Esto es todo lo que Carmen de la Puerta cambiaría de su boda si volviera a casarse

La diseñadora sevillana nos abre su álbum de fotos, nos explica cómo fue su enlace y qué cosas haría diferentes si se celebrara hoy

29 de enero de 2025 - 19:00 CET29 ene 2025 - 19:00 CET

Hay prometidas que quieren huir de las tendencias e intentan que su vestido de novia, los complementos que forman parte de su look y la decoración de su boda sean atemporales para que, cuando pasen unos años y vean las fotos, les siga encantando. Pero lograrlo es prácticamente imposible, y aunque no se apueste por las últimas tendencias, el gusto suele estar condicionado por lo que se lleva y se ve en esos momentos. Hay que ser muy conscientes de que ese gusto cambia, evoluciona y es importante entenderlo dentro de un contexto social y cultural concreto. Por eso hemos querido lanzar una pregunta, ¿si te casaras hoy, qué cambiarías de tu boda? Y la primera en responderla es Carmen de la Puerta, fundadora de Vogana.

La boda de Carmen de la Puerta

El 6 de julio de 2018, Carmen y Nacho se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla, un templo de estilo barroco que fue proyectado por Leonardo de Figueroa y levantado a entre finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII. La pareja se había conocido cinco años antes, y lo que comenzó como un encuentro casual se ha materializado en una vida juntos, con tres hijas en común (cuando redactamos estas líneas a la pequeña le queda poco para nacer).

Carmen fue una de esas novias que prefiere hacerse un vestido a medida para disfrutar del proceso y tener una prenda exclusiva, que se adapte cien por cien a sus gustos. Nos cuenta que eligió al sevillano Antonio García "al que tengo un cariño especial, además de sentir una gran admiración". Como muchas prometidas, la diseñadora llegó con algo de inspiración. Se había sentido fascinada por aquel vestido naranja y morado de Gucci que Carlota Casiraghi llevó en 2011; una prenda que les sirvió de referencia para crear un traje de novia con una original abertura en la zona del abdomen y unas elegantes mangas tipo obispo confeccionadas en un tejido diferente al del resto del diseño y que dejaba a la vista sus brazos, una tendencia que llegó con mucha fuerza algunos años más tarde.

Aunque en la fecha en la que se casó Carmen muchas novias renunciaban al velo, ella sí quiso llevarlo, e incluso entró velada en la iglesia. El suyo era un diseño sencillo, de tul, que funcionaba fenomenal con el vestido y el resto de complementos.

La diseñadora llevó unos pendientes art decó de brillantes que le regalaron el día de su pedida, un anillo de zafiro y brillantes, de Jocafra, que le regaló su marido y, adornando su peinado, un elegante y favorecedor moño de bailarina, dos peinecillos en forma de estrella. El maquillaje, sencillo y natural, algo que parece invariable en el mundo nupcial, fue obra de Manuel Cecilio, al que Carmen siempre recomienda. "El ramo fue cosecha de Búcaro y fue muy simple: un ramo de peonías blancas, mis preferidas", nos explica. ¿Y los zapatos? Las sandalias tribute de Saint Laurent.

Para la celebración, la pareja eligió la finca Pino de San José (la misma en la que, años más tarde, se casaría Teresa Baca) y ellos mismo se encargaron de organizar todos los detalles. Aunque, como nos cuenta Carmen, de las flores se encargaron desde Búcaro. "Tenía bastante claro como quería o me podía imaginar todo y en ese momento recuerdo que hablé con Chitina, de Búcaro, para contarle mis preferencias. Tiene un gusto increíble, así que lo dejé en sus manos". El resultado fue una decoración con mucho verde, en la que no faltaron los centros altos de hortensias ni los candelabros.

Cómo sería su enlace si se casara hoy

Como decíamos al inicio de este artículo, el estilo y los gustos evolucionan. Y Carmen no es una excepción. La diseñadora nos explica que en ese momento iba encantada con su vestido, pero si se casara ahora, elegiría otro traje completamente diferente. "Me haría algo más tradicional, iría más de novia. Me imagino algo mucho más vaporoso y más sencillo. Me parece importante que cuando te veas en 10 o 20 años no haya pasado de moda". Tal vez Carmen apostaría por una prenda con una cola más amplia o con una falda con más movimiento. Es posible que se sumara a alguna de esas tendencias que nunca terminan de irse. Pero, muy posiblemente, seguiría sin llevar escote en la espalda, algo a lo que renunció el día de su boda.

Pero su vestido no es lo único que modificaría. Carmen nos cuenta que cambiaría sus sandalias, "me encantan para invitadas, pero las veo demasiado toscas para novia". Y también el ramo. En lugar de aquella composición sencilla, compuesta por un solo tipo de flor, apostaría por una creación mucho más salvaje.

En cuanto a la organización, la fundadora de Vogana nos explica que a su boda fueron cerca de 500 invitados. "Haría una boda más reducida, me parece una locura. También ahora, viéndolo con perspectiva y después de haber ido a muchas bodas, te diría que prefiero las bodas de invierno. En definitiva, cambiaría muchas cosas, ¡menos a mi marido!".