En un vestido de novia la elección del tejido no es algo casual, sino una decisión muy pensada. Dependiendo del material con el que esté confeccionado (y del patrón elegido) se logrará que el diseño se ajuste de un modo u otro al cuerpo, o fluya, o cree un cierto volumen, o una textura. A veces basta con utilizar una sola tela y otras, como en el caso del vestido de Thais, se emplean hasta ocho para dar forma a un sencillo vestido convertible, con cierto aire rústico, obra de Tamara Vázquez, creadora de Romancera.
Un vestido de novia romántico y convertible
La novia nos explica que siempre había querido un vestido sencillo, pero diferente, que escapara del blanco más puro. Tenía muy claro que buscaba una prenda base con cuello halter y esas mangas con volumen, tan especiales, que caracterizan a la firma. "El día que Tamara me enseñó el boceto, no tuve dudas: era el vestido con el que siempre había soñado. Recuerdo perfectamente cómo me explicaba cada detalle, imaginando ya cómo quedaría cada tela, y cada acabado, como si el vestido ya existiera en su mente. Y así fue, porque el resultado final era exactamente como me lo había descrito, o incluso mejor".
"El día que Tamara me enseñó el boceto, no tuve dudas: era el vestido con el que siempre había soñado"
Thais nos cuenta que llegó a Romancera después de visitar varios talleres y fueron la sensibilidad, el entusiasmo y la creatividad de Tamara lo que la capturaron. También sus tejidos, porque si algo tienen los diseños de la firma es que juegan con ellos y con patrones depurados, armonizando texturas muy diferentes y haciendo de ello su seña de identidad. "Más que un vestido, crearon una pieza de arte que hablaba de mí, y esa experiencia, llena de emoción y complicidad, será un recuerdo imborrable del día de mi boda", asegura la novia.
A primera vista, el look nupcial de Thais era bastante sencillo: un vestido base de cuello halter y una sobreprenda con mangas ligeramente abullonadas de la que nacía la cola. Sin embargo, si se presta atención a los detalles, la realidad no es tan simple.
El vestido base estaba confeccionado en crepé satén de seda tamizada con bambula de seda, que daba movimiento y un aire más liviano a la falda. La parte superior fue trabajada con bambula de seda rústica plisada y drapeada. La prenda superior, era un cuerpo con cola, llena de movimiento, creada en organza rústica con muselina; las mangas, confeccionadas en el mismo tejido, estaban plisadas y culminaban en unos puños ajustados.
"Perdí la cuenta de cuántas pruebas tuvimos, pero lo que más valoro de toda la experiencia fue la capacidad de Tamara para escucharme de verdad y convertir mis ideas en realidad. Siempre me ofreció consejos y apoyo, pero con la tranquilidad de saber que su prioridad era que el vestido reflejara exactamente lo que yo quería. Me sigue sorprendiendo cómo entendía cada pequeño ajuste que sugería y el porqué detrás de cada detalle, logrando que el vestido final fuera incluso mejor de lo que había imaginado", explica Thais.
Un velo 'vintage' y un ramo lleno de significado
Hay novias que saben, desde el primer momento, que quieren entrar veladas a la iglesia; otras son reticentes a incluir este complemento en su look nupcial; y algunas, como Thais, dudan. "En un principio no lo tenía del todo claro, pero cuando la familia de Joaquín me ofreció utilizar un velo que había pertenecido a su bisabuela, no dudé que debía formar parte de mi look, al ser una pieza con gran valor sentimental y que además creo que encajaba perfectamente con el estilo de mi vestido. Fue un honor poder llevarlo el día de nuestra boda". Y fue en la última prueba, junto a Tamara, cuando decidieron que lo llevaría de un modo muy especial: cubriendo toda su cabeza.
La novia culminó su look con las sandalias Bianca de Yves Saint Laurent, un regalo inolvidable de sus amigas. En cuanto a joyas, además de su anillo de compromiso y otra sortija de diamantes, de Rabat, que le regaló su familia el día de la pedida, Thais llevó unos pendientes de M de Paulet "que me enamoraron al instante, y un casco de la misma firma que añadí durante la fiesta, dándole un toque diferente y especial".
En cuanto al ramo, optó por un diseño lleno de color, compuesto por un único tipo de flor -una de las tendencias que más gusta a las prometidas- y lleno de significado. La novia nos cuenta que siempre le habían gustado los tulipanes, pero después de un viaje a Ámsterdam para visitar a Joaquín, que estaba allí por trabajo, se convirtieron en una flor muy especial para ellas. "Nunca olvidaré verlo esperándome en el aeropuerto con un cartel con mi nombre y un gran ramo de tulipanes amarillos. Semanas antes de la boda, me pareció un detalle precioso para el gran día. Cuando vi mi ramo, me emocionó cómo Aquilea supo captar exactamente lo que imaginaba, creando algo aún más bonito de lo que había soñado. Fue un recuerdo inolvidable que llevó un pedacito de nuestra historia al altar".
La naturalidad y la sencillez impregnaron su look de belleza. Thais confió en Gema Ledesma para que creara un maquillaje natural y un recogido bajo y trenzado, estilo bailarina, que se asemejaba bastante a lo que ella suele llevar en su día a día. "Gema entendió perfectamente mi idea y logró plasmarla a la perfección, creando justo lo que imaginaba".
Su historia de amor y su 'sí, quiero'
Thais y Joaquín son abogados y se conocieron en 2019 al coincidir en el mismo despacho. "Cuando empecé a conocer a Joaquín, supe que tenía todo lo que yo buscaba. No tardamos en empezar la relación que unos años más tarde nos llevaría hasta el altar". En 2022, después de tres años juntos, y aprovechando un viaje a Ginebra, él le pidió matrimonio. "Para mí, fue algo increíble. No me lo esperaba. Frente al faro, en el centro del lago Lemán, Joaquín me hizo la pregunta con la que llevaba años soñando. Sabía que ese momento llegaría porque desde que lo conocí supe que estaríamos juntos para siempre, pero jamás imaginé que sería tan especial".
El 2 de septiembre de 2023, Thais y Joaquín se dieron el 'sí, quiero' en la Capilla de Nuestra Señora de Begoña (La Florida), un lugar con un significado muy especial para el novio. "Para mí fue muy emocionante llegar al altar acompañada de mi padre y precedida de 11 niños, que son para nuestra familia y amigos una auténtica bendición", asegura la novia.
Después se trasladaron a la finca El Chaparral, donde contaron con la ayuda de las wedding planners de El sofá amarillo para que todo saliera como habían imaginado. "Fueron capaces de dar forma a todas nuestras ideas para el gran día, siempre buscando alternativas y proponiendo soluciones a los problemas que pueden surgir durante la organización de un día tan importante. Nos sentimos acompañados en todo momento, con ellas coordinando cada detalle, proveedores, invitados, para que nosotros estuviéramos lo más relajados posible, disfrutando también de los bonitos momentos que surgen en los meses anteriores al matrimonio".
Una boda madrileña con sabor a Valencia
Thais nos cuenta que, aunque celebraron su enlace en Madrid, no quería que faltaran los guiños y homenajes a su tierra. "Tuve la suerte de que el equipo de El Sofá Amarillo entendiera lo importante que era para mí. En la decoración, no faltaron detalles que representaran la Comunidad Valenciana, como las naranjas que decoraban las mesas. Fue espectacular ver cómo el equipo de Aquilea dejó la zona del cóctel y el comedor en el que tuvo lugar la cena, lleno de elementos florales y dando la sensación de estar al aire libre. No podía dejar de lado a la 'Puríssima Xiqueta', la Patrona de Benissa, mi pueblo, que siempre me acompaña. Gracias al equipo de El Tintero, creamos un pequeño retablo para que todos los invitados pudieran llevarla consigo y, sobre todo, para que nos acompañara en ese día tan especial. Fue una forma de tener mi tierra y mi fe con nosotros en cada momento. Por último, algo que me hizo también mucha ilusión fueron los meseros, todos cosidos a mano por Ana, la madre de Joaquín, siguiendo una temática floral, con unos diseños preciosos. Un detalle muy importante para nosotros".
Aunque estaba previsto que la boda se celebrara al aire libre, aquel día amaneció muy nublado y llovió con fuerza. "Afortunadamente, estábamos rodeados de un equipo de profesionales que hicieron que, a pesar de los cambios de última hora, todo fuera perfecto".
De aquel día lo más especial para Thais fue ver a Joaquín esperándola en el altar. "Es un momento que no olvidaré jamás. Estuvimos juntos en cada momento de aquel día y lo disfrutamos al máximo. Destacaría también lo afortunados que fuimos de poder darnos el “sí quiero” acompañados de nuestra familia y amigos. Es lo que más valoramos".
Cuando le pedimos un consejo para otras parejas, no lo duda. "El día de tu boda será siempre uno de los más felices de tu vida y, sin duda alguna, uno de los más cortos. Todo pasa volando. Mi consejo es que desde el momento en que te levantes ese día, no te alejes de tu familia para vivir al máximo cada momento. Cuando llegues al altar, agarra la mano de tu marido y no la sueltes. Yo cada vez que recuerdo el día de mi boda lo hago con una gran sonrisa y creo que es porque no me separé de Joaquín ni un momento".