Vestido de novia Manuel Zerpa© METEORITO AZUL

Broches 'vintage', la joya más buscada por las novias que se casarán este 2025

Esta pieza histórica se convierte en la joya más buscada de la temporada, hablamos con los expertos en el sector sobre su creciente popularidad 


11 de marzo de 2025 - 9:15 CET

Si hay una joya cargada de historia que perdura intacta al paso del tiempo y se trasmite de generación en generación, esos son los broches familiares. Los apasionados de la joyería vintage están de suerte, porque este 2025 vuelven a posicionarse como una de las piezas más buscadas entre las españolas para incorporar al look nupcial. Ya sea el complemento perfecto del vestido de novia, o añadido al largo velo o delicada mantilla, e incluso colocado sobre la cabeza a modo de peineta, ahora se adapta a todo tipo de estilos, aunque siempre guardando la magia que tanto le representa. 

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novia viral© Estil i Art

Como seguramente sabrás, la moda es cíclica, todo lo que triunfó en el pasado vuelve a la actualidad con más fuerza. Y en este caso nos remontamos siglos atrás para entender cuál es su importancia y por qué se han consolidado como si de una preciosa cápsula del tiempo se tratase, porque no se trata de un simple accesorio, a pesar de que en sus comienzos eran puramente prácticos, "una forma de sujetar la ropa en tiempos en los que no existían botones ni cremalleras", expresa Daniel Calvo, Director Creativo de Carrera y Carrera. 

© Getty Images
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Desde su fascinante aparición ha reflejado las transformaciones artísticas y sociales de cada época, experimentado una gran y vistosa evolución hasta lo que hoy conocemos, aunque es importante destacar que el modelo más conocido nació de las hebillas medievales. Ya fueran creados a partir de oro y plata, con piedras preciosas, diamantes, perlas, con grabados intrincados, motivos florales, figuras mitológicas... La creatividad estaba a la orden del día, razón por la que ahora podemos encontrar auténticas obras de arte. "Lo mejor es que no hay reglas: se llevan de mil formas, desde en vestidos hasta en chaquetas, bolsos e incluso en el pelo", reflexionan desde Carrera y Carrera.

© H. Armstrong Roberts/ClassicStoc

Este tipo de joyas tan únicas y especiales han formado parte de las colecciones privadas de los personajes más importantes de la historia, como faraones y faraonas de Egipto para anudar sus mantos de seda, al igual que hicieron los emperadores romanos -aunque los denominaban fibulas, los predecesores-, incluso la realeza y la corte en la Edad Media lo utilizaban como símbolos de estatus y riqueza. En la época del Renacimiento y el Barroco alcanzó un nuevo nivel de sofisticación que nos ha dejado decenas de maravillosos ejemplos. Pero a finales del siglo XIX, la industria joyera atravesó una crisis que afectó a la calidad de la orfebrería e impulsó la aparición de nuevos diseños. 

© Getty Images
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"Surgieron los broches croissant o cuarto creciente, diseñados de forma que pudieran llevarse también como adorno del peinado à la Diane, y las estrellas, pensadas en conjuntos de cinco para formar, eventualmente, tiaras. También cobraron protagonismo los motivos animales, que se convertirían en un clásico", detalla la diseñadora y empresaria Susana Cruz de Suma Cruz. Durante la época victoriana adquirieron un fuerte significado simbólico. "A modo de anécdota, en Inglaterra era común que los maridos obsequiaran a sus esposas con alfileres en forma de medialuna y una pequeña abeja en el extremo; un gesto que reflejaba la creciente popularidad de los motivos inspirados en insectos", esclarece Susana Cruz. 

Pilar Lobato, CEO de Joyas Antiguas Sardinero, relata que los modelos que más se popularizaron fueron los camafeos, "figuras retratadas en relieve en materiales como el marfil, el cristal o el ónix. Se usaban con significados sentimentales, como los que contenían retratos de seres queridos o recuerdos de seres fallecidos". En el siglo XX, se consolidaron en la Alta Costura con creaciones únicas gracias a la riqueza de los materiales utilizados, reafirmando así su lugar en la historia de la joyería; "el uso de piedras semipreciosas, como el diamante, el zafiro y la esmeralda se hizo más común", explica Lobato. Y la evolución continúa, porque al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1945), estas piezas desprendían glamour gracias a marcas como Cartier y Tiffany & Co, "se dieron a conocer los broches más grandes y llamativos, un reflejo de la moda más extravagante de la época". 

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Pero he aquí la cuestión, tras el largo viaje que ha experimentado este complemento, ¿qué estilo es el más alabado? Destaca el Art Decó con formas geométricas y el uso de materiales como el esmalte, diamantes y metales preciosos que nacieron como respuesta a la modernidad y los avances tecnológicos de los años 20, un gesto que marcó una estética de lo más sofisticada. En el Art Nouveau destacan líneas fluidas inspiradas en la naturaleza con un guiño romántico y algunos de los más llamativos son los broches retro de los años 40 y 50 que apostaban por la originalidad y los materiales innovadores, pero, ¿por qué? "Los diseñadores de esa época adoptaron un enfoque más libre y creativo, reflejando el cambio social y cultural del contexto de posguerra", razona.

Broches icónicos

Los broches más icónicos en la historia de la moda y la joyería son verdaderas obras de arte, incluso la reina Isabel II de Inglaterra atesoraba una impresionante colección decorada con perlas y diamantes. Y como piezas que hoy seguimos recordando destacan "el Pantera de Cartier es superelegante y famoso gracias a Wallis Simpson, y el modelo Flamingo de Cartier es un diseño colorido encargado por el duque de Windsor para su esposa. Van Cleef & Arpels creó piezas preciosas inspiradas en la naturaleza, como mariposas y flores; y otro clásico es el Bird on a Rock de Tiffany & Co., una propuesta divertida con un pajarito sobre una enorme gema. Y los que pertenecen al Art Decó firmados por Boucheron marcaron tendencia en los años 20 y 30 con sus formas geométricas y brillantes", describe Sheila del Páramo, co-fundadora de la firma Del Páramo Vintage

© danielsantallastudio

¿Cuándo se adentran en el terreno nupcial?

Aunque desde su nacimiento han estado (casi) siempre presentes en el armario femenino, poco a poco empezaron a formar parte de los looks de novia, hasta el día de hoy. ¿Cómo lo llevaban las novias en el pasado? En la época victoriana (1830-1900), el modo más popular era utilizar los broches para sujetar el velo, el manto e incluso las capas de ropa, pero también lo lucieron sobre el escote y en el ramo de flores.

En los maravillosos años 20 pasaron a adornar los vestidos, colocando los diseños geométricos de estilo Art Decó a la altura de la cintura, un detalle que destaca la silueta y que está cobrando más importancia. Y en los años 50, con la moda retro, se volvieron a llevar en la zona del escote, en el cinturón a modo de joya e incluso integrado en el peinado creando un resultado de lo más inspirador. 

¿Qué estilo está triunfando ahora?

Es cierto que no existen una tendencia única en torno a ello, porque cada vez están cobrando más peso a modo funcional y de adorno, ya sea en diseños de líneas finas o en estilos barrocos. "En Suma Cruz es una pieza clave en muchas de nuestras colecciones, y nos gusta mostrar su versatilidad para desterrar la idea de que es un accesorio del pasado. Para nosotras, es ese toque que da carácter: puede cerrar con gracia el cuello de una camisa, convertirse en un alfiler de corbata o añadirlo a un chaleco, como el caso de nuestra insignia Tanganica. De hecho, las insignias y condecoraciones, antes símbolos de honor y pertenencia, hoy han encontrado un nuevo significado en la moda, reinventándose como piezas que aportan distinción", narra Susana Cruz.  

© Mónica Ortega
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Sheila del Páramo relata que aquellos en forma de flor que aportan frescura y romanticismo son de los más buscados, al igual que los creados con brillantes porque proporcionan un glamour inmediato. Incluso son trendy los que presentan logos emblemáticos de marcas de lujo, ya que representa una expresión de elegancia y exclusividad. 

Consejos para llevar un broche el día de la boda 

Desde Suma Cruz explican que si se trata de un modelo vintage, la clave es jugar con contrastes y apostar por un vestido de novia moderno para crear un buen equilibrio. Y desde la experiencia de la casa joyera de Carrera y Carrera, nos regalan su mayor consejo, "que lo elija con significado. Puede ser una pieza heredada o simplemente algo que le encante y le haga sentir especial. También es importante pensar en cómo combinarlo con el vestido: si el broche es llamativo, mejor que el resto de los accesorios sean más discretos". Y Pilar Lobato asegura que pase el tiempo que pase, esta joya es una bonita expresión de la moda. 

© Lucía Jiménez

Del Páramo Vintage aconseja que si eliges uno con color, deben armonizar el resto del look y accesorios, "podría llevar piedras preciosas o con detalles en oro o platino, añadiendo  así un toque de color y brillo". Asimismo, es imprescindible tener en cuenta su tamaño y proporción, "un broche demasiado grande puede abrumar un vestido delicado, mientras que uno pequeño puede perderse en un traje con muchos detalles". 

¿Cómo combinarlos bien con el vestido de novia?

"Quedan bien con cualquier estilo si se colocan en el sitio adecuado", asegura Daniel Calvo, una respuesta sencilla y cargada de verdad que toda prometida debe tener en mente a la hora de incorporarlo a su look. "En vestidos sencillos, un broche llamativo en la cintura o el hombro ofrece elegancia. En los boho o vintage, los diseños antiguos con perlas o flores encajan perfecto. Para los clásicos de princesa, quedan preciosos en el velo o en la parte trasera del vestido. Lo importante es que se vea natural y refleje la personalidad de la novia". 

Susana cuenta cómo lo combinaría ella, para darle una pincelada diferente a lo que ya hemos visto. "Si el vestido tiene un diseño sencillo y limpio, un broche vintage se convierte en un accesorio clave para añadir personalidad y un toque de historia. En lugar de colocarlo en un lugar convencional, probaría a ponerlo sujetando un lazo o cerrando una falda". 

© Alejandra Flo

La CEO de Joyas Antiguas Sardinero a las prometidas que "optar por un broche es, sin duda, un acierto de 10". Invita a lucirlo en el escote o parte superior del vestido, en un lado de la cintura, en la parte de detrás... Y si el look tiene un escote en V, confirma que queda precioso en la espalda. Aunque colocarlo sujetando el velo en la parte trasera, en el lateral del pelo o encima del moño es ya una de las versiones más vistas de estas temporadas, nos adelanta cuál es la última tendencia que arrasará próximamente "¡en el ramo de novia!". 

"Es muy importante que complemente el diseño del vestido sin competir con él. La clave es encontrar un equilibrio entre lo moderno y lo vintage, asegurando que aporte un toque único y sofisticado al conjunto", reflexiona la co-fundadora de Del Páramo Vintage.

© DOSMASENLAMESA

Así lo llevan nuestras novias

Hace meses que Maristela nos conquistó con su vestido de novia, obra de Lorenzo Caprile, inspirado en la maravillosa época de los años 20, concretamente en un look de la película Érase una vez en América. A nuestra protagonista le apasiona esta era de la historia, "era todo tan delicado, fino, elegante", razona. En cuanto a joyas quiso continuar la misma temática vintage y completó su traje con unos pendientes de diamantes -regalo de sus padres- que encontraron en Pilar de la Vega Joyas, un casquete familiar compuesto de pequeños cristales y un cinturón con broche antiguo que encajó a la perfección para su boda en Benicassim. 

© Estil i Art

Por parte de nueva novia viral, Marta, buscó para su enlace en Valencia una pieza familiar con significado: el broche de su abuela materna. "Decidí completar mi vestido de novia de Isabel Nuñez con un broche antiguo de brillantes que ella utilizaba en ocasiones especiales. Lo colocamos a la espalda, cerraba la capa de georgette de seda y de él partía la larga cola", una decisión preciosa que cada vez está ganando más peso entre las prometidas que buscan sencillez y elegancia con esa pincelada tan única.  

© METEORITO AZUL

Letizia nos contó que para su gran día en Sanlúcar de Barrameda, en el que estrenó un vestido de novia de Manuel Zerpa que surgió tras dibujarlo en una servilleta, le añadió dos piezas muy especiales que también pertenecen a la colección de su abuela, los pendientes y el broche. "El broche de oro y platino de brillantes de talla antigua es de estilo Art Déco. Me lo puse en el cuello buscando su protagonismo en el look. Y, los pendientes de brillantes, tenían el mismo diseño". 

Inspiración nupcial

© velbanphoto
© plata.forma_

Para el gran día de María lució un diseño personalizado de Paula Matthei Atelier y eligió colocar el delicado velo en color natural alrededor de la cabeza a modo de pañuelo en color natural. El detalle que marcó la diferencia fue cerrarlo con un bonito broche de diamantes, creando así una imagen que se ha hecho viral en las redes sociales. Al igual que Alex, la novia del original traje de tweed de tirantes, obra de Marta Martí, que completó con una elegante capa de gasa asimétrica a la que añadió un cierre en forma de flor, concretamente una camelia blanca, la favorita de la eterna modista francesa Coco Chanel.

© Lucía Jiménez

En el caso de Cristina, que estrenó un vestido de Dior para su enlace religioso en Granada -concretamente en la Iglesia de Santa María que se sitúa dentro del recinto de la Alhambra con un velo inspirado en los bocetos de Cristóbal Balenciaga, agregó un espectacular broche rectangular y cuajado de pequeños diamantes en el escote. Un complemento que pertenece a su madre y que colocó de forma sencilla e innovadora. 

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En la ciudad de Sevilla, María deslumbró en su boda con un segundo diseño personalizado de Teresa Baena, con escote palabra de honor drapeado y un fular abrochado a la espalda con un pequeño broche de perlitas que pertenece a la colección de su abuela paterna. Y en el caso de las novias portuguesas como Rita, también se suman a esta tendencia tan ideal que ya han consolidado las chicas de nuestra país, ella lo incluyó a su look colocándolo sobre el pico del escote asimétrico, un diseño obra del atelier Plissê situado en Lisboa.

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