Ya lo habíamos adelantado: Chrysi Vardinogiannis siguió el ejemplo de sus cuñadas, Marie-Chantal y Nina Flohr, coronando su look nupcial con la conocida como tiara del Corsario. Es una pieza perteneciente al joyero de la familia real griega, pero la primera propietaria fue la reina Victoria de Suecia, y desde principios del siglo XX ha estado presente en los momentos más especiales de las princesas de la realeza helena, consolidándose como una de las alhajas icónicas de su colección.
Una tiara con mucha historia para Chrysi Vardinogiannis
La Tiara del Corsario sigue siendo una de las joyas más representativas de la familia real griega, pasando de generación en generación y siendo testigo de momentos históricos que han marcado a la monarquía helena. Se trata de una pieza que en su origen era un broche de diamantes y perlas de la reina Victoria de Suecia, que acabó heredando Ingrid de Dinamarca, madre de Ana María de Grecia y, por tanto, madre del novio.
Esta alhaja familiar fue el regalo de cumpleaños número 18 que le hicieron sus padres en agosto de 1964, justo a tiempo para su boda. Aun así, no fue esta la tiara elegida por la princesa danesa para casarse con el rey Constantino II, pero sí la lucieron sus hijas Alexia y Theodora en más de una ocasión. Teniendo en cuenta que se la prestó a todas sus nueras, desde Marie-Chantal hasta la propia Tatiana Blatnik, exmujer del príncipe Nicolás, era de esperar que hiciera lo mismo con Chrysi.
Cuando la reina Ingrid falleció en el año 2000, la tiara del Corsario pasó a manos de su hija menor, Ana María de Grecia, quien, como hemos dicho, se había convertido en la última reina consorte de Grecia, tras casarse con Constantino II en 1964. Desde entonces, esta pieza se ha convertido en un símbolo de la familia real griega, sobre todo si hablamos de bodas, de ahí que cobre especial sentido que la ahora mujer del príncipe Nicolás la estrenase esta tarde de viernes en la íntima ceremonia que celebraron en la iglesia de San Nicolás de Rangava.
¿De dónde viene su nombre?
El nombre de esta joya ha despertado curiosidad a lo largo de los años, pues no existe un origen completamente confirmado. Se cree que su diseño, con un aire ligero y romántico, pudo haber inspirado la denominación, evocando la estética marinera y las historias de corsarios del siglo XIX. Otros sostienen que el nombre puede estar relacionado con la tradición escandinava de joyas inspiradas en la naturaleza, dado su patrón de hojas de laurel entrelazadas.
Las mujeres de la realeza griega que han llevado la tiara del Corsario
La tiara del Corsario distingue entre todas las tiaras de la familia real griega por su diseño refinado y versátil. Su estructura ligera de platino con base de tamaño moderado hace que sea perfecta para ajustarse a distintos peinados y tipos de cabello sin mucha complicación, aunque la mayoría de las novias reales suelen elegir un peinado recogido por cuestiones protocolares. A lo largo de las décadas, esta alhaja ha completado los estilismos nupciales y de gala de varias figuras destacadas de la realeza hasta llegar, este viernes 7 de febrero, a Chrysi Vardinogiannis.
El 1 de julio de 1995, Marie-Chantal de Grecia contrajo matrimonio con Pablo de Grecia en la catedral ortodoxa de Santa Sofía de Londres, un enlace que congregó a familias reales de todo el mundo e incluso contó con la asistencia de Isabel II. El creativo italiano, Valentino Garavani, amigo de la aristócrata, fue el encargado de idear este delicado vestido nupcial que, pasados casi 30 años, continúa inspirando a las mujeres más clásicas. El colofón del look, no obstante, fue la tiara del Corsario que le había cedido su suegra, la princesa Ana María.
La primera boda del príncipe Nicolás tuvo lugar el 25 de agosto de 2010, en la iglesia de la diminuta isla griega de Spetses. La novia, Tatiana Blatnik, quiso honrar a su país de nacimiento al decantarse por una creación nupcial del diseñador venezolano Ángel Sánchez, cuyo atelier principal se encuentra en Nueva York. Sobre la cabeza, eso sí, no faltó la tiara del Corsario, destinada a las princesas griegas.
En octubre de 2021, el príncipe Philippos de Grecia y la heredera suiza Nina Flohr celebraron su boda religiosa en la Catedral de Atenas, un evento histórico que reunió a gran parte de la realeza europea; de hecho, hacía seis décadas que la capital griega no era sede de un matrimonio real. La novia confió en Chanel para la realización de su impresionante vestido de corte princesa, aprovechando la solemne ocasión para llevar, como es tradición, la tiara del Corsario.