Un vestido de novia desmontable y con lazada en la espalda para la boda de Laura en Córdoba

La prometida confió en Juan Carlos Pajares para que creara este vestido a medida para su boda civil, un diseño sencillo y atemporal

20 de marzo de 2025 - 19:00 CET20 de marzo de 2025 - 19:00 CET

Después del compromiso y de haber fijado la fecha de la boda, llega el momento de elegir el vestido. Hay novias que apuestan por un diseño de colección, mientras que otras prefieren una prenda a medida. Pero si en algo coinciden los expertos es que, independientemente de que se trate de un diseño prêt-à-porter o uno exclusivo, es importante ir con la mente abierta y dejarse aconsejar porque a veces lo que más nos gusta no es lo que mejor nos sienta. Eso fue, precisamente, lo que le pasó a Laura, que eligió a su amigo, el creativo Juan Carlos Pajares, para que creara su traje: una prenda convertible y con el cuello alto.

Un vestido de novia convertible

Cuando Laura empezó a buscar inspiración para su vestido, todo la llevaba a diseños románticos y con un marcado aire boho. "Probé varios cortes fluidos, faldas vaporosas de gasa y mangas con encajes. Sin embargo, aunque me había fascinado este estilo durante mucho tiempo, durante las primeras pruebas no me veía nada favorecida con este tipo de diseños. Los detalles me resultaban demasiado recargados y sentía que me perdía un poco dentro del propio traje".

Empezó a buscar diseños mucho más sencillos y que encajaran con el tipo de boda que iban a celebrar. No quería una gran cola, tampoco llevar velo, pero sí que hubiera algún detalle delicado. "Elegí a Juan Carlos Pajares por sus diseños modernos, elegantes y su atención a los detalles. Siempre he admirado la dedicación que presta a la calidad de su trabajo y su gusto e ingenio a la hora de mezclar innovación y tradición. Llevar un vestido de un diseñador como él, ya era un sueño en sí mismo. Sin embargo, lo mejor de este vestido no es solo el diseño en sí, sino sentir que es una creación hecha desde el cariño. Para mí, la verdadera magia está en saber que, además de ser una pieza única, ha sido diseñada por alguien tan especial como un amigo".

"Para mí, la verdadera magia está en saber que, además de ser una pieza única, el vestido ha sido diseñado por alguien tan especial como un amigo"

El vestido fue creado entre Cádiz y Madrid, en pruebas a las que se unió David Rivas, amigo de la infancia de Laura y también estilista. "Siempre he tenido un estilo sencillo y despreocupado y, podría decirse que estoy un poco perdida en el mundo de la moda. Contar con Juan Carlos y David fue un gran alivio, sus consejos y experiencia me ayudaron a ir descubriendo mi estilo, elegir detalles y darle el toque final al diseño".

Fue así como surgió este vestido desmontable. Se trata de un diseño con una base ajustada, con un pronunciado escote en V y corte imperio para realzar la figura. "Añadimos una chaquetilla con mangas abullonadas y un high neck, ambos adornados con un encaje chantilly. Al cuello de la chaquetilla añadimos una lazada que caía suavemente hacia atrás, creando un efecto etéreo similar al de un velo o cola. De esta manera, podía darle un toque más formal a la ceremonia y estar abrigada para la cena al aire libre; y disfrutar de la comodidad del vestido de tirantas en la pista de baile", apunta la novia.

Vestido de novia sencillo y convertible de JC Pajares

De las joyas a su ramo silvestre

Hay mujeres que se sienten fascinadas por las joyas y otras que apenas las integran su día a día. Laura nos cuenta que ella no se perforó las orejas hasta los 12 años y que casi siempre se termina quitando las pulseras y los anillos por comodidad. Sin embargo, desde que Carlos le pidió matrimonio y le regaló un anillo de compromiso, no se ha separado de esta pieza. Era una pieza sencilla, un 'tú y yo' de oro blanco y diamantes. "Es un diseño sencillo y cómodo, muy fino".

Laura nos explica que los pendientes fueron regalo de Marta y África, dos amigas de su época universitaria. "Quería algo juvenil, artesanal y que tuviera un toque de fantasía. Vimos la colección Victoria de M de Paulet, y nos enamoramos de los que estaban inspirados en Catherine Morland, de La abadía de Northanger (Jane Austen). Los pendientes son de plata de ley 925, adornados con cristales transparentes, plomo y berenjena. Ese día quise llevar también una pulsera de plata que me regaló la abuela de Carlos".

La historia de su ramo es también muy especial. Laura nos explica que quería un ramo silvestre, sencillo, con toques de color amarillo y burdeos, pero no había visto ninguna referencia que acabara de gustarle. "Le tengo un cariño muy especial a mi ramo. Está hecho en el pueblo, en casa de la vecina. Marina se ha criado en la misma calle que mi suegra y su familia solía dedicarse a los arreglos florales. Su padre, Rafael, era muy conocido y querido, y tenía un talento innato que Marina había vivido desde pequeña. Rafael había decorado la boda de mis cuñados en 2012 y todavía se habla de lo bonito que lo dejó todo".

Marina se encargó de crear el ramo y también de montar toda la decoración floral de la boda. "La semana de antes de la boda se llenó de trabajo, aprendí mucho de ella y siempre los voy a recordar con mucha ternura. Tardes en el molino, envueltas por el olor del eucalipto y el colorido de las margaritas y la craspedia".

A la hora de elegir el maquillaje y el peinado no solo es importante tener en cuenta los rasgos de la novia, también todos los detalles que forman parte del look nupcial para que el resultado sea equilibrado. Laura nos cuenta que en un primer momento pensó en llevar un semirrecogido, un peinado que es tendencia entre las novias, pero eso restaría protagonismo a la lazada de la chaqueta. Finalmente, se decantó por un moño bajo. Para el maquillaje optó por un acabado natural, con sombras en tonos dorados y marrones, y algo de color en los labios. Un trabajo que fue obra de Aurora y Karmen, del equipo de Oh là là Novias.

Su historia de amor

Laura y Carlos se conocieron en la Residencia de Estudiantes San Hermenegildo, en Sevilla, en 2012. Diez años después de aquello, él le pidió matrimonio. "Mi cumpleaños es en agosto, y ese año me había regalado un viaje sorpresa que coincidía con la fecha de nuestro aniversario. Aunque ahora me pueda parecer que lo que iba a ocurrir era muy obvio, en ese momento no sospeché absolutamente nada. Fuimos de viaje a Lago de Como, y en nuestra visita a la Villa del Balbianello, cuando estaba cayendo la tarde y después de una conversación muy ñoña sobre todo lo que habíamos vivido y las nuevas etapas que estaban por llegar, me propuso matrimonio. Cuando me pongo muy nerviosa, suelen entrarme ataques de risa. Este momento, por romántico que fuera, no se libró de esas carcajadas y lágrimas de felicidad".

Una boda en Córdoba

La pareja se dio el 'sí, quiero' el viernes de 13 de septiembre en Fernán Núñez (Córdoba), el pueblo de la familia materna de Carlos. Allí tuvo lugar la unión civil en la que estuvieron acompañados solo por la familia más cercana. Al día siguiente prepararon una ceremonia más especial y una celebración a la que también acudieron todos sus amigos. "La ceremonia y la celebración fueron en el Cortijo Vargas, un cortijo andaluz con tintes arquitectónicos de un pazo gallego en un entorno natural único. Hicimos la ceremonia frente a la higuera, no solo por las vistas privilegiadas que nos ofrecía, con el sol bañando la Subbética, sino porque este árbol me recuerda a mi infancia, cuando jugaba con mis primos en casa de mi abuela".

La novia nos explica que terminaron la ceremonia con el ritual de Handfasting, que tiene sus raíces en una antigua tradición celta. "Con este ritual, en el que enlazan sus manos con cintas, los novios reafirman su promesa de cuidarse, respetarse y crecer juntos. Amigos y familiares se acercaron para ofrecernos una trenza que con cada color, representando un deseo sincero para la pareja. Por último, las trenzas se unían con tres nudos, uno por mi amor hacia Carlos, otro por el amor de Carlos hacia mí, y el último por el inicio de una nueva vida juntos y por el amor que le tenemos a todas las personas que nos estaban acompañando en ese día tan especial".

Para la organización no contaron con la ayuda de ninguna wedding planner, pero sí con la de sus familias, amigos y con la de Noelia Única, del catering La Borraja, "nos ayudó a que todo saliera genial. Aunque con algunas decisiones pudimos vernos sobrepasados, esos momentos se han convertido en bonitos recuerdos y sentimos que esos detalles tenían el valor sentimental de haberlo hecho nosotros: los centros de mesa, la decoración, las flores, las trenzas para la ceremonia de Handfasting, los regalos para los invitados, los rincones para la fiesta…".

Aquel día está lleno de anécdotas: desde que la novia decidiera dormir en una casa rural junto a toda su familia materna —más de 30 personas bajo un mismo techo—, a que le pidiera preparar algunos postres a su tía para la mesa de dulce y solo algunos llegaran —otros se los comieron sus primos—. Pero cuando le preguntamos a Laura que fue lo mejor, no lo duda: "tener la oportunidad de reunir a toda la familia y amigos en un mismo lugar. Es un día repleto de felicidad y cariño, mires a donde mires, están todos tus seres queridos. Mirar a tu pareja y sentir cómo irradia el amor que os tenéis y la suerte que tenéis de compartir la vida con todas estas personas, es una experiencia inigualable".

Por último, le pedimos que nos deje un consejo para otras parejas que, dentro de poco, se darán el 'sí, quiero'. "Antes de comenzar a contactar proveedores y buscar inspiración, sentaos juntos e imaginad cómo será ese día y qué es lo que os llenará el corazón. Intentad dejar de lado los aspectos materiales, porque así, cuando os sintáis abrumados por todas las opciones que hay, presupuestos, comparaciones con otras bodas, sabréis qué es lo prioritario para vosotros. No olvidéis cuál es el motivo de la celebración y enfocaos en los momentos que realmente importan como pareja y con vuestros seres queridos".