Casi todo lo que rodea a una boda genera expectación, pero el vestido de la novia es, como dice María José, nuestra protagonista, "el gran esperado". Eso por eso que, en un momento en el que las redes sociales dan empuje y visibilidad a chicas anónimas, y todo se mira, se analiza y se comenta al detalle, cada vez más prometidas ponen un cuidado especial en su elección. Pero a veces parecen ocultarse tras la prenda, una pieza maravillosa que no termina de representarlas. Un error muy común que no cometió ella porque tenía muy claro que el traje, "para poder llevarlo y defenderlo, es esencial que refleje tu estilo". El suyo, obra de Helena Mareque, es una gran pieza de artesanía.
María José nos explica que había buscado inspiración en revistas, redes sociales, páginas webs de vestidos de novia... pero no veía nada que terminara de convencerla. Esta es uno de los motivos que lleva a muchas prometidas a decantarse por un diseño a medida para su boda, una prenda creada en exclusiva para ellas que, además de buscar favorecer su silueta, intenta dar un plus: el de la máxima personalización. Al final, se trata de diseños únicos, que permiten jugar y experimentar tanto por parte de la novia, como del diseñador. Eso sí, en estos casos, para que el proceso sea bonito y se recuerde con cariño es muy importante confiar en la persona que se encargará de realizar la prenda. Por eso, que exista un feeling especial y una confianza plena es básico para que todo funcione.
Después de conocer el trabajo de varios profesionales, María José supo que Helena debía ser la encargada de crear su vestido. "Su trabajo impecable, diferente y su capacidad para combinar calidad y originalidad, me cautivaron. No tuve dudas, era la persona adecuada", nos cuenta. Y así nació su traje, un diseño con una fuerte inspiración en el legado de la Madame Grès, una figura determinante en la historia de la alta costura francesa, que comenzó su carrera como escultora y acabó aplicando sus conocimientos en el mundo de la moda, haciendo de los pliegues y drapeados todo un arte.
Con esta inspiración, Helena Mareque creó para la novia un vestido elegante y atemporal. "Este vestido redefine la elegancia tradicional, el crepe de seda de su vestido con un toque de romanticismo artesanal en el drapeado del cuerpo, una clara inspiración en el legado de Madame Grès, pionera en la técnica que convirtió los pliegues en arte. Estos drapeados añaden profundidad y fluidez al vestido, esculpiendo la silueta de María José con una delicadeza escultórica, homenajeando la maestría de la alta costura clásica", nos cuenta la diseñadora.
Para hacer la prenda más espectacular decidieron añadir una capa, un elemento que cada vez está más presente dentro del mundo nupcial y convence a aquellas prometidas que o bien quieren llevar un diseño que se vuelva más cómodo en el momento de la fiesta, o a las que quieren disfrutar de las bondades de la cola sin necesidad de llevarla en el vestido. Eso sí, la de María José era muy especial.
Helena nos explica que era una capa de encaje vintage, con delicados bordados de motivos florales delicadamente trabajados. "La capa envolvía suavemente a la novia como un susurro de historia y tradición, el estilismo se completó con un tocado delicado que enmarcaba su rostro, ensalzando la pureza y elegancia de su estilo", añade la creativa.
Como ya adelanta la diseñadora, María José culminó su look nupcial con un elegante y favorecedor tocado creado por Isabel Terroso, fundadora de Balel. Aunque muchas novias optan por no llevar nada en la cabeza cuando el vestido es muy especial, la creadora de tocados nos explicaba en una entrevista que "un tocado bien elegido es primordial para sentirse completa. A veces sin tocado estás a medio vestir, por muy fantástico que sea el vestido, si no está bien armada la cabeza el estilismo se queda incompleto".
La novia nos cuenta que el proceso de creación de este accesorio fue, junto al vestido, una de las experiencias más especiales. "Llegamos a Isabel de la mano de Helena Mareque y sin duda, superó con creces mis expectativas. La armonía excepcional entre tocado/vestido, refleja el profundo entendimiento y sintonía que existe entre ambas".
Otra de las cosas que nos contaba Isabel es que es preferible que las novias elijan primero el tocado y luego el peinado, para que la elección del accesorio no se vea condicionada. María José siguió ese orden y se decantó por un recogido sencillo, a media altura. Un peinado que combinó con un maquillaje natural, que buscaba iluminar su piel y resaltar de la mirada, aunque de forma muy sutil.
Lo que más le costó elegir fueron los zapatos. Sabía que buscaba un modelo cerrado, con tacón grueso y cómodo para olvidarse de ellos durante toda la celebración, y "de un color que complementara el vestido sin restarle ningún protagonismo. La solución fue Roger Vivier", nos cuenta, donde encontró un bonito diseño con hebilla, en color crema.
Si los complementos y el look de belleza son importantes para que el estilismo nupcial sea lo más redondo posible, el ramo de la novia también lo es. Aunque las composiciones tipo bouquet han sido tendencia durante muchos años, y seguirán estando presente porque son diseños clásicos y atemporales, cada vez es más frecuente que las prometidas opten por composiciones desestructuras, con diferentes alturas, tipo cascada o compuestas por un único tipo de flor.
María José nos explica que ella quería un diseño que le ayudara a alargar la figura. Por eso los nardos y las calas se convirtieron en sus principales opciones. "Aunque inicialmente me atraían más las calas, nos dimos cuenta de que su tamaño en septiembre no coincidía con la idea que llevábamos en mente. Finalmente, convencida, me decidí por los nardos, por su apariencia llamativa y su gran aroma". Y la elección fue todo un acierto para su boda con Alejandro, que se celebró el pasado 7 de septiembre en el Real Seminario de San Carlos, en Zaragoza.
Por último, le pedimos a la novia que nos cuente qué ha aprendido de todo este proceso y que nos dé un consejo para otras novias que, pronto, estarán inmersas en el proceso de búsqueda de su vestido. No lo duda: "un consejo muy valioso que puedo compartir es: mantenerse fiel a tu estilo personal, pero aún más importante es ponerse en buenas manos y confiar en un profesional. Cuando trabajas con un experto que entiende tus necesidades, no solo tiene en cuenta tus gustos, sino también tu figura, escote, espalda, cuello, altura y forma de cara, lo que garantiza que el resultado final sea un éxito. A veces, podemos tener una idea de vestidos que nos parecen preciosos al verlos en revistas o redes sociales, pero quizás no sean los que más nos favorezcan. Por eso, contar con un gran profesional es tu mejor aliado, sin duda".