Los vestidos de novia que llevaron mujeres de la realeza como Grace Kelly, Kate Middleton o Meghan Markle siguen inspirando a muchas prometidas que se dan ahora el 'sí, quiero'. Pero no son las únicas. Mariana se casó el pasado mes de mayo en Pontevedra y fue la famosa película Historias de Filadelfia, protagonizada por Katharine Hepburn, la que le dio la idea de su look nupcial. "Siempre me ha gustado la moda de los años 20 y 40, desde que era pequeña tenía obsesión por las actrices y películas en blanco y negro de Hollywood de esa época. Me inspiré sobre todo en esa película; hay una escena de la piscina que sale con un vestido blanco con una caída espectacular y otro durante una fiesta en su casa con detalles en la zona de la cintura", nos cuenta. ¿La encargada de hacerlo realidad? Lorena Merino.
Mariana nos cuenta que no le resultó nada fácil dar con la diseñadora de su vestido de novia. Era la última del grupo de amigas que se casaba y aunque cada una le hablaba de la firma que había creado su look, ella buscaba a alguien con quien se sintiera cómoda y que le ayudara a potenciar su estilo, sin modificarlo. "En cuanto conocí a Lorena Merino y su equipo, no tuve ninguna duda, primero porque me hubiera casado con muchos de sus diseños, tiene un estilo vintage que me encanta, pero sobre todo, captaron mi idea muy rápido, fueron encantadoras, me aportaron muchísimo, hicieron todo muy fácil y más especial".
Un vestido minimalista y romántico con mezcla de texturas
Aunque Lorena cuenta con una colección prêt-à-porter de vestidos de novia, en este caso, confeccionaron una prenda a medida. "Mariana llegó a nuestro atelier con una inspiración muy años 20-30, que junto con su carácter tranquilo y amable nos cautivó desde el primer momento", nos cuenta la diseñadora. La creativa explica que les resultó muy fácil trabajar con la novia, no solo porque tuviera bastantes claras sus referencias, sino porque sabía transmitir de forma muy clara lo que le gustaba (y lo que no), y confió en el saber hacer de todo el equipo.
Una de las cosas que tenía muy claras la prometida es que se sentía más cómoda con los tonos crema que con el blanco más puro. También que buscaba un tejido que tuviera una caída especial (se decantaron por satén de seda, una tela muy fluida y que sienta muy bien). Mariana nos cuenta que también quería que su vestido incluyera dos elementos muy especiales: un lazo que hiciera de cola y se acoplara de forma armónica con el resto del diseño, y botones que, aunque a ella le gustaban para la espalda, terminaron adornando los puños.
Con estas premisas, Lorena le propuso a la novia un satén de seda en color marfil combinado con tules en los mismos tonos. Con ellos crearon una serie de cruces con los que estilizar la silueta de Mariana y crear ese lazo-cola que quería la prometida. "Así conseguimos crear un juego muy ligero de texturas en el cuerpo y la cola que equilibraban a la perfección un estilo minimalista, romántico y vintage que buscábamos", apunta la diseñadora.
Mariana nos cuenta que no quería un escote demasiado pronunciado. "Siempre me han encantado los botones y quería que adornaran la espalda, no quería un escote pronunciado en el tórax, no suelo llevar nunca, y al casarme por la iglesia, tampoco me sentía cómoda, y tampoco había pensado llevar escote en la espalda, porque tengo muchos lunares, pero Lorena y Virginia me lo propusieron, con el tul en los bordes, y me pareció muy bonito, hoy se lo agradezco mucho. Las mangas fueron idea de ellas también, son preciosas, le dan mucha personalidad al vestido con el puño lleno de botones", nos cuenta.
Los vestidos de novia transformables se han convertido en una constante dentro del mundo nupcial. Es lógico, las novias quieren estar cómodas en el momento de la fiesta, por eso prescinden de ciertos elementos. Mariana nos cuenta que ella quitó la cola y, aunque el cuerpo con cruce de tul en el pecho era desmontable, prefirió dejarlo porque le encantaba.
Accesorios para un look nupcial redondo
Para que un look nupcial quede perfectamente terminado no solo es importante que el vestido represente a la novia, también que el resto de accesorios estén elegidos con el mismo mimo y cariño. Y, en este caso, "el estilo y la sencillez de la novia fueron la clave para que el resultado final fuese perfecto", concluye Lorena. Mariana decidió llevar velo, una pieza que eligió en una de las pruebas con ayuda de sus amigas. Era un velo de tul plumeti marfil que prácticamente se fusionaba con la cola y con el resto de tejidos del diseño.
Su vestido tenía un marcado aire vintage y pedía (casi a gritos) que las joyas también mantuvieran esta estética. Mariana nos cuenta que, desde el primer momento, la familia de Tomás puso a su disposición unos pendientes que habían pertenecido a la abuela de su prometido. "Son de los años 50, de brillantes y por tradición en su familia, su madre, sus tías, su hermana y sus primas se han casado con ellos. En la fiesta me los cambié por otros que me regalaron mis padres, de perlas, porque me daba miedo perderlos"
Pero ese no fue el único accesorio vintage que llevó la novia. Mariana apostó por un look de belleza muy natural con el que sentirse muy cómoda y muy ella. En cuanto a su peinado, se decantó por un moño bajo que después soltó durante la fiesta, quedándose con unas elegantes ondas al agua. Para dar un toque más especial al primer peinado, la novia se puso una peineta de nácar "la compré hace años en una tienda en la Calle Goya que vendía peinetas y peinecillos, de los años 40-50 (ya no existe porque el dueño era muy mayor y vendió el local) quería hacer un guiño a mi padre y la línea paterna que son de Baeza, Jaén".
Un ramo lleno de significado
Cada vez es más frecuente que las prometidas elijan un diseño compuesto por un solo tipo de flores para su gran día. En el caso de Mariana, se trataba de un ramo con 12 rosas blancas, una elección que no es casual. "Desde que nos conocimos Tomás me ha regalado rosas blancas cuando, por ejemplo, no he tenido un buen día en el trabajo, pero desde que me pidió matrimonio, mensualmente me regalaba una rosa menos hasta el día de la boda que me mandó a casa un ramo enorme con 12 rosas blancas y hortensias (una de mis flores favoritas y que identifico con Galicia)".
La novia nos explica que quería dar su ramo, pero le gustaba la idea de repartirlo entre sus “personas más especiales”, así que desmontaron la composición y dejaron una rosa en el asiento de cada una. "El ramo y el resto de flores (hortensias blancas y verdes, representando a Galicia) que decoraron la iglesia y las mesas fueron de la Floristería Colin, de Vilagarcía de Arousa, que son de la localidad, hacen unos trabajos muy bonitos y son muy agradables".
La historia de su 'sí, quiero'
Mariana y Tomás se casaron el 4 de mayo de 2024 en el Monasterio de San Xoán de Poio, en Pontevedra. Se habían conocido en 2022 en una cita a ciegas que había organizado una persona que tenían en común y lo que al principio pareció que no cuajaba —no intercambiaron sus teléfonos en la primera quedada— se convirtió en una sucesión de citas y charlas infinitas que los llevó hasta el altar.
"Yo creo que desde el principio sabíamos que nos íbamos a casar, nos fuimos a vivir juntos a los 2 meses de conocernos, pero empezó a tomar forma cuando Tomás no paraba de preguntarme sobre pazos en Galicia", nos cuenta la novia. Y a los ocho meses, en un viaje a La Rioja, se comprometieron. "Siempre quisimos casarnos en Galicia porque fue nuestro primer viaje juntos, sobre todo fue idea de Tomás, él es de Alicante, y a mí me daba miedo que no quisiera venir mucha gente de ahí, yo viví en Galicia hasta los 17 años, la familia de mi madre es gallega y mi familia siempre ha veraneado en Sanxenxo y a los dos nos unió Galicia desde el principio".
La celebración fue en el Pazo Señoráns y, como nos explica la novia, ellos se encargaron de organizar todos los detalles del gran día, aunque hacerlo a distancia no siempre fuera fácil. "No tuvimos wedding planner porque nos apetecía organizarlo todo a nosotros y que fuera muy personal, tampoco queríamos grandes locuras, sino algo sencillo que los que nos acompañaran disfrutaran del día tanto como nosotros, de la ceremonia, de la comida y de la música, que son los puntos más importantes para nosotros".
De aquel día, lo más especial para Mariana fue ver a Tomás esperándola en el altar. "No estaba nerviosa, ni siquiera en casa, ni días previos, porque era lo que más quería en el mundo (mi padre, el pobre, en el coche estaba histérico) y porque con quien me casaba era él (siento que suene a cliché). La familia, los amigos, el tiempo, la iglesia, la comida, la fiesta, eso no falla nunca si tienes claro lo que te gusta y si conoces bien a los que te acompañan, yo creo".
Cuando le pedimos que nos dé un consejo para otras parejas que, próximamente, celebrarán su boda, no lo duda: "Que prioricen lo más importante que es el compromiso, ya sea religioso como civil, que van a adquirir con la otra persona, lo demás es disfrutar entre ellos (que no se pierdan con compromisos y “se busquen” porque es el día de los dos)".
La boda de Mariana y Tomás
Fecha: 4 de mayo de 2024
Lugar de celebración (ceremonia y banquete): Monasterio de San Xoán de Poio y Pazo Señoráns, Pontevedra
Proveedores:
- Vestido: Lorena Merino
- Maquillaje y peluquería: Marta Saiz @bridalglow.paulavazquez
- Catering: Casa Román
- Pazo: Pazo Señorans
- Flores: Colin Floristería
- Música: Dacapo musica, @bighollers y Diego Aguas dj
- Fotografías: Kiwo
- Vídeos: Rafa Arques