvador. Mis dos mejores amigas son religiosas de esta Congregación y quisimos ir a visitarlas y verlas en el día más importante de nuestra vida. Fue un momento muy emocionante, donde pudimos poner nuestro matrimonio en manos de la Virgen".
La celebración fue en el Palacio de Aldovea y aunque no contaron con la ayuda de ninguna wedding planner, sí estuvieron muy acompañados por su hermana Mercedes, "que es una gran organizadora de eventos". Rocío nos explica que la temática de las mesas eran los santos. "Cada mesa tenía un santo asignado. Quisimos aprovechar nuestra boda para dar a conocer a tantos santos que han sido importantes en nuestra vida. Para que cada invitado pudiese llevarse un recuerdo, lo que hicimos fue entregar a cada uno una tarjetita con el número de la mesa, por un lado, y la imagen del santo por otro. A todo el mundo le encantó".
Uno de los momentos más divertidos de la boda tuvo lugar mientras la novia se hacía fotos con su grupo de amigas del colegio. "El padre de una de mis amigas, que conozco de toda la vida, nos dijo: 'venga ahora todas avanzar hacia delante como si fuerais modelos', empezamos todas a andar, y sin querer, una de ellas me piso el velo… Claro todas muertas de la risa…".
Pero si tiene que quedarse con un solo momento de aquel día, elige "el momento del consentimiento y la celebración de la Eucaristía. También, en segundo lugar, creo que los dos estaríamos de acuerdo que poder hacer la visita en la Ermita del Mater Salvatoris fue muy emocionante".
Por último, le pedimos a Rocío un consejo para otras novias que se casarán dentro de poco: "Que siempre elijan aquello con lo que se sientan cómodas, no es buena idea innovar el día de la boda. Que sean ellas mismas en todo momento".