El otoño es una de las estaciones preferidas de los novios para casarse. Las temperaturas suaves permiten a las novias llevar vestidos con mangas especiales y cuello ligeramente elevado, una apuesta muy elegante que cada vez convence a más prometidas. Una de ellas es Cristina, que el pasado 1 de noviembre se casó con Álvaro en una ceremonia civil celebrada en el Palacio de San Carlos, Trujillo. Una fecha muy especial para la que eligió un vestido sencillo de Lorena Formoso, al que añadió bordados artesanos, obra de Lahuar, en el cuello, espalda y mangas.
Un vestido de novia con hombros estructurados y cuello cisne
Después de visitar en Madrid a tres diseñadores que encajaban con su estilo, cristina decidió que se encargarían de su vestido en La SuiteRoom. Se trata de una partner boutique ubicada en Cáceres, Extremadura, que, tal como nos cuenta la novia, había conocido cuando acompañó a una amiga a las pruebas de su vestido. "Allí me enamoré de varios diseños de autor y de la forma de trabajar y cumplir las necesidades y expectativas de la novia. Aunque la boutique contaba con varios diseños que me gustaban, sentía que ninguno de ellos me representaba al 100%, por lo que me ofrecieron la posibilidad de hacerme uno desde cero, único y exclusivo, y me decanté por esta opción". Y así fue como Lorena Formoso, a través de estos intermediarios, hizo su vestido.
Cristina nos explica que tenía muy claro lo que buscaba. Quería un vestido que reflejara su personalidad y su estilo, y también una prenda única y muy especial. "Al ser una boda de otoño aposté por el cuello cisne, las hombreras marcadas y la manga larga, fiel al estilo que tanto me representa en esta estación del año, los jerséis de cuello alto y las americanas".
El resultado fue un vestido bastante sencillo, recto, que se adaptaba con suavidad a su silueta, potenciándola y estaba confeccionado en satén color champán. Tenía una amplia abertura en la espalda. Y también una capa de gasa de seda que hacía a la vez de cola y le aportaba movimiento y majestuosidad al diseño. Una pieza de la que se desprendió para disfrutar con mayor comodidad de la fiesta. Pero, sin duda, el toque más especial fueron los bordados, una obra de arte a la que dieron forma desde Lahuar y que adornaban cuello, espalda y mangas.
Bordados con un marcado aire 'vintage'
La novia nos cuenta que el cuello joya fue el punto de partida para dar forma al resto. Y sí, es un cuello alto, pero visto con cierta distancia, también podría ser una de esas gargantillas ajustadas que enamoran a las novias más virales. "Contacté con María Galán, de Lahuar y tras mostrarle mi inspiración, ideó tres diseños. Al final, me enamoré de un bordado inspirado en la bóveda de la Iglesia Santa María La Mayor de Trujillo, localidad donde me casaba", nos explica la novia.
Todo el bordado está realizado en pedrería en diferentes tonos de dorado, que añaden elegancia y sofisticación al diseño, sin recargarlo en absoluto. "Además, los materiales aportaban cierta pátina vintage, ya que pertenecieron a un antiguo taller de bordadoras de los años 50", apunta Cristina.
La prometida nos explica que disfrutó mucho de todo el proceso, en el que siempre estuvo acompañada por su madre y su prima. "A una de las últimas pruebas me acompañaron dos amigas íntimas, al verme vestida de novia me comentaron que el diseño reflejaba mi personalidad, hablaba de Cristina y que me definía perfectamente. En ese momento me sentí plenamente feliz y 100% segura de mi diseño".
Un peinado convertible y un bolso, la elección de Cristina
Igual que muchas prometidas optan por un vestido a medida, cada vez son más las que quieren que todos los detalles de su look nupcial, en la medida de lo posible, estén personalizados. Y, por tanto, optan por un calzado exclusivo para ellas. Cristina confió en Salo Madrid y eligió un diseño cómodo, con tacón ancho y doble sujeción al tobillo.
"Una vez confeccionado el diseño, es muy importante elegir las joyas adecuadas. En mi caso no debían ser demasiado llamativas, de tal manera que no le quitasen protagonismo al vestido. Elegí unos pendientes discretos de oro amarillo con topacios blancos de la marca Aristocrazy con los que conseguí el equilibrio perfecto con el cuello joya y los bordados de la espalda".
Otro detalle importante es el maquillaje y el peinado, que siempre deben ir en línea con el diseño, además de favorecer a la novia. Cristina tenía claro que lo que mejor iba a funcionar con su diseño era un moño, para que la espalda (y los bordados) quedaran bien visibles. "Me atreví a salir de mi zona de confort, ya que no me recojo el pelo nunca, y aposté por un moño de bailarina. Un peinado elegante, no muy llamativo, ni excesivamente trabajado, pero sí uno clásico que tuviera el protagonismo exacto". Eso sí, optó por un peinado convertible y durante la fiesta se soltó la melena y completó su look no con otra joya o un accesorio para el pelo, sino con un bolso, también diseñado por Lahuar.
En cuanto al maquillaje, nos cuenta que "quería una piel iluminada, una mirada intensa y unas cejas definidas. Lourdes encontró el equilibrio perfecto, creando un estilo dramático y lleno de carácter, sin perder la elegancia y sencillez que requiere una novia en ese día tan especial".
Un ramo de novia diferente
El ramo es otro de los elementos que cambia, por completo, el look de una novia. Si los diseños de tamaño medio con predominio de flores blancas siempre son un acierto, cada vez es más frecuente que las prometidas apuesten por diseños de tamaño XL, en cascada, con flores poco comunes o protagonizadas por un solo tipo de flor. Cristina nos cuenta que ella quería una composición bastante grande, que aportara volumen al diseño. "Seleccionamos cuidadosamente flores naturales de formas asimétricas, de colores suaves y románticos. Destacaban las margaritas, los nardos, astilbes y calas. La cinta del ramo es un detalle muy especial y repleto de significado. Además de nuestros nombres y la fecha del enlace, en ella está bordada la Virgen de la Blanca, (patrona de mi pueblo) por la que siento especial devoción y una frase que rinde un bonito homenaje a mi abuela Agustina".
Una boda de otoño
Después de 10 años de relación, había llegado el momento de dar el paso. "Cuando conseguí aprobar mi plaza fija como maestra, Álvaro decidió dar el paso definitivo y pedirme matrimonio en un lugar importante para nosotros. Álvaro, por sorpresa, sacó la guitarra que años atrás yo le había regalado y después de tocar mi canción favorita se arrodilló y sacó el anillo. Fue un momento muy especial que finalizó con un brindis y una cena muy romántica, no le faltó detalle".
El 1 de noviembre de 2024 Cristina y Álvaro se casaron en el Palacio de San Carlos, Trujillo. "Ninguno de los dos pertenecemos a esta localidad, pero en la búsqueda del lugar de celebración, este palacio nos pareció perfecto para celebrar nuestro enlace. En noviembre resulta fundamental elegir un lugar con varios espacios interiores para que, en caso de lluvia o mucho frío, se pueda celebrar todo en interior y este palacio cumplía todas nuestras exigencias. Las diferentes estancias nos permitieron celebrar en el mismo lugar la ceremonia civil, el coctel, banquete y la fiesta".
La novia nos cuenta que contaron con la ayuda de QuéPipa wedding planner y fue un éxito. "Nuestro estilo se veía representado en cada uno de los espacios e iba en perfecta consonancia con el estilo elegido. La cuestión es, además de seguir la misma línea estética durante toda la boda, que cada detalle cuente algo sobre como son los novios, ellas consiguieron que todas las piezas del puzzle que componen una boda encajaran a la perfección".
En realidad, Cristina nos explica que tenían bastante clara la línea en la que querían trabajar la decoración. Eligieron una paleta cromática bastante sencilla, en tonos blancos, con algún toque de dorado, pero minimalista y elegante. "En la sala donde se celebró la ceremonia civil predominaron las velas y los candelabros y una decoración floral en tonos blancos de hortensias, crisantemos y rosas. La zona de banquete, en un claustro antiguo de piedra, fue el espacio más sorprendente para los invitados. Procuramos una disposición de mesas homogéneas redondas, con manteles color piedra, elegante vajilla y cristalería, decoración floral monocromática blanca y algún detalle en dorado en los meseros y minuta".
De aquel día, Cristina se queda con la emoción de ver a Álvaro, su sonrisa en ese instante, el beso que intercambiaron. Y con todas las personas que los acompañaron: "Fue una verdadera fortuna tener con nosotros a las personas adecuadas y vivir momentos tan sinceros".
Siempre nos gusta pedir a nuestras novias un consejo, un aprendizaje de todo lo que ha sido este proceso, algo que sirva de ayuda a otras parejas. Cristina no lo duda: "les aconsejaría a los futuros novios que disfruten todo el proceso. Es un camino tan emocionante que no debe ser abrumador, no hay ninguna obligación de seguir cada tendencia o de cumplir con expectativas externas. Lo verdaderamente importante es la razón por la que estáis allí: vuestro amor. Disfrutad del momento y de esa felicidad que se siente cuando haces las cosas de corazón, cuando miras alrededor y sabes que elegiste bien".