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Las astros se alinearon (digitalmente) para que Raquel y Cristian se conocieran, hace ya ocho años. Las redes sociales les unieron, contra todo pronóstico y les llevaron a un flechazo cuando se vieron por primera vez en vivo y en directo. “A pesar de vivir en la misma ciudad y tener conocidos en común, nunca nos habíamos cruzado antes. Un 14 de febrero decidimos quedar para charlar en persona y ahí surgió la chispa”. Desde entonces y hasta hace unos meses, su amor fue creciendo hasta conseguir alcanzar una nueva y maravillosa etapa como marido y mujer. La suya fue una boda en Elche en pleno mes de octubre, una jornada otoñal repleta de emoción en la que la novia deslumbró con un vestido de novia sencillo, con unas impresionantes mangas.
© javierberenguerUn entorno maravilloso para la petición de matrimonio
Una de las Siete Maravillas del mundo fue testigo del momento en el que Cristian pidió la mano a Raquel, tal y como ella misma nos explica: "La idea surgió cuando nos mudamos juntos y compramos una casa, con la firme intención de emprender un proyecto familiar en común. Aunque sabía que esa idea estaba presente, no teníamos claro cuándo daríamos el paso. Me sorprendió en agosto de 2023, durante un viaje a la India con nuestros padres al Taj Mahal, cuando decidió hincar rodilla frente a tan majestuoso mausoleo, una de las maravillas del mundo. Fue un momento increíblemente bonito que siempre recordaremos".
© javierberenguerLa pareja se casó en Elche (Alicante), el 19 de octubre de 2024. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Basílica de Santa María de Elche y la posterior celebración en la Finca San Ramón. "Elegimos octubre porque coincidimos en que es una época del año muy romántica: todavía hace buen tiempo, pero sin el calor agobiante del verano. Nuestra prioridad era el clima, aunque, en realidad, eso depende un poco de la suerte que tengas, especialmente con el cambio climático actual", confiesa nuestra protagonista.
© javierberenguer"Me pidió matrimonio en agosto de 2023 y en septiembre ya estábamos buscando fechas. No sabíamos si esperar hasta 2025 o casarnos en 2024, pero pensamos: ¿por qué esperar? Así que nos pusimos manos a la obra, y en esta ocasión fue más difícil de lo que imaginamos cuadrar las fechas, ya que queríamos hacer la ceremonia en la iglesia y la celebración en una finca. Finalmente, encontramos esta fecha, que coincidía con los ensayos de las representaciones extraordinarias del Misteri d'Elx, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (un drama sacro-lírico religioso que recrea la Domición, Asunción y Coronación de la Virgen María y que se celebra los años pares en la Basílica de Santa María) ¡Teníamos el colofón montado y una decoración extraordinaria que hizo nuestra boda aún más ilicitana! Nos pareció que todo encajaba como anillo al dedo", defiende la novia.
© javierberenguer
© javierberenguerRaquel nos explica que, en la búsqueda de su vestido de novia, visitó diferentes talleres de la capital. Investigó y acudió a algunas citas, pero las firmas, con diseños a medida y de colección, no terminaban de entenderla. "Recorrí varios ateliers de Madrid en busca del vestido soñado, pero no conseguía dar con la tecla hasta que encontré a esta diseñadora", reconoce.
© javierberenguerUn vestido de novia de Laura Monge
Laura Monge sí captó la esencia de Raquel, quien deslumbró en su enlace con un vestido de novia de corte recto, con mangas ángel y escote barco acabado en pico, que contaba con una imponente cola de dos metros de largo. "Después de varias citas y de re reflejar mis ideas, la diseñadora me hizo un boceto con un diseño con el que me sentí identificada", recuerda.
© javierberenguer"Desde siempre había imaginado cómo sería mi vestido de novia. Mi visión era clara: un diseño con un toque clásico, pero a la vez moderno que reflejara mi personalidad. Tenía claro que quería un vestido de una novia de otoño, estilo Bardot, que resaltara mi figura con un bonito escote en la espalda, un detalle que me parecía elegante y atemporal. Me inspiré en varios modelos de novias como la princesa Eugenia de York o Meghan Markle. También era importante buscar un equilibrio entre lo que buscaba y un vestido de novia para la iglesia".
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© javierberenguerJunto al toque sensual de una espalda escotada, Raquel se decantó por una abertura en la falda, atrevida, pero discreta, para lograr el resultado 'sensual' que deseaba. Durante todo el proceso se sintió verdaderamente y cómoda y fiel a ella misma, con un look con una silueta asirenada. "Las telas que elegí para mi vestido fueron cuidadosamente seleccionadas para lograr el efecto que buscaba. Opté por un crepé en su totalidad, ya que quería algo sencillo y liso, sin encajes, que me permitiera sentirme auténtica y no disfrazada. También iba en busca de los detalles con diferentes texturas. Laura, mi diseñadora, me sugirió darle un toque especial al escote y a las mangas, añadiendo unas capas desmontables de delicada organza de seda y lino, lo que aportó un aire fresco y sofisticado al conjunto. Además, en el escote de la espalda decidimos añadir un broche con una perla que hacía juego con mis pendientes (de M de Paulet), que también llevaban perlas. ¡Un detalle que unió todo de manera perfecta".
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© javierberenguerEn total, Raquel pasó por cinco pruebas, en la que estuvo acompañada de sus padres. De la experiencia solo tiene buenas palabras y por ello aconseja a las novias que se casan próximamente que apuesten por el diseño a medida, pues cada prueba es más ilusionante que la anterior. Además, en su gran día, no quiso recurrir a un segundo look nupcial, dado que le gustaba tanto su vestido que no quería quitárselo. No obstante, sus mangas eran convertibles y las desmontó para el baile y la fiesta.
© javierberenguerUn ramo de novia en homenaje a su abuela
"El ramo fue, para mí, uno de los detalles más especiales, ya que quería que incluyera la hortensia, la flor favorita de mi abuela paterna, quien falleció hace unos años. Ella fue una mujer muy importante en mi vida y esta era una forma de tenerla presente en ese día tan significativo. De hecho, todas las flores de los centros de mesa del banquete y de la mesa nupcial también llevaban hortensias, como un homenaje a su recuerdo. Tenía claro que quería un toque otoñal. La decoración para las bodas de otoño me parece la más elegante de las estaciones. Supo captar a la perfección esta idea la Floristería de Valentina con colores como el mostaza y el verde, combinando eucalipto con archillea parker y hortensias. También me hizo unas guirnaldas muy bonitas que me decoraron la carpa", nos descubre la novia.
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© javierberenguerAccesorios made in Spain
Para la elaboración de su maquillaje, nuestra protagonista se puso en manos de Ana Belén Aznar, quien le asesoró, hacia los tonos rosados, para lograr un rostro natural y un acabado de larga duración. El recogido de bailarina trenzado fue un trabajo de Majo Peluquerías. Además de su look de belleza, en su estilismo también tuvieron mucho peso los complementos elegidos. Aparte de sus pendientes de M de Paulet, Raquel se puso dos anillos en oro amarillo, su 'algo prestado', de su madre: "uno que le regaló mi padre después del parto en el que nací (con brillantes en los laterales unidos con un topacio) y el otro, su anillo de compromiso de oro amarillo de talla baguette con diamantes". Sus zapatos fueron unas sencillas sandalias blancas de Lodi. Y, hubo un elemento más que fue imprescindible: "Me hacía mucha ilusión ser una novia velada, ya que siempre me ha parecido algo muy elegante y conmovedor. Por eso decidí llevar el velo, creo que le da un toque aún más especial al momento, y sobre todo, cuando tu pareja te descubre en el altar. Es un momento mágico de los dos. El velo también fue idea de la diseñadora Laura Monge".
© javierberenguer"En la última prueba, Laura Monge me colocó el velo. En ese instante, observé cómo mi padre se emocionó profundamente. Era la primera vez que lo veía llorar, y la imagen de su rostro con las lágrimas en los ojos, mirando con orgullo y ternura, me conmovió más de lo que pude imaginar. No solo era un momento significativo para mí, sino también para él. Era como si, en ese instante, todo el tiempo y las experiencias compartidas hubieran convergido, y él, al verme tan cerca de un nuevo capítulo, sintiera la magnitud de ese paso", confiesa con ternura.
© javierberenguerLa organización de la boda, a cargo de los novios
A diferencia de otras parejas, Raquel y Cristian no contrataron wedding planner, sino que se encargaron ellos mismos de toda la organización del enlace. Todos los preparativos, nos explican, llevaron mucho tiempo, pero merecieron la pena. Era un sueño hecho realidad para nuestra protagonista, pues es una amante de la organización de eventos y como periodista ya había experimentado el 'gusanillo' de este área de trabajo.
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© javierberenguer"Conté con ayuda en cuanto al protocolo y el catering, que ya venía incluido con la finca. Sin embargo, si no te gusta organizar, lo mejor es contar con una buena wedding planner, ya que cada detalle es fundamental y requiere de mucho trabajo para que todo salga como lo imaginas en ese día tan especial", aconseja.
© javierberenguerDurante la ceremonia, los novios y sus invitados vivieron instantes de gran emoción, momentos que todos los que allí estuvieron recordarán por siempre. "Lo más especial de ese día, sin duda, fue cómo me sentí. Estar rodeada y unida a todos mis familiares y amigos, junto con los de mi pareja, fue algo que jamás olvidaré".
© javierberenguerUn recuerdo para siempre
Confiesa la novia que lo más especial aquel día fue el sentimiento de tener a todos sus seres queridos en un mismo lugar, especialmente a unos muy importantes. "Ver a mis abuelos maternos, con 87 años, disfrutando de ese momento y acompañándome después de toda una vida juntos, fue verdaderamente mágico. Y, por supuesto, lo bien que lo pasamos, desde el cóctel hasta la cena y la fiesta, hizo que todo fuera aún más inolvidable. Es un día que, realmente, pasa volando".
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© javierberenguerUna decoración con un significado muy especial
Como todos los elementos del enlace, Raquel y Cristian también pusieron especial cuidado en la decoración de su gran día. Su inspiración fue puramente silvestre y todo salió redondo gracias a la ayuda de sus proveedores. "La decoración estuvo a cargo de la finca, que me propuso darle un toque rústico acorde con el estilo de su casa ilicitana, construida en 1870. Todo estuvo inspirado en el campo ilicitano, con detalles otoñales que aportaron una atmósfera cálida y natural. Mi familia paterna tiene raíces agrícolas; mi abuelo fue agricultor y, además, creó un negocio de maquinaria agrícola. Por eso, me parecía una idea muy auténtica y significativa hacer algo inspirado en el campo, un lugar que conecta profundamente con nuestras tradiciones y nuestra historia familiar", explica la novia.
© javierberenguerLa papelería del enlace, cuentan los novios, debía hablar de ellos y reflejar gran parte de su historia. Por eso, Raquel se puso manos a la obra para lograr un resultado muy personal. "El seating plan también fue algo muy especial ya que contraté a una conocida pintora de Elche para que me realizara las ilustraciones de algunos espacios emblemáticos de nuestra ciudad como el Río Vinalopó, el Palmeral o La Calahorra", apunta.
© javierberenguerPara su enlace de tarde, a principios de otoño, la pareja decoró la zona del cóctel y una carpa con miles de bombillas led de tamaño mini, un trabajo que realizaron con el equipo de Negon y que dejó un resultado espectacular. "Fue una auténtica pasada ver todo el cielo estrellado. Considero que la iluminación es una de las piezas clave del evento y más cuando es de noche. Teníamos muy claro que queríamos una boda de noche y que la luz fuera protagonista", señala.
© javierberenguer"Lo más fácil de elegir fue el fotógrafo, tenía claro desde el principio lo que quería: unas fotos que, dentro de unos años, me hagan emocionarme, que estén bien hechas y que reflejen ese toque alocado y desenfadado. No las típicas posadas. Javier Berenguer fue el profesional con el que trabajamos, y desde el momento en que lo conocimos y vimos sus trabajos, supimos que queríamos que él fuera el fotógrafo de nuestra boda. Al día siguiente teníamos un avance con más de 300 fotografías. Una locura que solo sabe hacer él", reconoce nuestra protagonista sobre quien fue su retratista.
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© javierberenguerUna anécdota entre risas
Además de la foodtruck con churros con chocolate y el show de los bailarines que contrataron, hubo otros instantes memorables del día. Raquel recuerda que tuvo que entrar a la celebración por todo lo alto, pero a punto estuvo de llevarse un susto. Una anécdota que hoy rememora con nosotras, entre risas. "Lo más anecdótico fue la entrada al cóctel, teníamos que pasar por un camino rodeado de fuentes de fuego frío al ritmo de la música. Cristian tenía que abrir unas botellas de champán en el punto más álgido de la canción y en ese momento me vine arriba yo y casi me quemo el vestido con una de las fuentes de fuego frío. Menos mal que estaban las chicas de protocolo que evitaron una desgracia. Al final son detalles que pones en tu boda con los que puedes correr riesgos", advierte.
© javierberenguerEl mejor consejo
Para cerrar esta bonita historia, Raquel quiere acordarse de esos novios que se casan próximamente. Estas son sus palabras para ellos, con las que concluye su relato: "Lo que yo aconsejaría a futuras novias es que no tengan prisa. Es importante tomarse el tiempo necesario para meditar cada decisión y elegir lo que realmente se adapte a su estilo y personalidad. La boda es un reflejo de la pareja, así que no se tienen que sentir presionados por seguir tendencias, si no se sienten identificados. Además, no hay que tener miedo de pedir opiniones o pedir ayuda cuando lo necesiten, pero siempre con su propia intuición. Al final, lo más importante es que se sientan cómodos y felices con cada detalle, porque es su día especial".
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