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El 23 de enero de 1999 Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover se daban el 'sí, quiero'. Fue en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi, un lugar histórico, testigo de innumerables momentos importantes en la historia de la familia monegasca; y lo hacían en una ceremonia muy íntima a la que solo estuvieron invitados los familiares y amigos más cercanos de la pareja. Este era el tercer matrimonio de la princesa. La hija mayor de Grace Kelly y el príncipe Raniero III de Mónaco había celebrado su primera boda, con Philippe Junot, en junio de 1978 y, tiempo después, en 1983, la segunda con Stefano Casiraghi, quien moriría en un trágico accidente en octubre de 1990. Por eso, a nadie sorprendió que la pareja prescindiera del fasto que suele caracterizar a las bodas reales, y que ella no eligiera el blanco.
© Getty ImagesLos vestidos de novia de Carolina de Mónaco
Blanco y champagne fueron los tonos elegidos para los vestidos de novia que Carolina de Mónaco llevó en sus dos primeros enlaces. Diseños que, aunque muy diferentes entre sí, fueron creados por Marc Bohan, director creativo de Dior en aquellos años. El primero, de estilo bohemio y romántico, marcó un antes y un después por ser rompedor y bucólico a partes iguales. En línea con la estética de aquel entonces, tenía unas mangas amplias de campana, un lazo que enmarcaba su cintura, una amplia falda de silueta A y estaba confeccionado en un tejido bordado. Pero, sin duda, lo más espectacular de aquel estilismo fue el tocado floral que portaba el velo de la novia, una joya artesanal.
© Getty ImagesEl segundo, rebautizado como pale wrap dress, era un vestido satinado, de largo midi, lazada a la cintura, drapeados en la zona central y mangas jamón. Añadió un lazo a modo de diadema para completar el look histórico.
© GTRESSin embargo, cuando llegó el momento de elegir su tercer look nupcial, la princesa de Mónaco decidió apostar un conjunto diseñador por su amigo Karl Lagerfeld y que colgaba en su armario desde hacía un par de años.
Un traje de chaqueta firmado por su gran amigo Karl Lagerfeld
En su 'sí, quiero' con Ernesto de Hannover, la princesa lució un favorecedor conjunto de color azul cielo que formaba parte la colección Fall de 1997 de Alta Costura de Chanel, de quien era director creativo el diseñador alemán. Era un diseño compuesto por una chaqueta larga que se extendía hasta la zona de la cadera, con cuello y cerrada por una doble hilera de botones. Hacía juego con una falda recta a tono que se cortaba a la altura de la rodilla, y ocultaba muy bien su incipiente embarazo.
© Getty ImagesAunque en la fotografía oficial compartida tras el enlace no se ven los zapatos con los que combinó el diseño, si se aprecian las joyas, unos pendientes ligeramente colgantes y con piedras azules que hacían juego con el broche que prendió en el lado izquierdo de su chaqueta. Pero lo que más llamó la atención es que trataba de un conjunto reciclado.
La primera vez que vimos el vestido de novia de Carolina de Mónaco
Aunque lo más habitual es que las novias estrenen un vestido el día de su boda, hay quienes prefieren reutilizar una prenda que ya forma parte de su armario. Lo hizo la actriz Keira Knightley al elegir para su enlace un diseño que ya había lucido en 2008, en una fiesta celebrada antes de los premios Bafta. Y lo haría Carolina de Mónaco con el look de su tercera boda. El 19 de noviembre de 1997, Día Nacional de Mónaco, la hija de Grace Kelly y Rainiero se reunió en el Palacio de Grimaldi junto a su familia para empezar con las celebraciones. Una ocasión muy especial para la que eligió el favorecedor traje de chaqueta azul cielo.
© Getty ImagesAquel día Carolina decidió combinarlo con una pamela de color negro que favorecía especialmente sus facciones. Ese mismo tono lo lució en sus zapatos de corte salón, el bolso de mano y unos guantes que no llevó puestos todo el rato. También eligió otros pendientes, unas joyas de gran tamaño, pero mucho más pegadas a la oreja.
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