Si quieres acertar con tu look de invitada y no desentonar ni llamar la atención, lo mejor es que te guíes por el protocolo, una serie de normal de etiqueta que hacen que las bodas sean un poco más bonitas. Y sí, las madrinas tienen sus propias normas. Siempre que el novio llevé chaqué deben ir de largo (aunque sea una boda de mañana), deben renunciar a los escotes demasiado pronunciados, a los estampados estridentes y, salvo casos muy excepcionales, el negro (al igual que el blanco) es un color prohibido para ellas. Por suerte, existen infinidad de opciones para ser siempre la más elegante, aunque seas una madrina joven y no quiera el clásico look de siempre.
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Un vestido con la falda plisada, en un tejido que no aporte demasiado volumen, puede ser una buena alternativa para una madrina que busque algo diferente. Cristina lo combinó con una americana entallada y con bordados en las mangas, todo obra de Diego Estrada. El complemento estrella fue un turbante a tono creado por Sombreros Conchitta, una elección llena de personalidad. También decidió incluir guantes, una elección que cada vez convence a más madrinas y que puede dar un toque sofisticado al look, como es el caso.
Es uno de los escotes que más gustan a las novias y sí, una madrina joven también puede llevarlo, sobre todo si lo luce con tanta elegancia como María del Carmen. Este diseño, obra de Jorge Vázquez, funciona de maravilla por su color berenjena, por los plisados en la zona del pecho y por la caída del tejido. Todo unido hace que la prenda siente bien y sea adecuada para mujeres más jóvenes, sin sumarles años ni crear looks demasiado sobrios. ¿Un detalle que queda de maravilla? El broche que lleva en la parte izquierda del vestido.
El minimalismo y la ausencia de complementos llamativos también funcionan. Pero en esos casos, para que el look de la madrina no resulte aburrido o incompleto, es importante apostar por una prenda cuyo tejido tenga, al menos, algo de textura. Este modelo de Míriam Gálvez, con los hombros estructurados y las mangas especiales, es sencillo, pero favorecedor y muy elegante. Queda ideal en madrinas jóvenes, pero también sería apto para mujeres de más edad.
Es un tejido propio de los meses de invierno y hay que reconocer que con él se pueden crear auténticas maravillas tanto para novias como para invitadas. Un ejemplo lo encontramos en el vestido de Loles, un diseño creado por Roberto Diz, con silueta recta, que estiliza la figura de la madrina, adaptándose con suavidad a su cuerpo. Un detalle muy especial son los puños, decorados con pelo, y el frontal de la prenda, creado con tejido desflecado. Una pieza muy especial que ella culminó con una mantilla negra.
El rojo es un color llamativo, pero también uno de los tonos que favorece, según la ciencia, a un mayor número de mujeres. Tal vez por eso invitadas, madres de la novia y madrinas lo tienen entre sus favoritos. Este diseño de Poydel tiene los hombros estructurados, el cuerpo ligeramente ablusado y un favorecedor corte en la zona alta de la cintura que además de estilizar la silueta ayuda a alargar visualmente las piernas. Ana lo combinó con un original tocado de Masario y sandalias de Bimani.
Irache eligió para la boda de su hijo un favorecedor diseño de Fátima González. Era un vestido con el cuerpo ligeramente ajustado, escote geométrico, cintura ceñida por un fajín del mismo tejido y falda compuesta por cuatro volantes que rompían con la sencillez del diseño sin aportar un extra de volumen. La madrina lo combinó con un tocado con decoración floral de Mariana Barturen Couture en un rosa suave. Nos gusta por la mezcla de colores y por el romanticismo que aporta la fusión de volantes y flores.
El look de Inés nos ha llamado la atención no solo por lo bien que lo lleva, sino porque no es un look típico de una madrina y, por eso, nos encanta, aunque solo está reservado para aquellas que se sientan muy cómodas con el pantalón y sepan dependerlo. Álvaro Poydel creó para ella un conjunto compuesto por un pantalón y una blusa abotonada a juego. Sobre el hombro, y sumándose a la tendencia de las capas, llevaba una caída de gasa en color berenjena, que aportaba movimiento y elegancia al look. Lo completó con guantes largos y un favorecedor tocado de Olivia y Cloe.
De color mostaza, confeccionado en un tejido fluido y con un favorecedor drapeado en la zona de la cintura que ayuda a estilizar la figura. Así es el diseño que Jorge Vázquez creó para Teresa. Un diseño ligeramente escotado que la madrina combinó con un tocado de Sombreros Conchitta (en lugar de la clásica mantilla), bolso de mano a tono y guantes largos en beis.
A veces no es necesario complicarse demasiado y un patrón sencillo puede convertirse en el mejor aliado de una madrina. Mónica eligió un vestido camisero en color azul cielo para la boda de su hijo, una prenda confeccionada en un tejido satinado y creada por Fátima González que se ceñía en la zona de la cintura gracias a un cinturón de ancho medio y con hebilla. No llevó mantilla, tampoco tocado, pero el resultado fue igualmente elegante y favorecedor.
Estamos acostumbrados a ver drapeados en la zona de la cintura y las caderas para ayudar a estilizar la silueta, pero esta técnica también funciona muy bien en otras zonas, como en los escotes. El vestido de esta madrina, creado por Lorenzo Caprile, tiene el cuello drapeado y asimétrico, deja a la vista un hombro y gana volumen en el otro gracias a una flor superpuesta. Se adapta con suavidad a su silueta y funciona de maravilla con una mantilla negra.
Los diseños lisos suelen ser más fáciles de combinar, pero eso no significa que los estampados no puedan funcionar con accesorios llamativos. Un ejemplo muy claro lo encontramos en el look de esta madrina que eligió un vestido de cuerpo camisero, cintura ceñida y falda llena de vuelo firmado por Juan Vidal. Una prenda con un print en clave floral que combinó con un sombrero de base negra animado por flores en tonos blancos y rosados creado por Sombreros Conchitta. Una mezcla equilibrada y armonizada gracias a los colores.
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